La Brigada Paracaidista lidera a fuerzas especiales de España y de Estados Unidos

La Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra ha liderado el ejercicio internacional Lone Paratrooper 25, un adiestramiento destinado a potenciar e interoperar las capacidades de infiltración paracaidista, en el que, entre otros, han estado presentes las fuerzas especiales de España y Estados Unidos.

Entre los días 8 y el 19 de septiembre, la Base Aérea del Ejército del Aire y del Espacio de Villanubla (Valladolid) ha acogido a cerca de 170 militares y agentes de seguridad, en concreto 129 españoles y cerca de 50 extranjeros, que se han entrenado bajo la dirección de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC), principalmente en saltos de alta cota, que requieren el uso de oxígeno.

El LP25 (Lone Paratrooper 25), que se lleva realizando desde 1998, se ha convertido en referente a nivel OTAN, e incluso de otros países, en buena parte por la profesionalidad de la BRIPAC, que cuenta en su organigrama con dos unidades claves en este campo: la CRAV (Compañía de Reconocimiento Avanzado) y el GLPAC (Grupo Logístico Paracaidista) VI, con un equipo especializado en la gestión del suministro de oxígeno.

Uno de los paracaidistas participantes en fase final de llegada a tierra. (foto Julio Maíz)

MOE, EZAPAC y FGNE

Además, dado el alto nivel de los participantes, estos comparten procedimientos y mejoran su interoperabilidad. Así, por parte española, han participado, además de la BRIPAC, las tres fuerzas de operaciones especiales: el MOE (Mando de Operaciones Especiales) del Ejército de Tierra, la FGNE (Fuerza de Guerra Naval Especial) de la Armada y el EZAPAC (Escuadrón de Zapadores Paracaidistas) del Ejército del Aire y del Espacio. A estos se han sumado 7 agentes de las unidades de élite de la Guardia Civil. Por parte de los ejércitos aliados acudieron a Villanubla equipos de: Portugal, Italia y Brasil, y 20 efectivos de las fuerzas especiales de los Estados Unidos.

La precisa organización de la BRIPAC, con los limitados medios aéreos disponibles, ha conseguido que cada participante, al menos, realice un lanzamiento de apertura manual y uno con oxígeno al día, completándose unas 150 rotaciones, en las que se han producido 1.500 saltos durante los 12 días que ha durado el LP25.

Respecto a las aeronaves, en la plataforma de Villanubla pudimos ver dos aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio, en concreto un A400M del Ala 31, que contrastaba con el pequeño y veterano, aunque con un aspecto reluciente, CASA C212 de la EMP (Escuela Militar de Paracaidismo) “Méndez Parada” de Alcantarilla (Murcia).

Personal del MOE esperando a subir en el A400M. (foto Julio Maíz)

En el organigrama también figuraba la intervención de un C295 del Ala 35 del Ejército del Aire y del Espacio, en el día de la prensa también pudimos ver el helicóptero Airbus Helicopters AS532 Cougar del BCG (Batallón del Cuartel General) de las FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra).

Así, durante largas jornadas, que incluían lanzamientos nocturnos, se ha practicado sobre todos los lanzamientos a gran altitud, mediante las técnicas HALO-HAHO (High Altitude Low Opening / High Altitude High Opening), en las que se ha de emplear el oxígeno, pero que permite en técnica HAHO navegar por el aire hasta 45 kilómetros desde el punto de lanzamiento. Estaríamos ante uno de los métodos más útiles y discretos de infiltración en zona hostil, muy usado por las fuerzas especiales, y de vanguardia de una gran operación, como las que realiza la CRAV. (Julio Maíz)