Se da la circunstancia de que es el segundo accidente de uno de estos bombarderos rusos en escasamente un mes: El pasado 9 de junio otro Tu-95 se salía de la pista durante un despegue en una base aérea en la región oriental de Amur tras incendiarse uno de sus motores, siniestro que costó la vida a un miembro de la tripulación y que dio lugar a que se suspendieran los vuelos de este tipo de bombarderos estratégicos. Estos se retomaban poco antes del 4 de julio, fecha en que cuatro de ellos realizaron un vuelo de largo alcance sobre el Pacífico, durante el cual fueron interceptados por dos aviones de combate F-15 y otros dos F-22 en incidentes separados que coincidieron con la celebración del Día de la Independencia estadounidense.
El anterior accidente con estos aviones había tenido lugar en 2013, cuando un avión resultó dañado después de que se produjera un incendio tras la cabina de mandos mientras este recorría la pista antes del despegue. El Tu-95, código OTAN Bear, es un bombardero estratégico turbohélice con más de sesenta años de servicio en la Fuerza Aérea rusa. (J.N.G.)
