En un movimiento que simboliza una transformación significativa en sus capacidades de defensa, las Fuerzas de Defensa Aérea de Arabia Saudita inauguraron oficialmente la primera batería del avanzado sistema de defensa antimisiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense).
La ceremonia de inauguración se llevó a cabo en el Instituto de las Fuerzas de Defensa Aérea en Yeda, presidida por el comandante de las fuerzas, el Teniente General Mazyad bin Sulaiman Al-Amro, marcando la entrada en pleno servicio operativo del sistema tras la finalización de intensivos programas de entrenamiento para su personal en Estados Unidos y en el Reino, y la conclusión de las fases de prueba y operación sobre el terreno. La primera batería será operada por el 1er Grupo de Defensa Aérea, con sede en la región de Riad.
La activación de la primera batería saudita de THAAD representa más que la simple recepción de nuevo equipo militar; es un indicador de una profunda evolución en el pensamiento estratégico defensivo del Reino de Arabia Saudita. La importancia de este paso puede analizarse desde varias perspectivas:
Arquitectura de defensa multicapa
Hasta ahora, el sistema Patriot (PAC-2/PAC-3) constituía la columna vertebral de la defensa aérea saudita contra misiles balísticos. Este sistema opera eficazmente en la capa inferior de la atmósfera. El sistema antimisiles THAAD añade una capa de defensa superior (High Altitude), capaz de interceptar misiles a altitudes de hasta 150 km y un alcance de 200 km. Esta integración crea una arquitectura de defensa integrada y multicapa, lo que dificulta su penetración y aumenta significativamente las probabilidades de una intercepción exitosa, otorgando a los responsables de la toma de decisiones más tiempo para hacer frente a las amenazas.
Mientras que sistemas como el Patriot ofrecen una excelente protección para activos vitales específicos (defensa de punto), el sistema THAAD, gracias a su gran alcance y altitud, permite proporcionar un amplio paraguas de protección para cubrir ciudades enteras o vastas áreas geográficas que albergan instalaciones vitales y estratégicas (defensa de área). Este cambio mejora la flexibilidad y el despliegue de las fuerzas y protege la infraestructura nacional de manera más integral.
El acuerdo, valorado en 15 mil millones de dólares, no fue simplemente una compra, sino que se vinculó estrechamente con los objetivos de la "Visión 2030" para localizar las industrias militares. El inicio de la producción de componentes locales para el sistema en mayo de 2025, a través de asociaciones con empresas sauditas como "Middle East Propulsion Company" y "Arabian International Company for Steel Structures", representa una aplicación práctica de esta estrategia. El objetivo no es solo poseer la tecnología, sino asimilarla y fabricarla, lo que reduce la dependencia del exterior y establece una base industrial de defensa sostenible.
La activación del sistema se produce en un contexto regional tenso, especialmente después del ataque atribuido a Irán contra la base Al Udeid en Catar (junio de 2025). Esta activación envía un claro mensaje de disuasión a los adversarios regionales de que el Reino está elevando considerablemente el coste de cualquier aventura militar contra su territorio. Este despliegue también refuerza la posición de Arabia Saudita como una fuerza central en el sistema de seguridad del Golfo, convirtiéndose en el segundo país después de los Emiratos Árabes Unidos en operar este avanzado sistema, lo que allana el camino para una cooperación de defensa más profunda entre los países del Consejo de Cooperación del Golfo.
Nuevos desafíos
El objetivo declarado es desplegar 7 baterías para 2028. El desafío más destacado en los próximos años no será solo técnico, sino eminentemente logístico y de entrenamiento. Requerirá una inversión continua en la formación de personal, la construcción de infraestructura de mantenimiento y apoyo y, lo más importante, lograr la integración total entre todas las baterías THAAD desplegadas y conectarlas a la red nacional de mando y control que también gestiona los sistemas "Patriot" y otros radares y sistemas de alerta temprana.
Es probable que este desarrollo impulse a los adversarios regionales, específicamente a Irán y sus representantes hutíes en Yemen, a acelerar el desarrollo de tecnologías capaces de eludir los sistemas avanzados de defensa antimisiles. Esto podría incluir un enfoque en misiles hipersónicos (Hypersonic), el desarrollo de vehículos de reentrada maniobrables (MaRV), o la adopción de estrategias de saturación mediante el lanzamiento simultáneo de un gran número de misiles balísticos y drones para superar la capacidad del sistema para hacer frente a todos los objetivos.
Hacia un escudo unificado del Golfo
Con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos operando el sistema antimisiles THAAD y Catar buscando adquirirlo, la viabilidad y posibilidad de crear una red de defensa antimisiles integrada del Golfo aumenta. El mayor desafío aquí será político y técnico, relacionado con la "interoperabilidad", es decir, hacer que los diferentes sistemas en los tres países sean capaces de intercambiar datos y coordinarse en tiempo real. Si se logra, constituiría el escudo regional más avanzado de la zona.
En resumen, la entrada en servicio del THAAD en Arabia Saudita representa un punto de inflexión estratégico, que traslada al Reino de una postura de reacción defensiva a la posesión de una capacidad de disuasión proactiva. Sin embargo, la eficacia a largo plazo de esta capacidad dependerá del éxito del Reino en completar el despliegue de la red, desarrollar sus capacidades humanas e industriales y su habilidad para adaptarse a futuras amenazas en evolución. (Alex Ribeiro)
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