En los últimos tiempos han aumentado los indicios que apuntan a que Estados Unidos y Marruecos han entrado en una fase avanzada de conversaciones sobre la posible dotación a la Fuerza Aérea marroquí de aviones de combate de quinta generación del tipo F-35. A pesar de la ausencia de una confirmación oficial de Rabat o Washington hasta el momento, la acumulación de indicios sugiere la existencia de discusiones serias que, de completarse, podrían conducir a un cambio tangible en las capacidades de defensa del Reino y en el panorama estratégico del norte de África.
Esta lectura se basa en la información cruzada de fuentes mediáticas especializadas en asuntos de defensa. El pasado mes de septiembre, la visita de una delegación militar marroquí de alto nivel a Washington, encabezada por el Inspector General de las Reales Fuerzas Aéreas, el General Mohammed Gadih, volvió a poner el foco sobre el asunto. La visita no fue un mero encuentro protocolario, ya que la delegación incluía a responsables de programas de equipamiento y adquisiciones, quienes mantuvieron conversaciones con sus homólogos de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, incluido su jefe, el General David Allvin.
Según el sitio web Africa Intelligence, en un informe publicado recientemente, las negociaciones entre ambas partes llevan varios meses en curso y se enmarcan en el contexto del fortalecimiento de la cooperación militar y el desarrollo de las capacidades aéreas marroquíes.
Quizás el punto más sensible y fundamental en cualquier posible acuerdo de este tipo es la postura israelí, vinculada al principio de "Ventaja Militar Cualitativa" (Qualitative Military Edge - QME) al que se adhiere la política de exportación de armas de Estados Unidos. Este principio obliga a Washington a garantizar que sus ventas militares no afecten a la superioridad militar de Israel en la región.
A este respecto, los informes indican que el posible acuerdo ha obtenido una aprobación israelí inicial, lo que se considera un desarrollo notable dadas las reservas anteriores sobre el suministro de aviones de combate F-35 a cualquier país de la región. La veracidad de esta información refleja un nivel avanzado de coordinación y confianza entre las partes implicadas, y podría ser uno de los frutos de los cambios geopolíticos que ha presenciado la región en los últimos años, especialmente la profunda asociación entre Israel y Marruecos en el ámbito de la defensa y la seguridad.
Parte de una estrategia integral de modernización
La posible adquisición de F-35 para la Fuerza Aérea de Marruecos no puede considerarse de forma aislada dentro de la amplia estrategia de modernización que está implementando el país. La Fuerza Aérea está trabajando actualmente en la modernización de su infraestructura para recibir sus escuadrones de cazas F-16 Block 72, probablemente el próximo año, una de las generaciones más avanzadas de este avión de combate.
Paralelamente, Marruecos avanza en el fortalecimiento de su base industrial de defensa, destacando en este marco el proyecto de construcción de un centro de mantenimiento y modernización de aeronaves militares en Benslimane, en asociación con empresas estadounidenses y europeas, también en preparación para la modernización de los cazas F-16 que posee actualmente al estándar "Viper". Esta orientación indica un deseo de construir capacidades sostenibles que no se limiten a la compra de sistemas, sino que incluyan el desarrollo de la experiencia técnica y logística necesaria para su operación a largo plazo.
Costo y dimensiones operativas
Algunas estimaciones indican que, de fructificar, el acuerdo por los F-35 podría incluir alrededor de 32 aviones, con un costo total que podría alcanzar los 17.000 millones de dólares distribuidos a lo largo de 45 años. Es importante señalar que esta cantidad no representa únicamente el costo de compra, sino que cubriría un paquete integral que incluye mantenimiento, entrenamiento, equipamiento asociado y futuras actualizaciones, siendo este el modelo seguido en los acuerdos de armamento complejos.
De completarse, el caza F-35 proporcionará a la Fuerza Aérea de Marruecos capacidades operativas avanzadas, entre las que destacan la furtividad, que reduce la posibilidad de ser detectado por los sistemas de defensa aérea, además de sistemas avanzados de sensores y fusión de datos que otorgan al piloto una visión integral del teatro de operaciones, y capacidades integradas de guerra electrónica.
El expediente del suministro de cazas F-35 a Marruecos permanece de momento únicamente en el ámbito de lo posible y requeriría la aprobación final de la Administración estadounidense y del Congreso. Sin embargo, el simple hecho de que se plantee con seriedad en los círculos de debate refleja la profundidad de la asociación estratégica entre Rabat y Washington. (Alex Ribeiro)
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