El consejero delegado de General Atomics Aeronautical Systems (GA-ASI), referente global en el desarrollo de sistemas aéreos no tripulados, ha remitido una carta al nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Estados Unidos, dirigido por Elon Musk, apuntando cuestiones claves que considera deben reformarse en el actual sistema de adquisiciones de defensa de Estados Unidos e instándole a adoptar nuevas capacidades y tecnologías revolucionarias.
En su carta, Linden Blue, consejero delegado de GA-ASI, se pone a disposición del Departamento de Eficiencia Gubernamental para trabajar en la reforma de las adquisiciones de defensa a fin de mejorar su eficiencia y su contribución a la seguridad nacional y “abordar las políticas, procedimientos y rarezas organizativas que dificultan la entrega puntual de capacidades críticas a los combatientes”.
“En el propio mercado de exportación de GA-ASI, la deficiente política del Gobierno estadounidense y la lentitud de la toma de decisiones burocráticas han abierto la puerta a competidores como China, Turquía e Israel para conseguir importantes clientes internacionales. Las ventas perdidas a manos de estos competidores mientras esperábamos alguna acción del Gobierno de EE.UU. significan menos fondos disponibles para reinvertir en I+D y modernizar la infraestructura de fabricación. Se necesita un liderazgo audaz. Los anteriores esfuerzos de reforma, a menudo supervisados por las mismas organizaciones que más necesitan la reforma, han fracasado. DOGE tiene el potencial para impulsar un cambio significativo, y estamos dispuestos a ayudar en lo que podamos”.
Linden Blue detalla en su misiva al departamento que dirige Elon Musk una lista precisa de recomendaciones que reproducimos a continuación:
“Retrasos: Utilizar las autoridades disponibles para acelerar las adquisiciones, dando prioridad a las necesidades de las fuerzas de combate por encima de la obsesión por el proceso. Existen normas y procesos especiales para acelerar las adquisiciones, pero no se utilizan con suficiente frecuencia y suelen modificarse con el tiempo para ajustarse a procesos estándar más lentos.
El Gobierno de Estados Unidos podría acelerar las adquisiciones de sistemas de mayor envergadura simplemente fijando límites temporales a los hitos del DoD para garantizar que el periodo entre la «definición de requisitos» y la «capacidad operativa inicial» (IOC) no supere los cinco años.
Traspaso de responsabilidades: Establecer la responsabilidad dentro del sistema estadounidense de Ventas Militares al Extranjero (FMS), en el que la ejecución está fragmentada entre el Departamento de Estado, múltiples agencias del DoD y los servicios militares, sin que ninguno de ellos pueda dirigir a los demás. Nadie es responsable en última instancia de la consecución o no de los objetivos estratégicos de la administración relacionados con la venta de artículos de defensa a los aliados.
La rendición de cuentas puede lograrse mediante líneas claras de autoridad y responsabilidad, plazos para la toma de decisiones y un sistema informático moderno para seguir la distribución y el gasto de miles de millones de dólares (financiados en su totalidad por clientes extranjeros) en la cuenta del fondo administrativo del FMS estadounidense.
Autolimitación: Reformar la interpretación estadounidense del Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR) para que se centre en la tecnología de misiles vinculada a las armas de destrucción masiva y no en los UAS. En la actualidad, la anticuada interpretación del MTCR ata de pies y manos al Gobierno estadounidense incluso en programas de exportación sencillos que gozan de apoyo bipartidista.
Debemos contrarrestar las injustas ventajas de mercado obtenidas por los proveedores extranjeros no sujetos a las limitaciones autoimpuestas del MTCR. Además, debemos equilibrar objetivamente la priorización de la seguridad tecnológica con la de armar a aliados y socios (¡con su propio dinero!) para futuros conflictos y un mayor reparto de cargas” .






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