Todo parece apuntar a que el Ministerio de Defensa ha iniciado un “plan de desconexión” de la tecnología militar israelí en la base industrial de la Defensa nacional. Así parece desprenderse de las últimas iniciativas parlamentarias y de las declaraciones de la ministra de Defensa y la secretaria de Estado de Defensa.
Los orígenes hay que buscarlos en octubre de 2023 con el ataque de Hamás a Israel, la muerte de 1.400 ciudadanos israelíes y el secuestro de más de 250, de los que quedarían aún cautivos más de 50. Israel puso en marcha la operación Espadas de Hierro que ha supuesto desde entonces un brutal castigo a la franja de Gaza que le ha valido numerosas condenas internacionales, entre ellas las del Gobierno español.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países han caído al nivel más bajo que se recuerda, con continuos enfrentamientos públicos, incluyendo el reconocimiento del Estado Palestino por parte de España en mayo de 2024, tras lo cual Israel retiró a su embajadora en España. Las relaciones en el área de Defensa entre ambos países se han deteriorado después de que las empresas israelíes se hayan posicionado durante años como un socio tecnológico industrial de España.
Sin embargo los socios de Gobierno han pedido al Gobierno un “embargo”, que empezó pidiendo no vender armamento a Israel, que es realmente residual en comparación con las ventas de sistemas de armas y transferencias de tecnología que desde allí tienen sentido a España, en las que se han fijado posteriormente.
Con esta situación llegamos a noviembre del año pasado, cuando se presentó la edición 2025 de la feria FEINDEF, anunciando la secretaria de Estado de Defensa Amparo Valcarce que se vetaría la participación de empresas israelíes, incluyendo filiales españolas, siguiendo la decisión de la organización de la feria parisina Eurosatory en junio del año pasado, si bien entonces se tomó in extremis.
Uno de los puntos con mayor repercusión mediática ha sido la adjudicación de un contrato de munición de arma corta por parte de la Guardia Civil a un proveedor israelí. De sólo 6 millones de euros, en un primer momento se reculó la decisión política de bloquearlo por consejo de la abogacía del Estado para finalmente cancelarlo, con las repercusiones legales correspondientes.
En repetidas ocasiones se ha preguntado por la situación de los programas de las Fuerzas Armadas españolas en curso que implican tecnología israelí, como los ya conocidos misil anticarro Spike, el lanzacohetes de artillería SILAM, los pods de reconocimiento y adquisición de objetivos Reccelite y Litening del Ejército del Aire y del Espacio, las radios E-Lynx de Elbit Systems para el Ejército de Tierra o los sistemas de protección del 8x8, por citar solo algunos ejemplos.
Este runrún se suma a las continuas noticias que protagoniza el sector industrial de la Defensa en nuestro país desde hace más de dos años, con numerosos anuncios de fusiones, adquisiciones, concentraciones, alianzas, compras y ventas, en el que ahora se ha abierto otro caladero: el de cubrir los huecos que dejarían los tecnólogos israelíes vetados por el Ministerio.
Ruptura de relaciones
El pasado 19 de mayo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, se reunió con los responsables de las principales empresas de defensa españolas para trasladarles la idoneidad de romper relaciones con sus tecnólogos israelíes. Esta decisión se enmarcaría tanto en el ideario político del Gobierno como en la aprobación reciente del programa SAFE de la Unión Europea, que dispone de 150.000 millones en forma de préstamos, siendo una de las condiciones que el contenido procedente de fuera de la Unión Europea sea como mucho del 35 % (situación que afecta también a otros tecnólogos tradicionales como Estados Unidos).
Al día siguiente, el 20 de mayo, la ministra tomaba parte en consejo de ministros de Defensa en Bruselas, a cuya salida fue preguntada por estos asuntos. En declaraciones públicas la ministra sin embargo diferenciaba entre comprar “armas” y comprar “tecnología”. Afirmó que “habría que ver en cada momento si son absolutamente imprescindibles para la seguridad de nuestros militares”. Antes ya se había anunciado la paralización de toda comprar y venta de armamento a Israel desde finales de 2023, con lo que supone de bloqueo de las autorizaciones de las licencias de importación por parte de la JIMDDU (Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso)
Ese mismo día 20 día recibía el visto bueno una proposición de ley para llevar adelante el “embargo total de armas a Israel”, con el apoyo del Grupo Socialista, si bien, al día siguiente, con motivo de la sesión de control al Gobierno, la ministra de nuevo diferenciaba en el Congreso que “una cosa son licencias de determinada tecnología y otra cosa es armamento”.
La manifestación puede ser confusa, al afirmar que “no se deberían ver afectados los programas pendientes en los que está relacionado este país porque son fundamentalmente licencias”. “Una cosa son licencias de determinada tecnología y otra es armamento, y España no compra armas a Israel”. Ahí reconoció también que había hablado ya con las empresas españolas y que estas se habían mostrado “solidarias” con el posicionamiento del Gobierno.
Otra confirmación oficial de este plan de desconexión se produjo el 30 de mayo, con motivo de la participación de la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, en un desayuno informativo organizado por Foro Nueva Economía. Allí afirmó que el Gobierno trabaja para eliminar la dependencia tecnológica de fuentes israelíes a través del nuevo Plan Industrial y Tecnológico para la Defensa de España, anunciado el pasado mes de abril. Valcarce afirmó que “ciertamente algunos programas tienen dependencias tecnológicas de alguna empresa de Israel”, pero se están “trazando los planes de desconexión” para “fomentar la autonomía y no depender de Israel” en el marco de una buscada soberanía tecnológica.
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El 8x8 cuenta con sistemas de protección e implementos de origen israelí, además del misil Spike LR2 (Ministerio de Defensa)
Programas y repercusiones
Antes de analizar en detalle los programas que se verían afectados por este “plan de desconexión” habría que saber sus líneas maestras. Saber si se cancelarán los planes ya aprobados que incluyen colaboración con empresas israelíes como proveedores o tecnólogos, o si los sistemas de origen israelí en servicio en las Fuerzas Armadas serán dados de baja progresivamente, aunque hayan sido suministrados y sean sostenidos por empresas españolas.
Igualmente habrá que saber si los programas ya adjudicados que cuentan con tecnología israelí se cancelarán para volver a poner en marcha procedimientos competitivos con nuevas propuestas o si a los adjudicatarios se les dará la posibilidad de buscar nuevos socios, si bien nada tendrían que ver estas propuestas con las aprobadas y ya en marcha. Con la dificultad para aprobar presupuestos de Defensa en nuestro país, incluso ahora, esto puede suponer la parálisis de todos estos programas.
Estas posibilidades generan muchas dudas, tanto operativas en lo referente a los sistemas ya en curso o en proceso de recepción, legales en lo que al cumplimiento de compromisos contractuales con socios internacionales o de imagen exterior, dando la impresión de que todo vale o que las decisiones serán arbitrarias en cada uno de los posibles casos anteriormente citados.
Igualmente, en términos estrictamente económicos supone una decisión arriesgada al renunciar a una parte de la oferta industrial y tecnológica, decisión que puede ser aprovechada por el resto de oferentes para endurecer condiciones e incrementar los precios a sabiendas de que se ha renunciado unilateralmente a parte de la oferta. Más aún, puede darse el caso de renunciar a proveedores o tecnólogos israelíes pero encontrar que las opciones disponibles en terceros países incluyen también tecnología de esa procedencia, con los que ciertas necesidades podrían quedar sin cubrir.
Antes hemos mencionado varios ejemplos de programas que estarían afectados por esta situación. Tenemos en servicio las estaciones de empleo remoto Mini Samson del Ejército de Tierra cuyo sostenimiento es responsabilidad de la filial en España de Rafael, Pap Tecnos, morteros embarcados Soltam (Elbit Systems) sobre VAMTAC, cientos de sistemas de detección y control de incendios instalados en el grueso de vehículos blindados del Ejército de Tierra, con tecnología de origen israelí o los pods Litening y Reccelite en el Ejército del Aire y del Espacio
Pap Tecnos se adjudicó la fase II de los misiles multipropósito Spike LR2 en octubre de 2023 por 285 millones de euros, programa que según analizamos ayer, es uno de los primeros afectados con el anuncio de la no renovación de la licencia de importación. Se trata de los mismos misiles que integrará la torre Guardian 30 del 8x8 o en su variante ER, el helicóptero de ataque Tigre del Ejército de Tierra. El propio 8x8 “Dragón” emplea varios sistemas de protección de la israelí Plasan, incluyendo blindaje, spall liner y asientos contra minas y los receptores de alerta láser E-LAWS 2 de Elbit Systems. Los implementos de la versión de zapadores del 8x8, como los del Vehículo de Combate de Zapadores (VZAP) Castor, son suministrados por el especialista británico Pearson Engineering, adquirido por Rafael en 2022.
Este mismo tecnólogo es responsable de los pods de reconocimiento Recelite y designación de objetivos Litening que emplean los aviones de combate del Ejército del Aire y del Espacio, suministradas primero junto a Tecnobit - Grupo Oesía y luego por Indra. El programa que más titulares ha protagonizado por esta situación es el SILAM, el Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad, que cubrirá esta carencia del Ejército de Tierra desde que se dieran de baja los Teruel en 2011. Una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Escribano Mechanical & Engineering (hoy EM&M Group) y Rheinmetall Expal Munitions se lo adjudicó en diciembre de 2023 por nada menos que 714,5 millones, en base al sistema PULS de la israelí Elbit Systems.
Es este quizá el único al que públicamente se ha referido el Ministerio sobre sus planes para “solucionarlo”, estando trabajando ya la Secretaría de Estado en una “alternativa tecnológica para no recurrir a esta empresa israelí”. Volvemos a preguntarnos si esto supone cancelar el programa en sus actuales condiciones y abrirlo a nuevas propuestas, si bien se esperaba iniciar las pruebas este mismo año.
También de Elbit Systems son las radios E-Lynx que el Ejército de Tierra lleva está adquiriendo desde 2023 a través de Telefónica y Aicox. El Ejército de Tierra ha adquirido también munición de 120 mm. para sus carros de combate Leopardo fabricadas en España tras acuerdos tecnológicos de Israel Military Industries (IMI) adquirida posteriormente por Elbit System. Aunque poco comentado, es de suponer que los 16 aviones C295 encargados por el Ejército del Aire y del Espacio para vigilancia y patrulla marítima contarán con los radares multimodo ELM-2022A de Elta, filial de Israel Aerospace Industries, similar a los instalados en los C295 SAR canadienses.
Solo con este listado de importantes programas sobre la mesa habría que analizar cada una de las opciones disponibles, tanto tecnológicas, como industriales o jurídicas, en caso de decidirse cancelar lo acordado. Y es que, en la mayoría de estos programas, lo que se ha hecho ha sido industrializar con planes nacionales propuestas tecnológicas israelíes con las que se ha dotado a las Fuerzas Armadas de los sistemas más punteros, alcanzando acuerdos con empresas nacionales como prime contractors, con la correspondiente transferencia de tecnología que ha permitido además asegurar su sostenimiento nacional, generando en nuestro territorio retornos vía impuestos, sueldos y salarios directos e indirectos.
Hay que recordar por último que, en un sector tan dependiente de tecnologías estratégicas, no todos los proveedores y socios industriales están tan dispuestos a establecer acuerdos industriales más allá de las ventas puras y duras como lo suelen hacer las empresas israelíes. (José Mª Navarro García)
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