En marzo la Unión Europea anunció los planes para movilizar 800.000 millones de euros durante los próximos cuatro años para reforzar las capacidades de defensa de la zona. De estos, 150.000 se distribuirán entre los países en forma de deuda común y ahora se ha confirmado como se gestionarán.
El programa SAFE, por Security Action for Europe o Acción de Seguridad para Europa priorizará las compras dentro de Europa según se aprobó este pasado miércoles tras la reunión de embajadores de los países europeos. El 27 de mayo está previsto que lo ratifiquen los ministros de defensa en el Consejo de Asuntos Generales y entrará en vigor de inmediato, sin necesidad de aprobación del Parlamento Europeo. Este programa financiará “masivamente” la compra de sistemas de misiles, artillería, aeronaves no tripuladas y defensa antiaérea principalmente, destacando la inclusión de Bielorrusia como amenaza al mismo nivel que Rusia.
En el documento se plantean dos categorías principales de sistemas cuya adquisición será financiada por este mecanismo. En primer lugar se incluyen “municiones, misiles, sistemas de artillería, medios de ataque de precisión en profundidad, medios de combate terrestre y sus medios de apoyo, incluyendo equipo individual para el combatiente a pie, aeronaves no tripuladas de pequeño tamaño y sistemas contra estos, protección de infraestructuras, protección cibernética y programas de movilidad militar.
En segundo lugar se incluyen sistemas de defensa antiaérea y antimisiles, medios de combate navales de superficie y submarinas, aeronaves no tripuladas de mayor tamaño (las no incluidas en el primer epígrafe) y sistemas contra estos, medios de transporte estratégico y de reabastecimiento en vuelo, protección de activos espaciales, inteligencia artificial y medios de guerra electrónica.
Han trascendido algunos detalles adicionales del mecanismo de financiación, como que el plazo de devolución de la deuda respaldada por la Unión Europea será de 45 años, el de carencia para devolver el principal de 10 años o que al menos el 65 por ciento de los componentes de cada producto final de cada sistema adquirido procederá de la Unión Europea (se incluye también Ucrania y los países del Espacio Económico Europeo o Asociación Europea de Libre Comercio).
Este detalle confirma los planes europeos de emplear este mecanismo para reforzar la industria europea de defensa, limitando sus colaboraciones con tecnólogos internacionales como Estados Unidos o Israel, caso este último de actualidad en el caso de España.
Para acceder a los fondos, los Estados miembros deberán presentar proyectos conjuntos (al menos dos países participantes por proyecto) y cumplir con la regla de contenido europeo. El programa incluye una cláusula Buy European, que prioriza la adquisición de armamento producido en Europa, buscando reducir la dependencia de proveedores externos y fortalecer la base industrial de defensa europea. Países como Reino Unido, Noruega, Moldavia, Corea del Sur, Japón, Albania y Macedonia del Norte podrán participar bajo acuerdos bilaterales específicos. Ucrania también está incluida como beneficiaria y productora. Los países interesados tendrán dos meses para presentar sus proyectos y, tras la evaluación de la Comisión, podrán recibir un primer desembolso de hasta el 15% del coste estimado, con posteriores pagos sujetos al avance de los proyectos. A diferencia de los fondos Next Generation, SAFE no contempla subvenciones directas, solo préstamos. Esto responde a la oposición de varios países a aumentar la deuda común europea con ayudas no reembolsables. (José Mª Navarro García)






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