En el marco de la Comisión de Defensa del 28 de febrero, la Secretaria de Estado de Defensa (SEDEF), Maria Amparo Valcarce, respondió una pregunta sobre las alternativas que maneja el Gobierno para la formación de los pilotos de caza y ataque ante la baja prevista del avión de entrenamiento F-5M en 2028 del Ejército del Aire y del Espacio.
El senador del Grupo Parlamentario Popular Francisco Martínez Fragoso se interesó sobre las opciones que maneja el Ejecutivo si en 2028 el Ejército del Aire y del Espacio no dispone de avión operativo para la formación de sus pilotos.
Valcarce explicó el proceso de obtención puesto en marcha por el Ministerio de Defensa, afirmando que dispondrán de un nuevo avión en 2028, si bien aseguró que no se ha decidido el modelo, estando actualmente la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) en fase de determinación de la alternativa de obtención, primando en gran medida, los aspectos industriales, según afirmó.
La propia SEDEF describió que una vez elaborado el documento de Requisitos de Estado Mayor por parte del Ejército del Aire y del Espacio y validados por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), es la DGAM la que tiene que valorar en primer lugar los aspectos industriales, para que el programa tenga retornos económicos, y luego los aspectos tecnológicos para que estos influyan en el tejido industrial nacional. Valcarce afirmó que el proceso estará “completado a finales de 2023 y en 2024 ya tendremos madura la cuestión para garantizar que los aviones estarán en el país en 2028”
Las alternativas son de sobra conocidas y han sido analizadas en este medio incluyendo el evento especializado “Aviones entrenadores y entornos virtuales: la formación de los pilotos en el Ejército del Aire español” organizado por el Grupo Edefa en el Cuartel del Ejército del Aire y del Espacio en enero de 2021.
Las dos propuestas consideradas son el M-346 de Leonardo y el Advanced Fighter Jet Trainer (AFJT) propuesto en 2020 por Airbus del que no se han vuelto a tener noticias, no pareciendo además que goce del apoyo del propio grupo matriz, según analizamos el pasado mes de diciembre. Ante la falta de avance en el programa de Airbus y los ajustados plazos, en la actualidad se habría posicionado ventajosamente el M-346 de Leonardo, considerando los costes conocidos y la ausencia de riesgos tecnológicos.
En 2021 se anunció incluso la posibilidad de vertebrar un programa de cooperación internacional tipo PESCO o de Cooperación Estructurada Permanente a partir de este avión. No en vano, fuentes del sector nos daban a entender que sería la última propuesta de desarrollo completo de una aeronave realizada en España, del que se llegó a plantear que el Ejército del Aire estaría dispuesto a adquirir entre 50 y 55 aviones.

La SEDEF durante su intervención en el Senado (captura vídeo intervención Senado)
Volando con un avión de más de 50 años
Valcarde trasladó al senador los planes para mantener el F-5M actualmente en servicio con inversiones en sostenimiento de la aviónica y los motores hasta 2028, con fondos aprobados para 2023 y 2024 de 25 millones de euros.
Recordemos que el horizonte de baja por motivos estructurales o de fatiga del F-5M (AE-9 en denominación interna) para 2028 ya es conocido hace años, no en vano el avión estadounidense tiene más de cincuenta años de servicio en España.
Martinez Fragoso apuntó incluso que la pérdida de vida útil del F-5M “podría poner en peligro seguramente la vida de los alumnos y de los tutores de vuelo”.
El futuro avión de entrenamiento avanzado para el Ejército del Aire y del Espacio parece haberse convertido en otro programa que se demora hasta la extenuación, que amenaza de nuevo con la pérdida de capacidades como ha pasado con el relevo de los submarinos en la Armada, la pérdida de los lanzacohetes o los obuses autopropulsados en la artillería del Ejército de Tierra, por citar solo algunos ejemplos.
Siendo evidente que para el Ejército del Aire y del Espacio la formación de sus pilotos de combate es una capacidad estratégica, no se han asignado partidas presupuestarias para la puesta en marcha de un programa de adquisición o de desarrollo, más aún si se parte de cero como en el caso del AFJT.
Esta situación llama más la atención al encontrarse el Ministerio de Defensa en una fase “expansiva” o de crecimiento del presupuesto derivada del compromiso OTAN de alcanzar el 2 % del PIB en Defensa en 2029, sin embargo la adquisición del nuevo avión de entrenamiento no aparece en los presupuestos de 2023 a pesar de ser una necesidad conocida hace años. (José Mª Navarro García)





