Al hablar de los principales programas de las Fuerzas Armadas, a menudo se tiende a confundir lo grande con lo importante. Así ocurre, por ejemplo, cuando nos referimos a los programas de plataformas terrestres para cualquier fuerza militar, donde los principales titulares los acaparan los carros de combate o los vehículos blindados. Estos, por su papel destacado en los conflictos armados y por la tecnología incorporada, suelen tener un coste muy elevado, tanto en su adquisición, como en su sostenimiento, Sin embargo, la historia nos ha demostrado que no siempre son los que ganan las guerras. Baste recordar aquella frase lapidaria del general estadounidense George Marshall sobre que el jeep fue la mayor contribución de Estados Unidos a la II Guerra Mundial.
Ponemos en valor lo que sucede en el Ejército de Tierra español y los programas terrestres, donde el principal en curso es el VCR (Vehículo de Combate de Ruedas) 8x8 Dragón. El largo proceso de desarrollo y selección se materializó en el inicio de la fabricación en serie a finales del pasado año. Se contrató un primer lote de 348, que se ampliaría con otros dos, hasta casi 1.000 unidades para equipar el moderno concepto de Ejercito 35 o Fuerza 35. Por mucho que este vehículo llegue en esa cantidad, que es probable que no lo haga, hay que recordar que en cifra mayor, unos cuantos miles, hay en servicio una serie de vehículos ligeros con gran variedad de cometidos y características imprescindibles para su funcionamiento, tanto en misiones de combate, como en las de índole logística, lejos del campo de batalla.
Hablamos de los vehículos ligeros o medios multipropósito, que en el caso del segmento de 1,5 ton., de carga se ha visto modernizado estos años con la llegada del VAMTAC, resultado de varios acuerdos marcos adjudicados a UROVESA. Por debajo de éste (en peso, que no en importancia) hay pendiente de iniciar hace décadas otro por un medio de 1 ton., con el que renovar el parque móvil del Ejército de Tierra, que podría ampliarse también al Ejército del Aire y a la Armada. En este segmento encontramos vehículos empleados en tareas logísticas, de transporte de personal y carga, portadores de equipos y sistemas de armas, por citar algunos ejemplos, tareas que recaen ahora en veteranos medios. Con algo de fortuna, esperemos, quizá este año o el que viene se ponga en marcha.
Sí que han llegado los más modernos, pero muy específicos, VLOE (Vehículo Ligero de Operaciones Especiales) Neton de EINSA para el Mando de Operaciones Especiales (MOE), con el que quizá podrían dotarse otras unidades, como la Fuerza de Guerra Naval Especial de la Armada o el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas del Ejército del Aire. El MOE tiene en servicio su propia versión del VAMTAC, el Vehículo Medio de Operaciones Especiales, y también está evaluando otro de UROVESA, un camión de apoyo VAMTAC SK, denominado en el MOE VAP-OE (Vehículo Especial de Apoyo de Operaciones Especiales).
En resumidas cuentas, es necesario dar un repaso a esta miríada de vehículos entrados en años, que quizá no acaparen los principales titulares, pero que resultan imprescindibles. En su renovación las compañías españolas tienen mucho que ofrecer, tanto a nivel de plataformas, carrocerías, sistemas embarcados o de adaptación de productos internacionales a las necesidades específicas del usuario, con lo que también es posible fomentar la base industrial de defensa en España con otros proyectos menos alejados de las primeras planas.
