El anuncio de la retirada de la autorización del gobierno alemán, que por ley es el último en dar luz verde a acuerdos de este tipo, corrió a cargo del Ministerio de Economía, que habría confirmado la suspensión, según la prensa alemana, que asegura que el Ejecutivo está en conversaciones con Rheinmetall para pactar algún tipo de compensación que haga frente a las pérdidas que tendrá que afrontar el fabricante por la cancelación del acuerdo.
Aún así, desde el lado ruso se asegura que el centro de entrenamiento ya estaría completado “al 95%” y lo único que restaría sería utilizar material producido en Rusia para concluir el proyecto, según fuentes citadas por RIA Novosti. Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Yuri Borisov, ha declarado que Rusia “defenderá sus intereses” y que se llevarían a cabo los procedimientos necesarios para “demandar” a Rheinmetall por incumplimiento de contrato.
Esta decisión llega justo después de la puesta en marcha del nuevo paquete de sanciones europeas que afectan especialmente al sector militar ruso, lo que también podría ser una maniobra y presión de Berlín para que finalmente París decida suspender el contrato de los Mistral, que de momento sigue los plazos establecidos. Alemania puede permitirse el lujo de cancelar un acuerdo de este tipo, en tanto el porcentaje de exportaciones de armamento a Rusia se limitó tan sólo al 0,7% del total de las autorizadas en 2013, alcanzando un valor de unos 50 millones de dólares. (J. Martínez)