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Martes, 23 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Suministro de armamento más letal a Ucrania, pero ¿hasta cuándo?

La invasión de Ucrania no está resultando lo que muy probablemente Rusia previera como una rápida operación. A la posibilidad real de que Moscú no haya desplegado plenamente su capacidad armamentística en una estrategia que bien podría pasar por no arrasar más allá de lo que tácticamente le es posible, porque hacerlo no es cuestión clave en el objetivo final que se persigue, se ha sumado la capacidad de Ucrania para hacer frente al enemigo gracias en muy buena media al amplio pertrecho de armas recibido de Europa y Estados Unidos.

 

Los aliados occidentales han dotado a las fuerzas de Ucrania de sistemas de armas de todo tipo y fácil uso, desde equipamiento relativamente avanzado a sistemas que algunos países europeos del Pacto de Varsovia mantenían en operación heredados de la época de la URSS y cuyo manejo resulta familiar a los combatientes ucranianos, como los MiG-29 o los blindados PbV-501, que Alemania ha autorizado a entregar por la República Checa. En estos tiempos de cambio, en los que tantas veces hablamos de eso que se llaman nuevos escenarios, esta guerra ha puesto en evidencia la pervivencia e importancia de conceptos clásicos del combate, como el papel clave de la logística o la vulnerabilidad de medios, como los carros de combate, que se siguen enfangando cuando la primavera convierte el hielo en lodazal, frenando el avance, tal cual ocurriera en la II Guerra Mundial.

 

Los clásicos y relativamente económicos morteros portátiles han mostrado, como hemos visto en todos los conflictos recientes, su gran efectividad, como también, en este escenario ucraniano, la de aviones no tripulados (UAV) armados Bayraktar TB2 de origen turco. Los misiles se han revelado sistema fundamental y Ucrania aseguraba recientemente que necesitaba para mantener posiciones unos 500 diarios, antiaéreos y anticarro. Entre los principales medios de este tipo vistos en combate están el sistema portátil superficie-aire FIM-92 Stinger y el anticarro FGM-148 Javelin, suministrados principalmente por Estados Unidos. Es parte de lo que la Casa Blanca ha enviado en una ayuda militar que cifra en 1.700 millones de dólares desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero.

 

Ahora se ha anunciado la entrega de armamento pesado, que incluirá piezas de artillería para proveer a Ucrania de mayor capacidad ofensiva, un nuevo paquete de ayuda militar que va a incluir desde equipamiento personal para hacer frente al empleo hipotético de agresivos NRBQ (Nuclear, Radiológico, Biológico y Químico), buques de empleo costero, 10 radares contrabatería AN/TPQ-36 y 2 antiaéreos AN/MPQ-65, 200 blindados a oruga M-113, 100 vehículos de alta movilidad y también algunos tipos de UAV armados. La OTAN, es evidente, ha dado pasos para armar con sistemas cada vez más letales a Ucrania

 

Pero Volodímir Zelenski continúa demandando más armamento, pese a que llegan entre 8 y 10 aviones cargados de material para Ucrania cada día. Sin embargo, es más que previsible que ese ritmo no pueda mantenerse en un futuro. Queda claro que los stocks que tienen en almacén muchos países no son suficientes y que será necesario reforzarlos de cara a un futuro, porque comprar misiles, carros de combate, helicópteros, UAV… no es sencillo ni rápido y la mayor resistencia ofensiva de Ucrania no acortará el conflicto.


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