El Ministerio de Defensa de Tailandia busca con ahínco un tecnólogo con el que construir dos buques militares tipo fragata que refuercen las capacidades militares navales de su Marina. El país no dispone de una empresa que pueda liderar el proyecto, pero sí de capacidades fabriles que podrían ser una aportación para una apuesta conjunta que, a la larga, se pueda transformar en algo mucho más relevante.
Para Navantia esta demanda puede ser una gran oportunidad, la Armada de Tailandia ya opera con el portaaviones Chakri Naruebet , construido por la entonces Empresa Nacional Bazán en un periodo en que la Armada española y la tailandesa tenían fuertes lazos, tan relevantes que también se les vendieron los cazabombarderos Harrier AV-8A que ya no necesitaba la Armada.
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La industria naval militar española tiene muy buenos recursos y capacidades que deberían impulsarse con acciones comerciales resolutivas. (Octavio Díez Cámara)
España, con astilleros en diferentes puntos de su geografía, tiene una capacidad notable de suministrar naves militares tanto para las necesidades propias de la Armada y de estamentos como la Guardia Civil como para lo que requieran otros países. Últimamente, se han concretado acuerdos de venta con Uruguay, Marruecos, Gran Bretaña o Arabia Saudita, que dicen mucho de lo que son capaces las empresas de construcción naval nacionales.
Somos realmente capaces de asumir diseños de todo tipo y potencial, esta misma semana me llegaba una foto que un amigo tomó durante un reciente periplo por Australia en la que se ven un destructor, un anfibio portaaeronaves y un buque logístico construidos en buena medida en España por Navantia.
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Los submarinos son naves muy costosas y los potenciales clientes seguramente no serán favorables a conceptos tan evolucionados como el S-80. (Octavio Díez Cámara)
Es curioso que, desde esas notorias ventas de buques militares que impulsaron la capacidad de la Marina de Australia de forma considerable y le dieron más credibilidad en su teatro de operaciones natural, no se haya conseguido nada más.
España tiene en marcha soluciones, diseños y proyectos que son de lo más innovador, sería bueno apostar por un esfuerzo comercial estratégico a medio y largo plazo. Países como Perú o Chile pueden ser un punto en el que tomar partido y presencia local para colaborar en proyectos conjuntos. El caso de Arabia Saudita debe afianzarse para explotar colaboraciones futuras y debería incluso valorarse si hay que, aprovechando la oportunidad de proyectos cofinanciados por la Unión Europea, llegar a acuerdos industriales con otras naciones de nuestro entorno que generen sinergias de cada a futuras adquisiciones o a proyectos que, si se desarrollan por varios clientes a la vez, serán menos costosos y seguramente más eficiente. (Octavio Díez Cámara)






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