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Fondo Europeo de Defensa: Una oportunidad para la industria del sector

El pasado mes de junio la Comisión Europea ponía en marcha el llamado Fondo Europeo de Defensa. Se ejecutaba así lo anunciado por su presidente, Jean-Claude Juncker, en septiembre del pasado año y que el Consejo Europeo recogía tres meses después. El Fondo asigna 5. 500 millones de euros anuales para impulsar las capacidades de defensa de Europa y persigue coordinar, complementar y ampliar las inversiones nacionales en la investigación para la defensa, en el desarrollo de prototipos y en la adquisición de tecnología y equipos militares.

Europa  lleva años tratando de dar los pasos necesarios para avanzar en su propia política de Defensa, complementando sus acciones en el marco de la OTAN, en un entorno que se define como cada vez más peligroso y en el que los distintos conflictos exteriores abiertos bajo el denominador común del extremismo islámico se han traducido en la muerte de centenares de personas en suelo europeo. Desde los atentados de Madrid de 2004, cifraba Junkers en septiembre del pasado año en su  discurso sobre el Estado de la Unión, se han producido más de una treintena de atentados terroristas en Europa. Más de 600 personas inocentes han muerto en ciudades como París, Bruselas, Niza o Ansbach, anotaba entonces. El número de víctimas, desde el otoño pasado a hoy, ha seguido creciendo.

Dentro de la estrategia de la política de Defensa comunitaria, que ahonda en cuestiones de índole diversa, el Fondo Europeo de Defensa pone el foco directamente en tratar de dar respuesta a la necesidad de una puesta en común de medios militares desde el punto de vista operativo y competitivo en términos económicos. Según las cifras que los análisis de la Comisión arrojan, la falta de cooperación en materia de defensa cuesta a Europa entre 25.000 y 100.000 millones de euros al año. Esta fragmentación e innecesaria duplicación, en términos comparativos, se ejemplifica en que, mientras que en la Unión Europea hay 178 sistemas de armas diferentes, en Estados Unidos solo existen 30. El que Europa se acercara remotamente a ese escenario estadounidense pasaría por un mar de fusiones y cesiones a nivel nacional, que liquidara gran parte de la extensa oferta de sistemas hoy existente, que es difícilmente imaginable por la disposición de los países miembros.

Aun cuando se ha avanzado y dado pasos en ese sentido y aun puedan y vaya a haber nuevos movimientos, la protección de la propia industria es un objetivo que supera el concepto europeo común. Más allá, y poniendo como ejemplo la capacidad demostrada de crear una flota multinacional de aviones cisterna, en alusión al programa del A330MRTT, el Fondo sí puede y persigue  potenciar la investigación y la innovación en la industria del sector europea, como base de una estrategia de defensa sólida. Se pretende que actúe como catalizador para desarrollar tecnologías y equipos de vanguardia plenamente interoperables. En ese marco, se recalca que los estados miembros seguirán siendo los que guíen este proceso, verán su dinero bien empleado y, en última instancia, tendrán más influencia. Cada país tiene ahora en su mano el apoyar, coordinar y respaldar la integración de su propia industria en ese engranaje común.


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