(defensa.com) La comunicación estratégica de los conflictos y las crisis internacionales ha sido el tema que ha reunido a numerosos expertos, líderes de opinión y analistas en el X Seminario Fuerzas Armadas y Medios de Comunicación, organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior. Cuatro han sido las principales conclusiones del evento. En primer lugar, que la comunicación estratégica es un multiplicador de la fuerza y se ha convertido en un elemento clave en la generación y resolución de conflictos. Mandar los mensajes adecuados en tiempo y forma a una audiencia determinada ha dejado de ser un elemento secundario y ha pasado a considerarse tan importante como los aspectos logísticos o como el uso de la fuerza.
En segundo lugar, se ha dado un cambio de paradigma en referencia a la figura del periodista. Ya no es un personaje al que hay que ganarse y cuidar, por ambas partes del conflicto, sino que se ha convertido en un objetivo a batir o una oportunidad para la extorsión. Ya no se le quiere por ser un canal de comunicación, sino que su presencia implica un activo importante para los grupos armados, en cuanto a las posibilidades económicas que ofrece su secuestro. La situación en Libia o en Siria manifiesta un efecto contrario -y perverso- al rol del corresponsal. La relación entre las fuerzas armadas y los periodistas o corresponsales no es siempre fácil. Si bien ambas partes admiten que se ha producido una mejora en los procesos y en los mecanismos para facilitar la colaboración entre ambas partes, el cambio tecnológico ha modificado la forma de abordar la dinámica informativa. En este sentido, la tercera conclusión es que la falta de tiempo y las exigencias de las agendas de los medios de comunicación, impiden dedicar recursos para estudiar la situación, contextualizar, buscar fuentes y elaborar criterio para contar lo que sucede. De esa forma, se ha llegado a una situación contradictoria: se está más tiempo frente a una pantalla de ordenador en un hotel, que en la calle, en el lugar de los hechos.
Por último, la cuarta conclusión que afecta a la información de las crisis internacionales es la realidad de la sociedad espectáculo. Los vídeos y la información emitida por las diferentes partes, incluyendo los grupos rebeldes, insurgentes o terroristas, logran impactar con acierto los índices de audiencia. Se ha configurado un nuevo tipo de información, una nueva forma de narrar los que ocurre. De esa forma, ya no se demanda conocer las causas, los actores o las claves de los conflictos, sino consumir ese plus de espectáculo, con frecuencia dramático. Y en última instancia, los medios se ven inmersos en esa dinámica de comprar y emitir lo que la audiencia quiere ver. 
En el seminario participaron como ponentes destacados miembros de las fuerzas armadas, personal del Ministerio de Defensa y destacados líderes de opinión y periodistas, todos ellos con amplia experiencia en la cobertura de conflictos: Diego Mazón, director de la Oficina de Comunicación, Francisco Javier Casas, director de la división de coordinación y estudios de seguridad y defensa, y Pedro Méndez de Vigo, jefe del área de análisis geopolítico, todo ellos del Ministerio de Defensa; Jorge Bonal, jefe del departamento de comunicación (JEME) y Enrique Silvela, del Mando de Operaciones (EMAD); Darío Valcárcel, director de Estudios de Política Exterior; Felipe Sahagún y Rosa Meneses, periodistas de El Mundo; Alfonso Armada, director de ABC Cultural; y Pilar Requena, periodista de Televisión Española.
Gracias a la iniciativa de Vicente Garrido, director del INCIPE, destacó el elevado número de estudiantes universitarios presentes en el evento, un hecho que confirma el creciente interés de las nuevas generaciones por estos asuntos. (Texto de Gabriel Cortina Analista de defensa y política exterior)
Fotografías:
·Mesa inaugural del Seminario con Darío Valcárcel y Diego Mazón.
·Primera mesa redonda titulada Valor de la comunicación estratégica en la gestión de crisis.
