Tras anunciarse la intención del máximo responsable de la Fuerza Aérea de Portugal de dotarse con el avión de combate de última generación F-35, España desoja la margarita.
Este cazabombardero de 5ª generación, que ya es el presente escalón de los míticos cazabombarderos Made in USA P-51, F-86, F-4, F-16, está actualmente en vías de ser adquirido por parte de Rumania, Chequia y Grecia, naciones relativamente modestas de la OTAN que quieren seguir los pasos de las principales de la Alianza Atlántica.
A estos movimientos, a los que se han sumado en el ámbito europeo el cierre de la compra de sendos lotes de F-35A, la variante de despegue y aterrizaje convencional, por Suiza y Finlandia, se suma la petición del máximo responsable de la Fuerza Aérea de Portugal o Força Aérea Portuguesa (FAP) para sustituir en el futuro próximo su veterana flota de aviones de combate F-16AM/BM.
Mientras, España, en plena fase de potenciación de sus Fuerzas Armadas, no parece poner en marcha ni siquiera la negociación para adquirir sendas flotas, una de F-35A para el Ejército del Aire y del Espacio y, lo más imprescindible, los de la versión de despegue en corto y aterrizaje vertical o Short Take-Off / Vertical Landing (STOVL) F-35B para sustituir a los veteranos AV-8B Plus Harrier II de la Armada española.
Conforme pasan los meses y no se materializa el encargo, las otras peticiones de F-35 se suman, y las fechas de entregas por parte de la factoría de Lockheed Martin de Fort Worth (Texas-Estados Unidos) se van dilatando. Así, de cerrarse el encargo español, los plazos de entregas quedarían más que ajustados para sustituir a los Harrier.
Uno de los actuales F-16 de la FAP, que serán sustituidos como buena parte de sus actuales operadores, por el F-35. (foto Julio Maíz)
Volviendo a Portugal, desde hace años los máximos responsables de su Fuerza Aérea buscan reemplazar a su actual flota de 26 F-16AM/BM por un modelo de última generación. Al principio se apuntó a la posible adquisición del avión de combate JAS-39 E/F Gripen, dada la buena relación entre la firma que los fabrica, la sueca Saab, con la brasileña Embraer, que tiene fuerte presencia en Portugal a través de su filial OGMA.
Según la fiable cuenta de X (antes Twitter) de Defence360, la intención de dotarse con el F-35 la manifestó el pasado el 27 de noviembre el general João Cartasho Alves, Chefe do Estado-Maior da Força Aérea (CEMFA) de la Fuerza. Estos planes se enmarcan en el denominado plan “Fuerza Aérea 5.3”, que contempla tres ambiciosos programas para renovar las capacidades: adquisición de un sistema de aviones remotamente tripulados capaz de operar a media altitud y de largo alcance o Medium Altitude Long Endurance (MALE), que sería el MQ-9 SkyGuardian; los aviones de ataque ligeros Embraer A-29N Súper Tucano; y los referidos aviones de 5ª generación F-35.
Todo apuntaría a que la intención del CEMFA sería iniciar el proceso para adquirir 24 F-35A, con lo que sustituir las dos Esquadras de aviones de combate de la Fuerza Aérea de Portugal, las numeradas 201 y 301, que tienen sede en Monte Real.
Debido a que esta compra de aviones de combate no figura en la última ley de planificación militar de Portugal, la denominada Lei de Programação Militar 2023-2034, lo lógico es que se incluyese en la revisión de ésta, prevista para 2027. (Julio Maíz)