El número de sistemas robóticos terrestres (UGV, Unmanned Ground Vehicles) es creciente, son diseños que están siendo adaptados para desarrollar eficientemente, y de forma autónoma, cometidos especialmente peligrosos.
La especificidad operativa de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia, que suelen ser enviadas en aviones a los teatros de operaciones y en muchos casos lanzadas en paracaídas en esos lugares, han llevado a apostar por un nuevo blindado ligero que mejore sus capacidades de combate.
Las noticias que llegan del empleo de helicópteros de ataque en el conflicto que enfrenta a Rusia con Ucrania no son nada buenas para este tipo de sistemas de combate y aseguran que han sido derribados muchos de ellos y alcanzados otros más.
La necesidad de contar con sistemas de armas en los equipos operativos y en núcleos a los que se les asignen cometidos específicos de reconocimiento o de acción directa habría sido clave a la hora de que las fuerzas especiales de Rusia hayan decidido incorporar una nueva ametralladora.
Durante la feria Army 24, en Moscú, pudimos ver nuevos conceptos de sistemas de armas que están siendo recibidos por los ejércitos de Rusia y que, en buena medida, responden a lo que se necesita para combatir contra sus adversarios en Ucrania.
