(defensa.com) La diplomática Julissa Reynoso informó en Washington que su personal de seguridad presentó un reclamo ante el Ministerio del Interior uruguayo por la intervención de su teléfono móvil por parte de un recluso de la cárcel de Maldonado, un problemático y superpoblado penal próximo a Punta del Este.
Inicialmente las autoridades habían estimado que el aparato estaba interceptado para escuchar los mensajes de voz, pero la diplomática aclaró que también fueron los mensajes de texto. Así, según declaró Reynoso, el penado enviaba SMS desde su número, simulando ser la embajadora enviaba mensajes de texto a personas externas presionando por su libertad, más allá “ chantajeaba a gente a cambio de salir de la cárcel”.
La maniobra consistía en ingresar mediante un código, obtenido tras el hackeo, en la casilla de voz de la diplomática, escuchar los mensajes y obtener teléfonos, en muchos casos de influyentes empresarios y políticos, lo que luego aparentemente se extendió a los mensajes de texto.
Además, con los datos extraídos del teléfono de la representante estadounidense, el delincuente estableció una red de extorsión a empresarios contra supuestas irregularidades en sus establecimientos, haciéndose pasar por inspector de Bomberos ( mientras dos mujeres cobraban los pactados silencios). Algunas denuncias de afectados llevaron a la Policía a dar con el número de la embajadora.
El autor de la maniobra ya tenía antecedentes por hackeo e intervenciones telefónicas y ahora está recluido en otra cárcel, en celdas de castigo e incomunicado. (Javier Bonilla)
