Las nuevas corbetas furtivas rusas del tipo Steregushchiy que dotan a la flota del Pacífico de la Armada de Rusia

También siguen activos en la promoción exterior de sus diseños para buscar algunos contratos que les provean de las necesarias aportaciones económicas para mantener la actividad y avanzar hacia nuevos diseños. Hace pocas semanas, en el marco del evento LIMA 25, hemos podido observar con cierto detalle uno de los buques más modernos de Rusia que fue entregado, por su constructor, en septiembre de 2023 y entró en servicio activo en la flota del Pacífico de la Armada rusa poco tiempo después.

Estas corbetas disponen de hangar y pista para poder operar con helicópteros de tipo medio y sistemas UAS. Foto: Octavio Díez Cámara

Se trata del último ejemplar hasta ahora suministrado de las corbetas furtivas del tipo Steregushchiy diseñado por el Almaz Central Marine Design Bureau inicialmente como Project 20380. La nave en cuestión, con el numeral 343 y el nombre de Rezkiy, ofrece una serie de cualidades interesantes que se van a proyectar en dos naves adicionales ahora en construcción y que, en buena medida, encontramos también en las nueve que se han ido poniendo en activo en los últimos años.

Este diseño reciente sobresale de otros, y de ahí que se promocione internacionalmente, por haber sido concebido desde el inicio buscando la máxima discreción para dificultar su localización en la mar. Cuenta con un muy elaborado mástil integrado en el que se observan varias antenas planas asociadas al sistema radar que localiza objetivos aéreos en entornos donde pueden concretarse muchas amenazas a la vez y hay que discriminar aquellas que presentan mayor peligrosidad.

Dimensiones y armamento

Estas corbetas furtivas tienen una eslora de 104,5 metros y desplazan a plena carga unas 2.200 toneladas, tamaño compacto que ayuda a hacer más eficiente un diseño de tipo multipropósito que requiere de sólo 90 tripulantes y tiene capacidad para mantenerse en el mar por 15 días o de recorrer algo más de 4.000 millas con el combustible de sus depósitos.

El cañón proel de 130mm incorpora un mantelete furtivo y justo detrás se observan lanzadores de sistemas chaff y de interferencia infrarroja. Foto: Octavio Díez Cámara

Rusia ha introducido en ellas novedades, como el combinar un casco de acero clásico con una superestructura realizada en materiales compuestos que ayudan a reducir su firma y a mejorar la furtividad. A proa observamos un cañón compacto de 130mm en un montaje de líneas modernas y un lanzador VLS (Vertical Launch System) para diferentes tipos de misiles antiaéreos, armas complementadas con misiles supersónicos antibuque, lanzadores de torpedos de 330mm y otras piezas artilleras de menor calibre.

Corbetas furtivas como la Rezkiy, que no hay que olvidar que lleva pocos meses aún en servicio activo, son naves especialmente modernas con las que Rusia puede ejercer especialmente bien el control de sus espacios navales y proyectar capacidades a otros entornos internacionales.