Al menos cinco años lleva la Armada preparando la necesaria modernización de las fragatas F-100 o clase “Álvaro de Bazán” hasta que, este último Consejo de Ministros, de 27 de junio, ha autorizado la celebración del primer contrato, en concreto para modernizar el procesador del radar SPY con que cuentan estas fragatas, que comenzaron a entrar en servicio hace ya 23 años.
Dada la edad de las cuatro primeras F-100, las cuatro primeras cumplen entre 2022 y 2026 dos décadas de actividad y la quinta lo hará en 2032, fue entregada en 2012 y es en algunos aspectos distinta, la partida presupuestaria que permita abordar su proceso de modernización era una prioridad, una vez ejecutado permitirá que sigan activas casi hasta mediados de siglo.
Como reza la referencia de dicho Consejo de Ministros “las Fragatas F-100 están provistas del sistema de combate AEGIS. Un componente clave de este sistema de combate es el sistema de radar SPY. La modernización de este sistema de radar cuya contratación se autoriza, permitirá mejorar las capacidades y la eficacia operativa del sistema de combate AEGIS de estos buques”.
Radar SPY-1D
El radar multifunción SPY-1D es el elemento principal del sistema de combate AEGIS con que cuentan las F-100, las primeras fragatas europeas en adoptar esta tecnología de origen estadounidense. Fabricado por Lockheed Martin, el SPY-1D es capaz de efectuar simultáneamente funciones de búsqueda, seguimiento y guiado de misiles enemigos, a más de un radio de 500 km y de seguir simultáneamente más de 90 blancos, así como de controlar con gran precisión las trayectorias de los misiles antiaéreos y antibuque hasta sus objetivos.
Es capaz de detectar y seguir múltiples trazas de amenazas aéreas y contribuir al guiado de los misiles con que se defiende de ellas. Opera mediante la emisión de ondas de radio de alta frecuencia que rebotan en los objetivos y regresan al radar. A través del análisis de las señales devueltas, se puede determinar la ubicación, velocidad y dirección de cada objetivo. Además, puede rastrear varios objetivos al mismo tiempo, priorizándolos según su nivel de amenaza.
El AN/SPY-1D es la variante del -1B, diseñado para los destructores clase Arleigh Burke, destructores clase Kongō y las fragatas de la Armada Española clase Álvaro de Bazán (F-100). Lockheed Martin sigue fortaleciendo y profundizando en la colaboración con la industria militar española. El programa español de las fragatas F-110 proporcionó el marco ideal para crear alianzas estratégicas y promover la innovación junto con socios españoles clave, como Indra, Grupo EM&E (Escribano Mechanical and Engineering) o Integral de Conexión y Montajes (ICM).
Esta colaboración se ha sustanciado en importantes contribuciones por parte de empresas españolas a los sistemas y prototipos de Lockheed Martin. En febrero de 2025, Grupo EM&E e ICM proporcionaron componentes clave para el radar SPY-7(V)2 de la fragata F-110. Desde el anuncio de dicha adjudicación, en el verano de 2024, ambas compañías han proporcionado en conjunto más de 10.000 componentes, para su instalación e integración, a diversas sedes de Lockheed Martin.
Respecto al proceso de modernización del procesador del radar SPY ahora aprobado para las F-100, no hay aún información adicional sobre el contrato, duración o importe (aunque en el resúmen de las referencias del Consejo de Ministros se incluya mención a la autorización de la “celebración del contrato de la segunda enmienda a la carta de oferta y aceptación (COA SP-P-GOR) para el estudio de modernización de media vida para las Fragatas F100, por un valor estimado de 13.924.410,34 euros”), así como de otros similares para el resto de sistemas que se modernizarán.
Al menos desde 2020 estamos analizando la necesaria puesta al día de estos buques, punta de lanza de la Armada que supusieron un verdadero salto tecnológico en cuanto a capacidades operativas, resultado de un proyecto llevado a cabo por la actual Navantia, que se materializó en cuatro unidades más una quinta con mejoras y posteriormente en los cuatro destructores antiaéreos o AWD, clase “Hobart” encargados por la Real Marina Australiana, basados en las F-100.
Lo que parece lógico es actualizar buena parte de la electrónica y sistemas de proceso asociada al radar multifuncional SPY-1D e incluso actuar sobre sus cuatro antenas con alguna modificación, para que sus capacidades se dirijan hacia las del SPY-7 con el que se dotará a las futuras fragatas F-110.
Modernización de media vida de las F-100
Como forma de mantenerlas en servicio hasta la llegada de las más modernas fragatas F-110, se hace necesario acometer una modernización de media vida o Mid Life Update (MLU), que aprovechará en gran medida las tecnologías desarrolladas para las F-110, lo que de paso permita racionalizar el sostenimiento de ambas y reducir los riesgos tecnológicos, permitiendo mantener las F-100 al menos otros 15 o 20 años en servicio.
Ente los sistemas que se modernizarán se encontrarían los relativos a la gestión de la plataforma y el sistema de combate, también sensores como radares u optrónicos, además de guerra electrónica y armamento o comunicaciones y gestión de la información paliando ya algunas obsolescencias tecnológicas. Recordemos que en 2021 la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada adjudicó a Navantia un contrato para estudiar el impacto de la modernización.
Allá por 2022 evaluamos el coste de esta MLU en aproximadamente 2.000 millones de euros, que se realizaría previsiblemente en las instalaciones de Navantia en Ferrol. Se concretaron algunos sistemas que previsiblemente se incorporarán como el radar de superficie Prisma-25X, los equipos de guerra electrónica Rigel y Regulus o el sensor IRST i110, todos ellos desarrollos nacionales.
Los sistemas de armas
La Armada presentaba el 4 de diciembre de 2024 su Plan 2050, en el que cobra un especial interés el de modernización de las fragatas F-100 “Álvaro de Bazán”, que conforman hoy el potencial más notable en la capacidad de combate de superficie de la Armada y una aportación significativa a las capacidades de los aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Entre las actuaciones más destacadas está el impulso a su capacidad de la defensa antiaérea y antimisil integrada. La IAMD (Integrated Air and Missile Defence) es hoy una necesidad clave, pues en el entorno de las amenazas a las que las fragatas F-100 tengan que enfrentarse se incluyen misiles antibuque, misiles hipersónicos, misiles balísticos y diferentes tipos de aeronaves que, en general, serán de altas prestaciones.
La búsqueda de la mejora del potencial de defensa antiaérea y antimisil de las F-100 podría apuntar a alguna optimización de su lanzador vertical de misiles para que incorpore armas como los SM-3 y en los sistemas de guía de sus misiles -actualmente los SM-2 y ESSM (Envolved Sea Sparrow Missile)- para mejorar sus cualidades a la hora de interceptar diferentes tipos de amenazas en vuelo que cada vez son más letales y eficientes, además del misil antibuque noruego NSM, que sustituirá a los veteranos Harpoon, de los pocos sistemas que sí se ha confirmado se adquirirán (120 de la versión Block 1A para las F-100 y F-110).
Una de las actuaciones previsibles para optimizar sus capacidades de defensa antiaérea y antimisil se centrará en proveer a las fragatas F-100 de una capacidad disuasoria creíble y real frente a la peligrosidad de los misiles balísticos que cada vez proliferan más entre algunas naciones belicosas que pueden llegar a ser un adversario al que tener que enfrentarse.
La interceptación de ese tipo de objetos en vuelo, que suelen describir trayectorias parabólicas, requeriría de mejoras en equipos de proceso de información, de sensores modificados y sobre todo de misiles con capacidad real de interceptarlos antes de que se acerquen a su objetivo potencial. (José Mª Navarro García)






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