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Continúa el culebrón de la motorización del carro de combate turco Altay

El pasado mes de enero analizábamos el tortuoso camino emprendido por el Ministerio de Defensa turco para dotar de una planta propulsora nacional a su carro de combate Altay y las dificultades para materializar los acuerdos industriales. Por el camino han quedado tecnólogos, alemanes, austríacos y japoneses, apostándose ahora por surcoreanos e italianos.

Ahora, unas declaraciones del Presidente de las Industrias de Defensa turcas (Savunma Sanayii Başkanlığı o SSB, el organismo civil turco que gestiona el complejo industrial nacional y la cadena de suministro) Ismail Demir, generan más incertidumbre, puesto que en una entrevista del pasado 3 de marzo afirmó que están en negociaciones con Corea del Sur para la adquisición de motores para el Altay. Según afirmaba Demir “el problema del motor del carro está pronto solucionado y la producción del motor mediante medios nacionales continuará simultáneamente”.

Otros medios turcos citan en condiciones de anonimato a un directivo de la compañía de defensa BMC, encargada de la fabricación en serie del Altay, que confirma los acuerdos con las compañías surcoreanas Doosan y S&T Dinamics. Se trataría además del motor DV27K de la coreana Doosan Infracore, el mismo motor de doce cilindros, cuatro tiempos y 1.500 cv. de potencia que propulsa al carro surcoreano Black Panther.

Las declaraciones de Demir podrían sugerir, como veremos, que solo se equipe un número inicial de carros Altay mientras se materializa el diseño nacional Baku. No en vano el Altay es fruto de la colaboración entre la industria turca y la surcoreana.

Un poco de historia

Cuando en 2007 el Ministerio de Defensa turco inició el desarrollo de un carro de combate nacional decidió incorporar todos los sistemas de procedencia local posibles. La industria de defensa turca ha acumulado experiencia para acometer un proyecto de esta envergadura, pero diversos avatares, algunos de motivación política, están complicando que llegue a buen puerto.

Entre los sistemas que Turquía decidió nacionalizar para el Altay está el grupo motopropulsor, que incluye no solo el motor sino también la transmisión y otros sistemas anexos como el de refrigeración o escape. En enero los diarios anunciaban que el primer prototipo del motor para el Altay, bautizado como BATU estará listo este mismo año.

En marzo de 2007 se firmó un acuerdo por valor de 500 millones de euros con la empresa Otokar para el diseño, desarrollo y fabricación de cuatro prototipos del Altay, que fueron entregados en noviembre de 2016 al Ejército turco para evaluación. Inicialmente el Altay iba a equipar motores y transmisiones alemanas, ya que Otokar firmó en 2010 un acuerdo con MTU y Renk para el suministro del powerpack (conjunto de motor y transmisión). De hecho los cuatro prototipos construidos inicialmente por Otokar, con asistencia de la surcoreana Hyundai Rotem equipaban motores MTU 883 Ka 501 de 1.500 cv. y transmisiones Renk HSWL 295TM.

Paralelamente se estudió la nacionalización del sistema de propulsión con un primer intento que tuvo lugar a comienzos de 2014 con la firma japonesa Mitsubishi Heavy Industries (MHI) que finalmente fallaron. Después el Comité Ejecutivo de la Industria de Defensa turca (SSIK por Savunma Sanayii Icra Komitesi) y a Subsecretaría de Industria y Defensa (Savunma Sanayii Mustesarligi o SSM) encargaron a la firma turca Turk Motor Sanayi ve Ticaret (TUMOSAN) el diseño del motor y la transmisión para el Altay. Sin embargo TUMOSAN, del conglomerado Albayrak Grubu, está especializada en tractores y motores agrícolas turbo diésel pero solo de cuatro cilindros para tractores y embarcaciones.

En septiembre de 2016 la Subsecretaría de Industria y Defensa de Turquía recibió la oferta final del fabricante Otokar para comenzar la fabricación a gran escala del carro de combate Altay que incluía los primeros 250 carros con un objetivo de 1000 en total.

Los problemas surgieron en 2017 cuando la Subsecretaría de Industria y Defensa canceló el contrato con TUMOSAN, después de que esta no pudiera asegurar la independencia tecnológica después de cancelar el contrato que había firmado en 2014 con la empresa austríaca AVL. En enero de ese año TUMOSAN fue obligada a cancelar el contrato que había firmado con AVL por la preocupación del gobierno turco de que los factores políticos y legales austríacos pusieran en peligro el desarrollo de este motor y las posibilidades de exportarlo a terceros países con este motor.

En marzo de ese mismo año tras el fallido golpe de Estado y el posterior proceso de purgas y recorte de las libertades y las pretensiones del gobierno de Recep Tayyip Erdogan de aumentar sus poderes, supuso que Alemania, entre otros países, denegara un gran número de licencias de exportación de material  militar a Turquía. Finalmente en 2018 el gobierno alemán decidió bloquear el suministro de componentes para el carro de combate por la participación de Turquía en la guerra civil en Siria, reforzándose entonces la apuesta por la nacionalización del grupo propulsor.

En mayo de 2018 el programa Altay dio un importante giro ya que el Ministerio de Defensa decidió encargar el desarrollo final y la fabricación a gran escala al grupo BMC en lugar de a Otokar como estaba previsto. BMC había construido blindados ligeros de ruedas pero no de cadenas y se habría impuesto a Otokar o FNSS puesto que el presidente del grupo Koc, al que pertenece Otokar, se había mostrado crítico con el presidente turco Erdogan.

En junio BMC firmó con la SSM un contrato para el desarrollo de un motor diésel de 1.500 cv. y otros sistemas para el carro Altay y finalmente se firmó el programa de fabricación en noviembre contemplándose la entrega de 40 carros dotados de un motor internacional mientras se completa el desarrollo del nacional. Estos 40 carros deberían haberse entregado según el contrato en 18 meses, hito que no se ha cumplido. Serían supuestamente estos 40 carros iniciales los que irían dotados del motor de Doosan Infracore a la espera del motor nacional.

El programa de desarrollo del grupo propulsor formado por motor y transmisión recibió el nombre de BAKU. Contempla un motor de doce cilindros en V, turbo-diésel con 1.500 cv de potencia y 4.600 Nm de par asociado a una transmisión automática. Para ello BMC firmó un acuerdo con el fabricante italiano Fiat Avio. Se incluye el desarrollo del sistema integrado de refrigeración por agua, de filtrado de aire y de escape. (José Mª Navarro García)

Fotografía: El carro de combate Altay (Savunma Sanayii Başkanlığı)


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