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Sábado, 20 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La innovación en defensa: actuar y competir en un entorno muy evolutivo

Este mes de octubre, Toledo acogerá una nueva edición del Foro Ejército Empresas (2E+I) en el Museo del Ejército de Tierra y en la Academia de Infantería. El objetivo último queda bien claro en los propios lemas de las dos jornadas: la innovación como anticipación de la Fuerza 35 y la consolidación del impulso tecnológico. Hace escasas semanas acudíamos a la península de Troia, en Portugal, para presenciar el ejercicio REP MUS 21 de la OTAN, marco en el que se han evaluado hasta sesenta sistemas navales no tripulados, tanto aéreos, como de superficie y submarinos.

 

Se trata de otro escenario en el que Fuerzas Armadas, en este caso marinas de guerra de la OTAN, entre ellas por primera vez la española, han probado diferentes sistemas no tripulados para aplicaciones de guerra antisubmarina y de lucha contra minas, entre otras aplicaciones, todo ello en condiciones muy realistas y trabajando conjuntamente. Son dos muestras que ejemplifican la cuestión obvia de que para que las fuerzas armadas cuenten con los mejores medios para desempeñar sus misiones es necesario apostar cada vez más por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) y, para que ello sea realmente efectivo, la relación entre el usuario y el desa­rrollador ha de ser lo más estrecha posible.

 

Definir qué se necesita en cada momento pasa por conocer en qué trabajan las instituciones de investigación y qué hacen nuestros aliados y adversarios, amén de lo que ofrece ya el mercado (resultado de innovaciones y desarrollos previos). Es por ello que cobra valor creciente este tipo de eventos, que permiten primero conocer y luego evaluar los diferentes sistemas que serán adquiridos, si es que responden a lo que se espera de ellos. Es imposible no volver a pensar en el país de la Reina Roja del cuento Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, cuyos habitantes siempre estaban corriendo solo para estar en el mismo sitio, ya que la tierra se mueve con ellos.

 

La hipótesis evolutiva de la Reina Roja, de la que toma nombre, propone que los organismos deben adaptarse, evolucionar y proliferar constantemente para sobrevivir, mientras compiten con otros que a su vez evolucionan en un entorno en constante cambio. A pesar de este movimiento continuamente acelerado que caracteriza el ciclo de la adquisición de capacidades de defensa, con largos plazos de desarrollo, pero, al mismo tiempo, en una evolución continua de las tecnologías (y las amenazas basadas en ellas), es conveniente que las Fuerzas Armadas y las empresas que forman la base industrial y tecnológica de defensa puedan pararse a pensar, aunque sea un instante, en qué se necesita, qué pueden permitirse, qué ofrece ya la industria o el mercado y qué merece la pena realmente, a la luz de la capacidad inversora.

 

En suma, se trata de cómo invertir fondos, siempre escasos, en aquello que permita obtener realmente una ventaja respecto a lo que se podría obtener en el mercado de forma rápida y sin tener que financiar el desarrollo. Así, es importante reconocer aquellas tecnologías realmente disruptivas, las que pueden considerarse estratégicas y en las que merece la pena invertir, a precios de mercado, con relativa rapidez.


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