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Domingo, 19 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

¿Qué le está pasando a los portaviones de la Royal Navy?

El Prince of Wales (R09) junto a la fragata Victoria (F82) de la Armada española (Royal Navy)

Desde octubre el portaviones “Prince of Wales”, uno de los dos buques de la clase Queen Elizabeth, se encuentra en el dique seco de Babcock en Rosyth, Escocia, sometido a reparaciones tras detectarse un problema de propulsión solo un día después de su última salida.

Se prevé que las reparaciones que se están acometiendo en el eje propulsor de estribor se completen en la próxima primavera y permitan volver al buque a su base de Portsmouth y retornar al servicio activo a finales de este año, según espera la Royal Navy.

En este sentido el contraalmirante Paul Marshall, oficial superior responsable (Senior Responsible Officer o SRO) de los programas Fleed Solid Support (FSS) y fragatas Type 31 de la Royal Navy afirmó durante una intervención en el comité de Defensa del pasado 31 de enero que las comprobaciones realizadas en los ejes del portaviones “Queen Elizabeth” descartaban un fallo similar.

Marshall afirmó que cuando concluyan las reparaciones, el buque de 65.000 toneladas regresará a Portsmouth para someterse al mantenimiento planificado y volver a unirse a las operaciones en otoño de este año.

El segundo de los portaviones de la clase Queen Elizabeth se averió al siguiente día de su partida de Portsmouth el pasado mes de agosto cuando se dirigía a Estados Unidos a realizar unos ejercicios conjuntos centrados en la operación de aviones de combate y aeronaves no tripulados en las costas de Norteamérica y el Caribe.

Se da la circunstancia de su entrada en servicio debió retrasarse tras una importante inundación en octubre de 2020 que afectó a la sala de máquinas cuya reparación duró seis meses y costó 3,3 millones de libras y que en 2021 un despliegue similar tuvo que cancelarse por problemas mecánicos.

En estos momentos la Royal Navy tiene en marcha una investigación para determinar si se trata de un fallo de diseño que afectaría a los dos buques de la clase, un defecto de fabricación o un error de mantenimiento. La investigación estaría próxima a concluir y se espera permita además de identificar cualquier defecto de diseño o error de mantenimiento, mejorar las operaciones de estos buques y su mantenimiento.

Según las últimas noticias el origen del problema se debería a un fallo en un acoplamiento externo que conecta el eje de la hélice exterior con el eje de transmisión del motor. Un fallo que la propia Royal Navy habría calificado como “sin precedentes” y poco visto con anterioridad.

En fechas recientes el diario The Times se ha hecho eco de las investigaciones afirmando que la Royal Navy está investigando a algunas de las empresas participantes en la construcción como la francesa Thales, responsable en parte del sistema de propulsión, igual que la noruega Kongsberg, responsable de la fabricación de los ejes de propulsión.

Recordemos que estos dos buques son los mayores nunca operados por la Royal Navy, fueron diseñados y construidos por la Aircraft Carrier Aliance, una empresa formada por las compañías británicas BAE Sytems y Babckock y la francesa Thales, junto a propia Royal Navy.

El Prince of Wales rumbo al Ártico (Royal Navy)

Fragatas, submarinos y misiles

Recordemos que este problema no es el único al que se enfrenta la Royal Navy actualmente, ya que acumula retraso con sus modernas fragatas Type 26, como también sucede con el mismo buque en Australia. Según las estimaciones más actuales, la primera fragata de la clase Type 26, la HMS “Glasgow” entrará en servicio en 2028. Diferentes problemas en la integración de diferentes sistemas de combate y la firma acústica del buque estarían tras los retrasos.

Los costes también se habrían incrementado con una previsión al alza del 4,2 %. Retrasos y sobrecostes supondrán menores ingresos para el contratista principal BAE Systems, cuyo contrato está basado en el cumplimiento de objetivos. También los destructores Type 45 presentaron problemas en su sistema de propulsión que debieron ser solventados.

También acumularía retraso con el programa destinado a dotar a sus buques de combate con modernos misiles antibuque, como analizamos hace ahora un año, si bien, igual que eligió la Armada española, finalmente han optado por integrar el NSM de Kongsberg.

Conocidos son los problemas que tuvo el programa de submarinos Astute, que acumuló retrasos de 57 meses y un 53 % de sobrecoste y requirió también la participación de la compañía estadounidense General Dynamics Electric Boat en la resolución de los problemas, a través de un contrato con la Marina estadounidense. (José Mª Navarro García)

 

 


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