Emmanuel Macron ha oficializado el lanzamiento del nuevo portaaviones nuclear de Francia, el PA-Ng, en un discurso ante las tropas francesas destacadas en Abu Dabi, donde enmarcó el programa como una apuesta de poder militar, industrial y tecnológico “al servicio de la libertad en alta mar”. El anuncio pone fin a la fase de diseño y abre formalmente la etapa de construcción de un buque llamado a relevar al Charles de Gaulle a partir de 2038.
Macron justificó la decisión apelando al contexto estratégico actual, que definió como “una era de depredadores” en la que Francia debe ser “fuerte para ser temida” y, en particular, “fuerte en el mar”. En ese marco, anunció que, tras una “revisión profunda y cuidadosa”, ha decidido dotar al país de un nuevo portaaviones y que la decisión de lanzar la realización del programa se tomó esta misma semana.
El presidente subrayó que el buque será “testimonio del poder de nuestra nación, un poder de industria y tecnología”, y lo presentó como instrumento de libertad en las “aguas turbulentas de nuestro tiempo”. Agradeció expresamente el trabajo del Ministerio de las Fuerzas Armadas, el Estado Mayor, la DGA, el comisariado de energía atómica y la industria, y avanzó que visitará el astillero en febrero para reunirse con las 800 empresas implicadas, de las cuales el 80% son pymes.
La ministra confirma el arranque del PA-Ng
La ministra de las Fuerzas Armadas, presente también en Abu Dabi, confirmó que el departamento lanza la construcción del portaaviones de nueva generación (PA-Ng), al que definió como la “futura piedra angular” de las fuerzas armadas francesas. Según explicó, el buque garantizará la proyección de poder desde alta mar, con una entrada en servicio prevista para 2038, coincidiendo con el relevo del Charles de Gaulle.
Este anuncio culmina un proceso de decisión largamente preparado. El oficial responsable del programa en la Marine Nationale, el capitán Thibault Lavernhe, ya había señalado que 2025 sería un “hito mayor” y que el Ministerio de Defensa decidiría antes de fin de año si lanzaba o no la realización del programa, insistiendo en que “el barco está hoy diseñado sobre el papel” y que solo faltaba el consentimiento político para dar el paso.
El PA-Ng fue autorizado en diciembre de 2020 para entrar en una actividad de diseño y desarrollo en dos fases, liderada por la DGA y el contratista principal MO Porte-Avions, una empresa conjunta de Naval Group y Chantiers de l’Atlantique. Durante los últimos cuatro años se han completado el diseño preliminar y el diseño de sistemas, mientras TechnicAtome, bajo contrato del comisariado de energía atómica, definía la planta nuclear basada en dos reactores de agua a presión K‑22.
El resultado es un portaaviones de 78.000 toneladas de desplazamiento, 310 metros de eslora y una manga de unos 90 metros, dimensionado para operar un grupo aéreo embarcado de unas 30 aeronaves de combate más otros medios de ala fija y rotatoria. El buque contará con electrificación generalizada de sistemas y equipos, una única isla integrada, sistema de catapultas electromagnéticas de tres carriles (EMALS), sistema de apontaje avanzado de tres cables (AAG), dos hangares y dos ascensores de cubierta en el costado de estribor, cada uno con capacidad de izado de 40 toneladas.
La configuración del tamaño y la cubierta de vuelo –17.200 m²– responde a las exigencias del grupo aéreo. Lavernhe ha detallado que el PA‑Ng está diseñado para operar 30 cazas o UCAV, tres aviones E‑2D Hawkeye de alerta temprana y entre cinco y seis helicópteros, con la idea de acomodar la evolución de las capacidades tripuladas y no tripuladas a lo largo de la vida del buque.
El plan de la Marina francesa prevé que el portaaviones entre en servicio con Rafale M en estándar F5, E‑2D Hawkeye y vehículos aéreos no tripulados (UAV). A partir de alrededor de 2040 se espera incorporar un UCAV embarcado compatible con cubierta, que complemente y, en parte, releve a los cazas tripulados en misiones de ataque y reconocimiento en profundidad, reflejando la transición hacia una aviación naval combinada de plataformas tripuladas y no tripuladas.
Calendario industrial y primeros contratos
En el plano industrial, el montaje del casco del PA‑Ng está previsto en los astilleros de Chantiers de l’Atlantique, en Saint‑Nazaire, a partir de 2032. Una vez completada esta fase estructural, el buque se trasladará a Toulon hacia mediados de 2035 para completar trabajos de alistamiento, recibir el combustible nuclear e iniciar las pruebas de mar, previstas para 2036.
Antes incluso de la luz verde política anunciada ahora, la DGA había comenzado a asegurar elementos críticos del programa: en abril de 2024 adjudicó contratos por 600 millones de euros a MO Porte‑Avions y TechnicAtome para la adquisición de equipos y estructuras de “camino crítico”, incluidos componentes de los reactores, vasijas de contención y parte de las plantas de vapor secundarias. Estos pedidos anticipados buscan evitar cuellos de botella y garantizar que los largos plazos de fabricación de la planta propulsora y otros sistemas clave no retrasen el calendario global.
La decisión consolida un programa de altísimo coste y ambición tecnológica que absorberá en torno a uno de cada cinco euros del presupuesto de equipamiento de las Fuerzas Armadas francesas. Los datos que avanzamos en 2020 sitúan el desplazamiento del futuro R92 en unas 82.673 toneladas y una eslora de 310 metros, prácticamente el doble de arqueo que el actual Charles de Gaulle, lo que lo convierte en el mayor buque de guerra jamás construido en Europa. El diseño opta por una única isla compacta y muy retrasada, que libera espacio en cubierta de vuelo y optimiza las operaciones aéreas de alta intensidad.
La Marine Nationale contará con un buque dotado de dos reactores nucleares TechnicAtome de la familia K‑22, con recargas de combustible previstas aproximadamente cada diez años, lo que le dará una autonomía y un margen de potencia eléctrica muy superiores al de su predecesor. La vida útil del PA‑Ng se proyecta hasta alrededor de 2080, con un diseño “adaptable” pensado para ir integrando sucesivas generaciones de sensores, sistemas de combate y armas.
Catapultas electromagnéticas y ala aérea de nueva generación
Uno de los elementos más significativos es la adopción de un sistema de catapultas electromagnéticas y frenado avanzado de origen estadounidense (EMALS y AAG), fruto de un acuerdo con Estados Unidos similar al que equipa a los portaaviones clase Ford. Este salto tecnológico permitirá lanzar aeronaves más pesadas, con mayor carga de combustible y armamento, y aumentar la cadencia de salidas respecto al Charles de Gaulle.
La configuración del ala aérea, a partir de maquetas presentadas en Euronaval, combinará los actuales Rafale M, la variante naval del caza de nueva generación del programa FCAS/NGF y aviones E‑2D Advanced Hawkeye de alerta temprana, de los que Francia ya ha solicitado tres unidades con entregas previstas a partir de 2028. Además, el diseño prevé la operación de sistemas aéreos no tripulados (UAS) desde cubierta, integrados en el sistema de combate, para misiones de vigilancia, reconocimiento y apoyo al ataque.
El nuevo portaaviones francés requerirá una proporción muy relevante del presupuesto de equipamiento militar: se estima que, en los años de mayor esfuerzo, uno de cada cinco euros destinados a nuevos programas de armamento se dirigirá al PA‑Ng. Esta concentración de recursos refleja tanto la prioridad estratégica del programa como su impacto tractor sobre la base industrial y tecnológica de defensa francesa.
El calendario de construcción sitúa el inicio de las pruebas de mar en torno a 2036 y la entrada en servicio alrededor de 2038, con la posibilidad de que, en función de la disponibilidad presupuestaria futura, París llegue a plantearse la construcción de una segunda unidad basada en el mismo diseño. Mientras, la puesta en marcha del programa movilizará a centenares de empresas y miles de empleos cualificados en polos navales como Saint‑Nazaire, Cherburgo o Brest.
Una apuesta estratégica para la autonomía europea
Este programa se enmarca en la voluntad de Francia de mantener su condición de única potencia europea con un gran portaaviones nuclear, capaz de sostener operaciones aéreas de alta intensidad lejos de su territorio. El futuro R92 se configura como la pieza central de la estrategia francesa de proyección naval, tanto en el marco de la OTAN como de la Política Común de Seguridad y Defensa de la UE.
Frente a la opción de portaaviones ligeros o buques polivalentes por la que se inclinan otras marinas europeas, París ha optado por un buque de gran porte y alta complejidad tecnológica, fuertemente dependiente de la energía nuclear y de la aviación de combate embarcada de quinta/siguiente generación. Ese modelo refuerza el liderazgo naval francés en Europa y apunta a que, durante buena parte del siglo XXI, el PA‑Ng será el principal instrumento europeo de proyección aeronaval oceánica de alta intensidad. (José Mª Navarro García)





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