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Jueves, 25 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El nuevo buque oceánico multipropósito para el Servicio Marítimo de la Guardia Civil llega con 3 años de retraso

El “Rio Miño” de la Guardia Civil tendrá que aguantar al menos hasta 2025 (Guardia Civil)

El necesario relevo del buque Río Miño llegará con más de tres años de retraso. El 25 de octubre está prevista la apertura de los sobres de las ofertas presentadas para la construcción de un nuevo buque oceánico multipropósito para el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.

Se trata de un buque cuya adquisición se puso en marcha en 2019 y que debería haber sido entregado el invierno pasado, según los planes iniciales, pero no fue hasta el pasado 18 de septiembre que la Guardia Civil pudo poner en marcha la licitación para su adjudicación.

Largamente esperado

En la licitación negociada con publicidad, la Guardia Civil especificaba que el valor estimado eran los 35 millones de euros previstos según lo anticipado por el Consejo de Ministros, que la construcción tomará previsiblemente 27 meses y que el precio constituye el criterio principal de valoración de las ofertas, con un 75 por ciento del peso de estas.

Antes del verano, el Consejo de Ministros del 7 de junio autorizaba a la Benemérita a destinar los citados 35 millones a un nuevo buque oceánico para el Servicio Marítimo, con la anécdota de que se denominaba erróneamente al buque como “oceanográfico” en lugar de “oceánico2. Este buque reemplazará, como hemos analizado varias veces, al veterano “Rio Miño”, adquirido de segunda mano y en activo en el SEMAR desde 2007.

Como recodaba la referencia del citado Consejo de Ministros, el “Rio Miño” “ha superado su ciclo de vida útil, por lo que es necesario sustituirlo mediante la contratación de la fabricación de un nuevo buque oceánico que renueve las capacidades logísticas y operativas del SEMAR”.

Lo que no explicaba la referencia es que lo que ha hecho el Consejo de Ministros es ratificar la orden dada en el Consejo de Europa por la cual conminaban a España a actuar de una vez ante los problemas recurrentes de los actuales buques oceánicos de la Guardia Civil que dada su veteranía, requieren de habituales reparaciones.

Autorizada la inversión por el Consejo de Ministros, el contrato de fabricación será adjudicado a un astillero que cuente con una experiencia constatable en labores de construcción naval y diseño de buques similares. El plazo de ejecución será de 27 meses contados a partir del 1 de enero de 2023 o del día siguiente a la firma del contrato si ésta se produce después”, es decir no está previsto que se complete antes de abril de 2025.

Así será el relevo del “Rio Miño”

Ya en 2019 se puso en marcha una licitación destinada a contratar los servicios de ingeniería para elaborar un proyecto conceptual que serviría de base para el Pliego de Prescripciones Técnicas (PPT). La ingeniería Ghenova se adjudicó este contrato para la definición técnica de este nuevo buque para sustituir al “Rio Miño” que hace tiempo que se encuentra al final de su vida útil. Entonces se contemplaba que el 1 de septiembre de 2019 se firmara el contrato, se pusiera la quilla el 1 de diciembre y se entregara en el invierno de 2021, plazos que han sido obviamente incumplidos.

Como analizamos en 2019 con motivo de la licitación que se adjudicó Ghenova, el buque de nueva construcción deberá reemplazar al “Rio Miño”, un buque que nunca ha sido adecuado plenamente a sus labores policiales pues fue comprado de segunda mano. De hecho su función inicial como remolcador de jaulas de atún no permitió más que una adaptación precaria y parcial.

Será un buque con casco de acero, con capacidad para navegar con cualquier condición meteorológica para patrullar en el mar territorial, zona contigua y aguas internacionales para la represión del contrabando, control de la inmigración ilegal y la vigilancia del cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales en la mar. Eventualmente será empleado para funciones de salvamento, lucha contra la contaminación y ayuda humanitaria, por lo que contará con espacio adecuado para estos fines. Podrá permanecer en el mar entre 20 y 30 días, tendrá una dotación de entre 55 y 75 personas, de las que entre 40 y 50 serán tripulantes, dispondrá de celdas para entre 2 y 8 detenidos.

Entre sus características están una eslora total de entre 75 y 85 metros, una manga de entre 12,5 y 14 metros, un calado de entre 3 y 4,5 metros. Su diseño será de tipo monocasco, con proa lanzada con o sin bulbo, algo que se definirá durante la fase de elaboración del proyecto conceptual y popa de estampa de desplazamiento. El buque deberá poder navegar a régimen de rpm a la potencia máxima de su sistema de propulsión en condiciones de viento y mar de fuerza 6.

El diseño publicado por Ghenova del que denomina “patrullera oceánica”. Contenedores a popa, sistema de izado de embarcaciones tipo RHIB y sistema de posicionamiento dinámico entre otras características. (Ghenova)

Tendrá dos motores principales diésel asociados a hélices de paso fijo o variable, con dos reductoras y cada eje contará con su timón.  Contará también con motores eléctricos con capacidad suficiente y también una hélice o dos en proa.

Deberá alcanzar una velocidad igual o superior a 18 nudos con los motores al 100 % con velocidad de patrulla de 10 nudos y de crucero de 14 nudos. Su autonomía a velocidad de crucero será de 9.000 millas y su autonomía de patrulla de al menos 11.000 millas.

Dispondrá de una plataforma de aterrizaje de 12x12 metros para helicópteros que permita las operaciones de reabastecimiento del tipo VERTREP con seguridad para un helicóptero de tamaño medio, previsiblemente los Bell 412, AS365 Dauphin o EC-135. También incluirá una plataforma para dos contenedores de 20 pies en cubierta o bajo la plataforma de aterrizaje y puestos de arma.

Habrá una plataforma polivalente de 20 metros de eslora por 12 de manga para ubicar provisionalmente a náufragos. Esta podría ubicarse a proa o popa, coincidiendo con la zona para contenedores o la cubierta de vuelo. Se estudiará la posibilidad de dotar al buque de un sistema de posicionamiento dinámico. DSP.

Se trata de un diseño que nos recuerda en gran medida al otro buque oceánico con que cuenta el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, el “Río Segura”, el único patrullero de altura de nueva construcción con que cuenta. Construido por Astilleros Gondán es un buque con una eslora de 73 metros, un desplazamiento de 1.700 toneladas

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil

Las oleadas de pateras o cayucos que sufrieron las Islas Canarias en 2006 y 2007 obligaron a la Guardia Civil a tomar medidas de urgencia y dotarse de buques de mayores capacidades para afrontar este nuevo reto. Entonces se decidió adquirir dos patrulleros oceánicos (según la denominación del Instituto Armado), que comenzaron a operar en 2007, concretamente el “Rio Miño”, un antiguo pesquero japonés construido en 1984 y el “Rio Tajo”, un antiguo buque de apoyo a plataformas construido en 1973 en Alemania.

Aunque ambos buques fueron transformados por astilleros españoles, se trata de buques no diseñados para las misiones del Instituto Armado, empleados principalmente en tareas de localización y ayuda a las oleadas de pateras, resultando poco aptos para estas tareas y de muy escasa velocidad. El Servicio Marítimo de la Guardia Civil dispone de un único buque de nuevo diseño capaz de afrontar estas misiones, se trata del patrullero de altura “Rio Segura”, encargado en 2008 a Astilleros Gondán.

Con base en Las Palmas de Gran Canaria, fue entregado en diciembre de 2010 y costó 15,3 millones de euros. Dispone de una eslora de 73 metros y una manga de 12, un desplazamiento de 1.700 toneladas. Puede operar con 27 tripulantes y dispone de una superficie para helicóptero aunque no hangar. Gondán precisamente es uno de los candidatos para construir el nuevo buque, además de otros especialistas en buques de este tipo como Freire o Armón. (José Mª Navarro García)

 

 


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