Con dos conflictos de alta intensidad abiertos, Ucrania y Gaza, la munición de artillería pesada de 155 mm se ha convertido, por su escasez, en “oro puro”, por la que la ampliación de un anterior pedido realizado por Israel a Estados Unidos supone un importante esfuerzo para Washington.
La Secretaría de Estado de Estados Unidos, que encabeza Antony Blinken, el permanente enlace de la Administración Biden con Israel, acaba de aprobar, según informa la Agencia de Cooperación de Defensa y Seguridad o Defense Security Cooperation Agency (DSCA), una posible venta a Israel de munición de artillería M107 de 155 mm y componentes conexos por un coste estimado de 147,5 millones de dólares.
La autorización, que se enmarca en el actual conflicto abierto contra los terroristas de Hamas y en menor medida contra los de Hezbolá, tiene un alto trasfondo en la política exterior de Washington, más en el año en que habrá elecciones a la presidencia. Así, la fecha de la publicación, el 29 de diciembre, sería una decisión tomada para darle la mínima difusión mediática.
Conforme a la nota de la DSCA, lo que requiere Israel exactamente son componentes para proyectiles de 155 mm (espoletas, cebos y cargas), que su artillería dispara continuamente en la operación contra Hamas en la franja de Gaza y en menor medida contra los bastiones de Hezbolá en el sur del Líbano.
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Obús autopropulsado M-109 de las Fuerzas de Defensa de Israel. (Foto IDF)
Esta autorización se añade a una venta de material o Foreign Military Sale (FMS) anterior, valorada en 96,51 millones de dólares que, según detallan, “incluía 4.792 proyectiles de munición de artillería de 155 mm M107; 52.229 de munición de artillería de 155 mm M795; y 30.000 cargas propulsoras MVale4, junto con publicaciones, documentación técnica asociada y servicios de apoyo logístico, que han sido entregados posteriormente”. El nuevo coste total estimado es de 147,5 millones de dólares.
Así, el nuevo pedido de componentes, que no se cuantifica, pero a tenor del alto importe será muy numeroso, podría destinarse además a la fabricación de forma local de más proyectiles de dicho calibre con los que reponer las reservas de las Fuerzas Armadas de Israel. Y es que desde el 7 de octubre la demanda del apoyo de la artillería es continua, ya que a las habituales peticiones de fuego de contrabatería, ante los continuos ataque con cohetes de Hamas, se ha unido la necesidad de apoyar al lento pero preciso avance urbano en la franja.
Aunque Israel tiene importantes stock de munición, a diferencia de los países europeos, como se ha demostrado durante la guerra de Ucrania, también tiene que prever reponer su altísimo uso, que podría aumentar de agravarse la hostilidad de Líbano en el norte de Israel.
Estados Unidos hace además un gran esfuerzo en unos momentos en que sus propias reservas de esta munición están al límite por la ayuda dada a Ucrania durante los cerca de dos años de guerra. Desde el Departamento de Defensa de Estados Unidos se están realizando un aumento de pedidos a la industria, que tardará años no obstante en solventarse. (Julio Maíz)
