Dentro del esfuerzo impulsado en los últimos años para dotar de medios al Cuerpo de los Mossos d’Esquadra (CME), que ha llevado a adquisiciones generalizadas de prendas antibala de torso, armas largas que se transportan en los furgones y un número importante de escudos antibala, se inscribe la compra de la que nos hacemos eco.
La Secretaría General del Departamento de Interior ha lanzado el expediente IT-2021-473, que está siguiendo el proceso administrativo que define la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, para que las empresas interesadas postulen por obtener un contrato especialmente relevante.
Se van a adquirir nada menos que 1.300 cascos de orden público de altas prestaciones y ochocientas máscaras antigás que incorporen filtro compatible con el anterior y con del modelo de casco MO5006 de MSA ya en uso, proceso por el que cada empresa deberá suministrar dos ejemplares de cada una de sus propuestas que serán evaluados y sometidos a distintas pruebas para verificar que cumplen con lo señalado en el Pliego de Prescripciones Técnicas (PPT) y así decidir cuál es la mejor opción. Se ha previsto invertir en ambos materiales un monto total próximo a los dos millones cien mil euros.
Los cascos serán asignados a servicios y unidades especializadas en la gestión del orden público como la Brigada Móvil (BRIMO) o las diversas Áreas Regionales de Recursos Operativos (ARRO) distribuidas por distintos puntos de la geografía catalana, personal que con ellos protegerá sus cabezas en intervenciones de alta complejidad y ante golpes, impactos, líquidos inflamables o productos químicos. Se pide que tenga un peso inferior a los 2,5 kilogramos, que esté fabricado con fibras de aramida o similares, que no restrinja ni los movimientos ni la visión, que aporte protección en la zona de la nuca y un protector frontal o visor de policarbonato transparente de un grosor superior a los 4 milímetros, o que incorpore un sistema de fijación y barboquejo de por lo menos tres puntos de anclaje. Sobre el nivel de protección sabemos que tiene que cumplir la norma TR1992 del PolizeitechnischesInstitut del Deutschen Hochschuele der Polizei, y otras similares, y que se valorarán distintas opciones en lo que a protección balística se refiere.
Las 800 máscaras, compatibles con el casco ya usado y con el que se adquiera, tendrán que estar fabricadas en silicona o material similar, incorporar una visera de poliuretano transparente o similar y contar con un filtro antigás que se pueda colocar de forma rápida y sencilla, aunque no se detalla en el PPT ninguna característica técnica sobre la capacidad de filtraje y tipología de los agresivos ambientales a los que pueda enfrentarse con eficacia; se valorará en ella un 90% el aspecto económico y un 10% los resultados de un juicio de valor por parte de agentes.
La compra es un proceso que refuerza la seguridad de los uniformados del CME aunque llama un poco la atención en el PPT varios aspectos no totalmente positivos entre los que, además de la falta de la firma electrónica, se incluye el que no quedan especificados -en el documento público en la web de contratación- ciertos detalles o exigencias más técnicas que permitiesen una mejor concreción en el producto que se pretende comprar. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía: Desde hace un par de años determinadas unidades del Cuerpo de los Mossos d’Esquadra realizan algunos de sus despliegues portando modernos cascos de MSA. (Octavio Díez Cámara)
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Tener un moderno casco a mano puede ser una muy buena opción para intervenciones de alto riesgo que puedan surgir sin preaviso. (Octavio Díez Cámara)
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En la BRIMO llevan muchos años trabajando con cascos antibala y pantalla frontal, y lo harán con el nuevo modelo que se adquiera. (Octavio Díez Cámara)
