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El Jefe del Pentágono podría ser sancionado por aceptar un lujoso Boeing 747-8 de Qatar para ser usado como Air Force One

El avión 747-8 Intercontinentals regalado por Qatar que podría convertirse en el nuevo Air Force One. (Foto: Getty Images)
El avión 747-8 Intercontinentals regalado por Qatar que podría convertirse en el nuevo Air Force One. (Foto: Getty Images)

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, aceptó el 21 de mayo de la familia real del Emirato de Qatar un avión Boeing 747-8 Intercontinentals, con un acabado de auténtico lujo, para ser utilizado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos como Air Force One. Pero el desmesurado obsequio viola la Constitución estadounidense y una ley Federal en la que se estipula que la aceptación de un “regalo” a la Casa Blanca o a cualquier agencia Federal requiere previamente de la aprobación del Congreso.

En su momento, cuando el Palacio Real qatarí ofreció obsequiar el avión de ultra lujo, el portavoz jefe del Pentágono, Sean Parnell, dijo en un comunicado de prensa que “el secretario de Defensa ha aceptado un Boeing 747-8i de Qatar de acuerdo con todas las normas y regulaciones federales”. Añadiendo que “el Departamento de Defensa trabajará para garantizar que se consideren las medidas de seguridad adecuadas y los requisitos funcionales de la misión para una aeronave utilizada para transportar al presidente de los Estados Unidos”.

Sin embargo, este jueves el diario The New York Times público una nota en la que citan una carta del representante (D) Jamie Raskin de Maryland, un ex profesor de derecho constitucional de la Universidad Americana, que instó al secretario Hegseth a acudir al Congreso para solicitar la aprobación del avión que el presidente Donald Trump quiere utilizar como Air Force One; pues su aceptación violaba la cláusula de emolumentos de la Constitución, que prohíbe a los funcionarios federales aceptar beneficios financieros de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso.

El nuevo Boeing 747-8i es uno de los mayores regalos extranjeros jamás hechos al gobierno estadounidense y fue recibido por la Fuerza Aérea para que sea empleado como avión presidencial, reforzando en esta misión a los otros dos VC-25A (Boeing 747-200B) que sirven como Air Force One desde que entraron en servicio a principios de la década de 1990, pero que desde la primera administración del presidente Trump, Boeing ha propuesto reemplazar por los nuevos VC-25B (747-8i), operación cuya aprobación  el Congreso ha retrasado durante los años de su primer periodo y los de la administración del ex presidente Joe Biden, para gran disgusto del mandatario.

No obstante, el Congreso estadounidense aún no ha realizado ninguna votación formal para determinar si será aceptado el Boeing 747-8i como obsequio del Palacio Real de Qatar, pero la portavoz de la Casa Blanca ha declarado a la prensa que el obsequio es para el gobierno estadounidense, no para él como presidente, y, por lo tanto, no viola la Constitución ni las leyes éticas.

Por otra parte, el Departamento de Defensa ha ordenado a Troy Meink, secretario de la Fuerza Aérea, actualizar el avión con todos los sistemas y contramedidas de protección necesarias para que la aeronave cumpla con los estándares de seguridad del Servicio Secreto para que el presidente Trump pueda utilizar el Boeing 747-8i como un nuevo Air Force One hasta la entrada en servicio de los VC-25B.

Sobre el valor de este lujoso avión, informes periodísticos de medios estadounidenses, que citan a fuentes de la industria aeronáutica, estiman que el valor de la aeronave donada por Qatar oscila entre $200 y $400 millones de dólares, por lo que Hegseth debería pagar una sanción por un avión que aceptó en nombre del presidente, pero que no podrá disfrutar personalmente, dijo Raskin.

De acuerdo con el Times, la Constitución de Estados Unidos otorga a su Congreso la autoridad para permitir o impedir que los funcionarios federales reciban obsequios de gobiernos extranjeros. Esta supervisión que se remonta a los albores de Estados Unidos, cuando sus padres fundadores les preocupaba que los reyes europeos otorgaran obsequios a los líderes estadounidenses, incluyendo una caja de rapé con incrustaciones de joyas que el rey de Francia Luis XVI regaló a Benjamin Franklin y un caballo que el rey Carlos III de España concedió a John Jay. Ambos informaron sobre estos obsequios al gobierno y las autoridades estadounidense de turno y se les permitió conservarlos, una costumbre que quedó consagrada en la Constitución. (Bernardo de la Fuente)


Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

1 comentarios

  1. WAYNE | 09/06/2025 10:11h. Avisar al moderador
    El caso es propagar bulos. Pues claro que esto pasará por el congreso, pero le educación y el.protcolo exigen aceptar este tipo de obsequios que son al país a través de sus indt, no a personas.   

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