Sí, el Ejército de Tierra apuesta por el Leopard 2 A8 como su carro de combate de las dos próximas décadas en espera de poder recibir el resultado, si se confirma la deseada participación de España, del programa europeo del futuro sistema de combate terrestre principal MGCS (Main Ground Combat System).
Esa voluntad, que es clara, como se concretó en la jornada “El Futuro del Carro de Combate en Europa”, organizada por el Grupo Edefa y a la que asistieron altas representaciones del Ministerio de Defensa y Ejército de Tierra, supondría un paso adelante especialmente positivo en el potencial de combate terrestre del Ejército de Tierra.
Acerca de lo que se pretende, habló el teniente coronel José Luis Ramírez Perete, que lidera el Negociado de Doctrina, Materiales, Investigación y Lecciones Aprendidas en el Cuartel General del Ejército.
Los vehículos disponibles por el Ejército en la actualidad se corresponderían con la 4ª Generación Plus de la familia Leopard y se encuadrarían dentro de lo que sería un modelo 2A6 surgido específicamente con unos requisitos españoles más demandantes.
Incorporan más blindaje en la parte frontal y superior de la torre, cuentan con un sistema de Mando y Control avanzado, el Lince, y se benefician de la decisión del Ejército de Tierra de apostar por un avanzado sistema de simulación que hace que las tripulaciones sean especialmente efectivas al usarlo.
Se avanza hacia que ese modelo de carro de combate sea transformado en los próximos años al estándar Leopard 2A8, en cuanto a concepto general y prestaciones, para que pueda seguir en activo hasta los primeros años de la década de los 40, cuando se prevé que llegarían los MGCS con los que se los reemplazaría.
Entretanto, la apuesta clara y definida del Ejército de Tierra pasa por contratar a un tecnólogo, que seguramente será una de las grandes empresas nacionales del entorno militar terrestre, para abordar los trabajos de modernización y así asegurar los plazos de la obtención de lo que se pretende.
Sobre las mejoras que se aplicarán, el objetivo es incrementar su supervivencia en el campo de batalla, mejorar la información sobre la concreción situacional y avanzar hacia la mejor protección de la tripulación. Para ello es necesario renovar buena parte de los componentes eléctricos del carro de combate Leopardo que están ya próximos a su obsolescencia, introducir mejoras en los equipos de Mando y Control, apostar por equipos de comunicaciones definidos por software (SDR) o contar con nuevas funcionalidades del BMS (Battle Management System) en torno a la información del concepto situacional.
Se va a apostar también en el Ejército de Tierra por mejorar la potencia de fuego reemplazando el cañón L55 por el L55A1 que soporta mayores presiones y permite obtener mayor velocidad y alcance en los proyectiles que dispara, cambios que llegarán con avanzadas municiones programables y mejoras en el sistema de dirección de tiro que contará con nuevos sensores electroópticos para el tirador y el jefe del carro.
Para llegar a ese estándar Leopard 2A8 se incluirán también mejoras como un sistema de protección activa APS, el uso de redes multiespectrales para hacer más difícil su localización, la dotación de granadas evolucionadas que apantallen su firma infrarroja, modernización de los sistemas antiexplosión y antiincendios, y cambios sustanciales en su tren de rodaje, suspensión y transmisión. (Octavio Díez Cámara)