La necesidad de tener unidades con más capacidad para afrontar los enfrentamientos convencionales que se prevén a medio plazo hace que haya aspectos que deban ser revisados en la actual configuración de las brigadas españolas. Uno sería el que afecta a la potencia de fuego en general y a la Brigada de Infantería de Marina “Tercio de Armada” (BRIMAR) en particular.
Hace cuatro décadas visitaba por primera vez sus instalaciones en San Fernando (Cádiz), un momento histórico en el que encuadraba en su orgánica compañías como la de carros de combate M48E, con numerosas y variadas municiones para sus cañones de 90mm, una amplia panoplia de lanzadores de misiles contracarro basada en combinar los Dragon y TOW con los que se cubrían distintos alcances y necesidades, y por contar con armamento tan variopinto como lanzagranadas, lanzallamas y hasta potentes cañones sin retroceso M40A1 de 106mm.
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Medios ligeros como los CSR de 106mm deberían soslayarse con algún tipo de lanzacohetes que dispare varios tipos de municiones. (Octavio Díez Cámara)
Aquella situación ha ido variando para la Brigada Infantería de Marina a lo largo de las últimas décadas y como consecuencia de distintas reorganizaciones y cambios. No ha variado la filosofía de despliegue, siendo hoy, como lo fue entonces, una unidad de élite de referencia en lo que a capacidad expedicionaria se refiere, pudiéndose contar con ella para cualquier acción, que requerirá de suficiente potencia de fuego e intervención inmediata que sea pertinente acometer.
Por ese motivo, y tras la baja de diferentes materiales que ha ido recibiendo, entre los que se incluirían 34 carros de combate ligeros Scorpion y pesados M60A3 TTS, entiendo que sería óptimo proveerla de sistemas de armas que den más potencia de fuego a sus batallones y a sus grupos, lo que beneficiará a aquellos subgrupos y grupos tácticos que se requiera organizar para afrontar una misión.
Cabría la necesidad, y así se ha manifestado oficialmente, de dotar a la BRIMAR con algún sistema de armas ligero que pueda disparar municiones contracarro, contrabunker o de otro tipo y que sea fácil de portar por los combatientes. Los Infantes de Marina se encontrarán en situaciones en las que deberán hacer frente a adversarios contundentes y les sería de gran ayuda algún tipo de lanzacohetes recargable o cañón sin retroceso compacto. Se tendría que reforzar el número de los morteros embarcados e incluso, y por qué no, optar por los más potentes de 120mm que serían un buen complemento a la potencia de fuego de su Artillería.
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La Artillería de la Brigada de Infantería de Marina requiere de al menos 18 nuevas piezas, las que en su momento tuvo activas. (Octavio Díez Cámara)
La llegada de obuses autopropulsados M109A5 del Ejército de Tierra es una solución de emergencia y debe acometerse la compra de piezas, en número de dos o tres baterías, de algún sistema moderno, ligero y capaz que podría ser un concepto de obús de 155/52mm sobre camión. No hemos de olvidar también que podría mejorarse la capacidad contracarro de la Brigada Infantería de Marina con un mayor número de puestos de tiro del sistema Spike LR2 -tuvieron en su día 24 TOW- y que es del todo necesario un carro de combate con pieza de 105 ó 120mm que preferiblemente tenga una concepción de ruedas para favorecer su transporte buque-costa.
Hay que actuar ya, más aún en un momento de mejor disposición económica, para soslayar deficiencias e introducir una mayor y mejor potencia de fuego que pueda ser aprovechada positivamente en los cometidos expedicionarios que caracterizan a la BRIMAR. (Octavio Díez Cámara)
