En junio de 2023 el Consejo de Ministros daba luz verde a la adquisición de 16 aviones Airbus C295W para misiones de vigilancia y patrulla marítima para el Ejército del Aire y del Espacio por un importe de 1.730 millones de euros. Ahora hemos sabido que estos carecerán por el momento del principal sensor, el radar de patrulla marítima, debido al plan de desconexión de la tecnología israelí puesto en marcha por el Ministerio de Defensa.
Estos 16 aviones (8 Maritime Patrol Aircraft o MPA y otros 8 Maritime Surveillance Aircraft o MSA aunque también conocidos como VIGMA por Vigilancia Marítima o SAR por Búsqueda y Rescate) iban a estar dotados del radar ELM-2022A de Elta Systems, filial de Israel Aerospace Industries (IAI), un sensor que se eligió ya en 2017 para equipar a los C295 del programa canadiense FWSAR y que estaba plenamente integrado en el avión.
Pero tras consultar al Ministerio de Defensa se nos confirma por un lado que efectivamente ese era el radar elegido pero que “como consecuencia de la aplicación del plan de desconexión con la tecnología de procedencia israelí, se están analizando distintas alternativas para su sustitución”. Se afirma que “las opciones actualmente en estudio tienen como objetivo fundamental reforzar la participación de la industria nacional y garantizar que la solución seleccionada responda plenamente a los requisitos del Ejército del Aire y del Espacio”.
Sin embargo esta sustitución deberá hacerse con el programa ya muy avanzado, lo que hace surgir los temidos riesgos tecnológicos, retrasos y sobrecostes derivados de cambiar la configuración a estas alturas. No en vano hay que recordar que a comienzos de este mes informamos del primer vuelo del primero de los ocho C295 de Búsqueda y Rescate (SAR) o Vigilancia Marítima (VIGMA) que en agosto salió de la línea de montaje de Airbus Defence & Space en San Pablo, Sevilla.
En las imágenes de ambos hitos se aprecia como el avión cuenta con el carenado inferior preparado para albergar dicho radar, como en los otros ocho aparatos MPA, en la misma configuración de los C295 canadienses. La entrega de este primer aparato al Ejército del Aire y del Espacio está prevista para el segundo cuatrimestre de 2026, operada por el 802 Escuadrón del Ala 46 del Ejército del Aire y del Espacio en la base aérea de Gando.
Recordemos que el ELM-2022A es un radar de apertura sintética de tipo multimodo capaz de detectar, localizar, identificar y monitorizar objetivos sobre el agua o la tierra incluso en condiciones atmosféricas adversas. Tiene una cobertura de 360 grados, puede trabajar por sectores y se instala en un carenado en la parte ventral del fuselaje de la aeronave como hemos visto en las infografías y primeras unidades del avión.
Parte del radar ELM-2022 (IAI)
Además de para misiones de búsqueda y rescate, se puede emplear para la vigilancia de la zona de exclusividad económica (ZEE), para vigilancia de tráficos ilícitos o de actividades pesqueras o para misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Además de este radar, entre los sistemas que se anunció incorporarían estos aviones están los sensores optrónicos, sistema AIS, equipos de comunicaciones, incluyendo satelitales y la última evolución del sistema FITS (Full Integrated Tactical System), con participación de empresas como Indra, SAES, Tecnobit o Sainsel, además de Airbus.
Recordemos que estos aviones están destinados a cubrir las carencias derivadas de la baja de los aviones de patrulla marítima P-3 Orion y del reemplazo de los CN235 VIGMA. Las primeras infografías de estos dos aviones las vimos ya a finales de 2022. Desde entonces se ha debatido la idoneidad de estos aviones como reemplazo del Orion por disponer de una autonomía y alcance menores, en comparación con otros que han sustituido al Orion como el P-8 Poseidon de Boeing o incluso el P-1 de Kawasaki.
Infografía del C295 MPA donde se menciona el radar y se aprecia el carenado (Airbus DS)
Mike Schoellhorn, CEO de Airbus Defence and Space, se refirió a los C295 MPA para el Ejército del Aire y del Espacio, como “la configuración de misión más compleja del C295 hasta la fecha, un importante proyecto de desarrollo que reunirá las últimas tecnologías para brindar una gran ventaja operativa”. Este avión iba a estar “altamente conectado y podrá operar en modo colaborativo con otras plataformas en diferentes dominios, pudiendo actuar como centro de mando y control” y empleando armamento aire-superficie. Sin embargo, todo queda ahora en el aire por la carencia del principal sensor. (José Mª Navarro García)
El radar ELM-2022 está presente también en los C295 canadienses (Airbus DS)







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