El pasado 16 de enero tuvo lugar la ceremonia oficial de recepción del primero de los cuatro aviones de transporte C-130J del pedido de cuatro realizado por el Armée de l’Air a Lockhedd Martin, después de que el avión llegara a finales del año pasado. El evento tuvo lugar en la Base Aérea 123 de Orléans-Bricy y contó con la presencia de la ministra de Defensa gala Florence Parly.
Sin embargo el número de estos aviones podría ampliarse más allá de los cuatro encargados según recoge la publicación especializada DefenseNews que afirma que la llegada de estos aparatos seria el inicio de un programa más amplio que comenzaría en 2025. Así lo recoge la publicación citando declaraciones de alguien próximo al programa que prefiere permanecer en el anonimato.
Alemania también tiene intención de poner en marcha un pedido de estos aparatos que oscilaría entre seis y doce aparatos y que operaría de forma conjunta con Francia, como adelantamos en 2017. Antes en Europa ya era operado por Noruega, Dinamarca, Reino Unido e Italia.
Puede resultar paradójico que ambos países decidan ahora poner en marcha la adquisición de aviones de transporte C-130J cuando son dos de los principales clientes del A400M de Airbus, siendo además dos de los lanzadores del programa.
Dos explicaciones no excluyentes podríamos encontrar a esta situación, la primera es objetiva y se basa en los retrasos acumulados en las entregas de los aparatos europeos a sus clientes y en el incumplimiento por ahora de algunos de los requisitos como son el asunto del repostaje de helicópteros y el lanzamiento de paracaidistas.
Estas dos razones serían las que habrían empujado a Francia a poner en marcha este programa sobre todo atendiendo a sus necesidades estratégicas en la región del Sahel donde opera con asiduidad y para apoyar a sus fuerzas especiales, tarea en la que los dos requerimientos citados son vitales. Más aún si se confirma la intención de armar estos aparatos, capacidad que el Atlas de Airbus no posee.
La otra es de índole comercial y respondería a que ambos aparatos pertenecerían a categorías diferentes siendo compatible su empleo por una misma Fuerza Aérea. Un caso paradójico es el de la Royal Air Force (RAF) que está recibiendo sus A400M mientras opera el C-130J y además el C-17, que podría considerarse el verdadero competidor del A400M en términos de prestaciones y que precisamente ha dejado de fabricarse.
El C-130J Super Hércules tiene una carga máxima de 19 toneladas que en el caso de máximo alcance de 3.334 km. se reduce a 15,4. El A400M multiplica estas capacidades, con un alcance máximo de 8.900 km. y hasta 37 toneladas de carga, es decir más del doble de alcance y más del doble de distancia.
Sin embargo a menudo se cataloga a ambos aviones como competidores y así se han enfrentado en diversas licitaciones donde hasta ahora no ha salido demasiado bien parado el avión europeo. Es por ello que a pesar del coste en términos de adquisición y apoyo al ciclo de vida, podría entenderse usar ambos aviones si van a ser empleados en cometidos distintos, si bien el A-400M tiene la particularidad de que tiene capacidades “tácticas” en lo que a operar desde pistas no preparadas y próximas a las zonas de operaciones se refiere, uno de los argumentos fuertes del Hércules durante toda su vida. Es decir, el A400M puede hacer lo que el Hércules, pero con misiones más largas y con más carga, el matiz es que quizá el cliente no requiera esas prestaciones adicionales de carácter “estratégico” a las eminentemente “tácticas”, sobre todo en términos de coste de adquisición y operación de la aeronave mayor.
Bajo este punto de vista el Hércules sería un transporte “medio” mientras que el A-400M entraría en la categoría de “pesado”, quedando por debajo como “ligeros” los CN235 y Transall C-160 que opera también el Armée de l’Air y que dará en breve de baja. (José Mª Navarro García)
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Fotografías:
·El A400M tiene prestaciones tácticas (Armée del l'Air)
·Recepción oficial del primer C-130J francés (Armée de l'Air)
