El programa de Aviones de Combate Colaborativo (CCA) de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) ha dado un paso fundamental con el inicio en la Base Aérea Beale (California) de las pruebas en tierra de los vehículos de evaluación de General Atomics YFQ-42A y el Anduril YFQ-44 Fury, lo que marca un hito en el esfuerzo por integrar sistemas autónomos en la futura fuerza.
Según informa la Fuerza Aérea, las pruebas comprenderán los sistemas de aviónica, propulsión e integración de la autonomía las interfaces con el módulo de control terrestre, con ello la Unidad de Preparación de Aeronaves de la USAF, junto al personal técnico de los dos fabricantes, podrán analizar el rendimiento de los sistemas de ambos vehículos como paso previo a los ensayos de vuelo que están programados para el último trimestre de este año.
“Esta fase acorta la distancia entre el diseño y el vuelo, reduciendo los riesgos de integración, aumentando la confianza y sentando las bases para un primer vuelo exitoso y su posterior despliegue ante el combatiente”, afirmó el jefe del Estado Mayor de la USAF, general David Allvin, en el comunicado de prensa.
Los vehículos aéreos no tripulado de combate (UCAV) que se están desarrollando bajo el programa Aviones de Combate Colaborativo, están orientados a la nueva estrategia de operaciones aéreas futuras que la USAF se encuentra desarrollando. En ella se contempla una evolución hacia paquetes de fuerza escalables con la colaboración hombre-máquina.
Los YFQ-42A y YFQ-44A están diseñados para operar junto con aeronaves tripuladas como los Lockheed Martin F-22 Raptor y F-35 Lightning II y los futuros Boeing F-47, este último es un caza Next Generation Air Dominance (NGAD), desarrollado para realizar misiones aire-aire a través de equipos tripulados y no tripulados (MUM-T), donde ambos CCA permitirán a los Mandos de los escuadrones de combate ampliar el alcance operativo, mejorar la capacidad de supervivencia y aumentar la letalidad en entornos de conflicto.
Como multiplicadores de fuerza, facilitarán un despliegue rápido y una masa asequible, ofreciendo potencia de combate a una fracción del coste de los cazas de ataque tradicionales de 4ta, 5ta y 6ta generación.
Los UCAV del programa
El YFQ-42A de General Atomics Aeronautical Systems, Inc. y el YFQ-44A “Fury” de Anduril Industries, son UCAV desarrollados para el programa de Aviones de Combate Colaborativo (CCA) de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, y fueron seleccionados en marzo y abril de 2024 respectivamente, como los dos ganadores del Increment 1 del CCA, asimismo, la USAF tiene previsto dar luz verde al desarrollo del próximo lote de drones CCA, conocido como Increment 2, durante el año fiscal 2026 para ampliar las aplicaciones de la misión e integrar tecnologías emergentes, por lo que se tiene planificado tener en servicio la primera flota de drones antes de 2030.
Los nuevos UCAV, tienen un rol muy importante en la nueva iniciativa de “Dominio Aéreo de Próxima Generación de la USAF”, que impulsa la producción local y la adquisición de tecnologías avanzadas como también lo contempla el programa de gobierno del presidente Donald Trump, “América Primero”.
El F-35 en la mira de DOGE
Mientras tanto, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, dirigido por el magnate tecnológico Elon Musk, que firmó en 2024 a través de X una dura crítica contra los F-35, al sugerir que los Sistemas de Aeronaves Pilotadas Remotamente (RPAs) armados son más baratos y podrían realizar la misma misión encomendada a las aeronaves tripuladas, ha vuelto cargar en contra del caza de quinta generación fabricado por Lockheed Martin, señalando en X: “El programa de Aviones de Combate Colaborativo es justo el tipo de innovación que necesitan las fuerzas armadas, pero no pretendamos ser inmunes al pasatiempo favorito de Washington: gastar dinero.
General Atomics y Anduril son de primera categoría, pero el historial de sobrecostos de la Fuerza Aérea (F-35) debería hacer sudar a los contribuyentes. El gasto de I+D, proyectado en el programa Aviones de Combate Colaborativo en 6.000 millones de dólares hasta 2028, es un claro indicio de un presupuesto inflado, mientras las unidades de primera línea aún buscan con apuro piezas de repuesto.
Si este programa entrega 1.000 drones sin replicar la costumbre del Pentágono de sobrechapar cada componente, será un milagro. La eficiencia se traduce en resultados, no solo en prototipos brillantes. Demuestre que los pilotos autónomos pueden sobrevivir a una auditoría presupuestaria real, no solo a una simulación de combate aéreo”, apunta Musk. (Bernardo de la Fuente)






Deje un comentario
Su e-mail no será publicado.
Los comentarios que no se atengan a las normas de participación podrán ser motivo de expulsión.