En este medio hemos venido informando de los alcances cada vez mayores de los nuevos programas de artillería basados en las piezas y calibres actuales. Algunos de estos programas se plantean ya alcances de cientos de kilómetros y el uso de proyectiles de guiado preciso a partir de algunas de las piezas aún en servicio, manteniendo incluso los calibres.
Estos desafíos tecnológicos sin embargo puede hacer que nos planteenos cuál es el sitio que busca cubrir en estos momentos la artillería de campaña si se están desarrollando tecnologías y aplicaciones que las aproximan a los misiles por su largo alcance y extrema precisión.
En este sentido una conferencia reciente de Luis Abad, Director de Ingeniería y Desarrollo de Producto de Expal resultaba muy reveladora. En ella, además de repasar los recientes desarrollos de la compañía, advertía de que en la actualidad los desarrollos para munición de artillería de campaña están orientados al largo alcance y que la precisión es una necesidad derivada de este mayor alcance.
Abad recordaba algunos de los desarrollos mencionados, con los que empleando obuses tradicionales se buscan alcances de 80 a más de 100 kilómetros. Sin embargo planteó de forma muy interesante, que estos usos marginan el rol de apoyo de fuego de la artillería, limitado este en el entorno de 40 km. de alcance.
Se advertía de un aspecto poco mencionado en estos desarrollos, centrados en aumentar el alcance y la precisión y es que estos rendimientos se obtienen a costa de una reducción drástica de la carga de pago, más aún cuando se emplean municiones propulsadas por cohete, subcalibradas o incluso ramjet. Se corre el riesgo de emplear municiones de muy largo alcance pero que carezcan de “pegada” frente al objetivo.
Abad planteaba que los sistemas de guiado preciso para la artillería pueden ser empleados tanto para corregir la incertidumbre de la trayectoria balística como para aumentar la precisión final de la munición. En última instancia la utilidad de estos sistemas de guiado debe estar orientada al coste-beneficio racional en función del objetivo, es decir, tener mucho alcance y mucha precisión limita el blanco tradicional de la artillería.
Para la compañía, es un objetivo sobrepasar los 40 kilómetros de alcance de las piezas actuales pero este incremento de alcance debe hacerse sin perder efectividad o más aún aumentar la variedad de los efectos, en función del uso (ataque terrestre, defensa aérea o aplicaciones navales por ejemplo).
La compañía está trabajando en este sentido en tres ejes. En primer lugar incorporando nuevas cargas de proyección para los sistemas actuales como el SIAC que permitan incrementar el alcance hasta los 45 km. En segundo lugar, mejorando las prestaciones de las municiones con culote del tipo base bleed (BB) o híbridos con capacidad de empuje que permitan llegar también a los 45 km. Por otra parte, los diseñadores de las piezas están planteando usar cámaras de combustión con mayor cubicaje (25 litros en lugar de 23) e incrementar la longitud de las piezas hasta los 58 calibres, mejoras con las que se alcanzarían los 60 km.
Por otra parte, se ahonda en la mejora de las prestaciones en forma de efectos, empleando explosivos insensibles en la carga de pago que mejoren la seguridad y que tienen mayor poder destructivo que los explosivos convencionales. Otra mejora se alinea en la fragmentación y la letalidad del sistema en función del objetivo a batir. Un ejemplo son las espoletas multifunción o las municiones prefragmentadas con alcance extendido diseñadas por Expal para aplicaciones navales que pueden adaptarse a piezas terrestres de 155 mm. que incluso permitirían su empleo para defensa antiaérea desde los propios sistemas de artillería de campaña. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Artillería legionaria en un ejercicio de este año (Ejército de Tierra)
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El SIAC del Ejército de Tierra (Ejército de Tierra)
