El seguimiento del patrullero de la Royal Navy británica HMS “Mersey” (P-283) a un submarino ruso que navegaba en superficie en aguas cercanas al Reino Unido es un nuevo episodio del creciente control mutuo a que ha conducido la tensión entre Rusia y la OTAN. Fue el 26 de febrero cuando el patrullero de altura Offshore Patrol Vessel (OPV) de la clase “River” detectó mientras estaba de guardia al submarino de ataque de tipo diésel del Proyecto 636.3, clase “Kilo” avanzada según la OTAN, “Rostov on Don” (B-237) navegando en el Mar del Norte y el Canal de la Mancha en su viaje desde el Báltico al Mediterráneo.
El HMS (Her/His Majestic Ship) “Mersey” (P-283) informó de los movimientos de este submarino ruso de la Flota del Mar Negro de la Voyenno-Morskóy Flot (VMF) para que los aliados de la OTAN pudieran seguir su progreso mientras continuaba su viaje. Así, será monitorizado en aguas del Golfo de Vizcaya por la Marine Nationale de Francia y posteriormente por la Armada española (bajo control del Mando de Operaciones (MOPS)) y la Marinha de Portugal, ya que para llegar al Mediterráneo debe circunvalar la Península Ibérica.
Tras superar el B-237 la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Reino Unido el OPV HMS “Mersey” volvía a su puerto base, la HMNB (Her Majesty's Naval Base) Portsmouth, al sur de Inglaterra. Aunque este tipo de OPV, y otros de sus características, como los Buques de Acción Marítima (BAM) de la clase “Meteoro” de la Armada española, carecen de capacidades antisubmarinas o Anti Submarine Warfare (ASW), su concurso en este tipo de operaciones de vigilancia y presencia naval son muy importantes, sobre todo por sus bajos costes operativos. Otra cosa es un clima pre-bélico, y que los submarinos “hostiles” operasen en inmersión, una situación ante los cual los británicos tendrían la capacidad ASW de los P-8 Poseidon de la Royal Air Force (RAF), de la que España carecerá, al menos temporalmente, tras la baja de su último P-3M a finales de 2022. (Julio Maíz Sanz)
Fotografia: El submarino ruso B-237, fotografiado desde el HMS “Mersey”, exhibe con orgullo en su vela la bandera de San Andrés tan cuestionada en España. (foto Royal Navy)
Imagen del espejo de popa del HMS “Mersey” a su izquierda se ve el submarino ruso B-237. (foto Royal Navy)