El Gobierno de España ha trasladado a bordo de dos aviones de transporte del Ejército del Aire A400M 20 toneladas de equipo de protección individual y material sanitario con destino a Ucrania, pero lo que pide urgentemente el país eslavo invadido por Rusia es armamento y munición para asegurar su existencia y la libertad de sus ciudadanos.
Pero en Ucrania se libra una auténtica guerra convencional, en la que se necesita armamento y munición, como bien dijo el presidente ucraniano Zelenski a su homólogo norteamericano Biden, ante el ofrecimiento de éste de facilitar su evacuación de Kiev, "Necesito munición, no un taxi”
La ayuda de urgencia prestada por España se compone de material sanitario (mascarillas, guantes y trajes de protección médica) y material de defensa y protección personal proporcionado por el Ejército de Tierra (cascos, chalecos antifragmentos y de protección NBQ).
Un paquete gestionado rápidamente con un gran esfuerzo del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire, pero que difiere muchos del necesario equipo de combate, principalmente antiaéreo y anticarro, que supondrá la diferencia entre la vida o la muerte de la actual Ucrania y miles de sus ciudadanos.
A las entregas de armamento a Kiev antes del inicio de la guerra, especialmente de Estados Unidos y Reino Unido, ahora se suman las de otros países aliados de España, en la OTAN y la Unión Europea, como Alemania, Bélgica, Países Bajos, e incluso el vecino, y mucho más pequeño en términos de defensa, Portugal, que acaba de anunciar la entrega de un paquete de ayuda que incluye cascos, chalecos de combate, gafas de visión nocturna, granadas y munición, sistemas de comunicaciones, y fusiles de asalto G3.
La clase política española parece ignorar que no siempre se puede apostar por la paz, menos cuando se ha de frenar a la agresiva Rusia de Putin, que encadena en sus 23 años al frente del Kremlin conflictos como los de Chechenia, Daguestán, Georgia, la intervención en Siria y en una primera fase en 2014 la invasión de Ucrania. La reacción española ante está demanda de ayuda militar, que sería idéntica de estar en el Gobierno la agónica oposición de centro-derecha, vuelve a estar en la típica línea de actuación exterior de una ONG.
Pero para los ucranianos sería vital recibir serían sistemas como lanzagranadas Instalaza C-90 o C-100, fusiles de precisión, misiles anticarro Spike, o los antiaéreos Mistral.
Además, el Gobierno español debería seguir la senda de sus aliados, como Alemania, e iniciar un importante incremento real y creíble de sus gastos de defensa, ante una situación internacional que desde el 24 de febrero (fecha del inicio de la invasión a Ucrania), por obra y gracia de Putin ya nunca será la misma. (Julio Maíz Sanz)
