(defensa.com) Pekín sigue en la senda de reforzar el poder de la Armada China a medio plazo con el inicio de la construcción del segundo de los cuatro portaaviones con los que quiere contar y que podría ser de propulsión nuclear. Así lo recogen varios medios de comunicación chinos, que citan las declaraciones del secretario del partido comunista de la provincia de Liaoning.
El navío se construye, junto a dos destructores 052D, en el astillero de Dalian, en el noroeste del país, y se prevé esté operativo entre 2018 y 2020. Este segundo portaviones se integrará en la flota de los cuatro programados en esta década, por lo que la construcción de los dos restantes no tardará mucho en comenzar, teniendo como meta el año 2020.
Además, la prensa china ha publicado unas fotografías por satélite (páginas que fueron eliminadas de la red a los pocos días) que advierten de la posibilidad de que este nuevo buque incorpore en su cubierta el sistema de catapulta de lanzamiento electromagnético (conocido como sistema EMALS), por lo que se equipararía con este tipo de tecnología al portaaviones norteamericano USS Gerald Ford, que actualmente se encuentra en fase de pruebas en el astillero de Virginia.
Por otra parte, a principios de este mes, el primer portaaviones chino, el Liaoning, que entró en servicio en 2012, tras adquirirse a Ucrania y ser modernizado en Dalian, llevó a cabo su primera prueba de entrenamiento militar en la costa oriental de China, puestos a punto sus sistemas de combate. Se espera que esté a plenamente operativo en 2015. Pekín compró a muy buen precio este buque, llamado entonces “Variag”, a Ucrania en 1998, rebautizándolo “Liaoning” en honor a esta provincia del noreste del país.
