El buque “Juan Carlos I”, insignia de la Armada Española, ha culminado recientemente un exigente proceso de mantenimiento y modernización en las instalaciones de Navantia, en Puerto Real. Más de 300 profesionales y cerca de 40 empresas especializadas han participado en una de las actuaciones técnicas más relevantes desde su entrega a la Armada en 2010, subrayando tanto la magnitud industrial como la complejidad operativa de la operación.

La inmovilización del “Juan Carlos I”, iniciada el 17 de julio, ha abordado la renovación integral de su sistema de propulsión, elemento clave para optimizar el rendimiento y garantizar la operatividad del buque en los próximos años. Las labores incluyeron el desmontaje de los azipods existentes, la retirada de 48 equipos antiguos y la instalación de 50 nuevos sistemas de última generación. El proceso ha supuesto el tendido y conexionado de más de 35.000 metros de cableado de fuerza y control, así como el reconexionado de otros 31.000 metros existentes, logrando así la integración total del nuevo sistema.

Recordemos que en 2020 ya analizamos los problemas del sistema de propulsión mediante azipods suministrados por Schottel y Siemens y la necesidad de reemplazarlos, tarea que ha costado 30 millones de euros y que se adjudicó a Navantia en 2022, para reemplazar los azipods por unos de moderno diseño suministrados por ABB.

Puesta al día

Además, el programa de varada abarcó la revisión y el tratamiento de superficie de la superestructura y casco, el mantenimiento de hélices transversales, estabilizadores, anclas y cadenas, la renovación de nodos de casco, así como la actualización de sistemas de protección catódica y anti-incrustante. Se procedió también a la sustitución y revisión de más de 200 válvulas de fondo y a la limpieza y pintado de casi 80 tanques y sentinas.

Junto a las mejoras técnicas, la modernización incluyó una renovación completa de zonas de esparcimiento, aseos, cocinas y cámaras frigoríficas, elevando considerablemente las condiciones de vida a bordo. El jefe de máquinas, capitán de corbeta Héctor Arias Macías, ha destacado el impacto en la fiabilidad de los sistemas y la importancia de la profesionalidad demostrada por todos los equipos implicados, remarcando la coordinación con personal civil e industrial.

Proyección Internacional

Gracias a esta intervención, el Juan Carlos I refuerza su papel estratégico como pieza clave en la proyección internacional del poder naval español. Desde su entrada en servicio, el buque ha participado en numerosos despliegues internacionales, ejercicios combinados con marinas aliadas de la OTAN y en operaciones multinacionales como Brilliant Jump, Mare Aperto, Dynamic Mariner, Flotex o los despliegues Dédalo, centro neurálgico de las capacidades anfibias y aéreas de la Armada.

En 2025 su operatividad fue nuevamente validada durante el ejercicio UNITAS 25, ejecutando complejas operaciones anfibias en la costa estadounidense. También ha desempeñado un papel activo en tareas humanitarias, transportando ayuda a la Comunidad Valenciana durante la emergencia de la DANA en 2024.

Con sus 231 metros de eslora, capacidad polivalente como portaaeronaves, buque de asalto anfibio y plataforma de mando, el Juan Carlos I sigue siendo la mayor unidad construida para la Armada Española y un símbolo de la excelencia tecnológica e industrial nacional en el ámbito naval. (José Mª Navarro García)