En abril de 1978, ocho meses antes de que el pueblo español ratificara la Constitución en las urnas, veía la luz el primer número de la revista Defensa. Mientras en España la Democracia echaba a andar, en el mundo la Guerra Fría se había adentrado en una nueva era que acercaba posturas entre las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. La política de détente (cooperación) se había plasmado en las Conversaciones sobre Limitación de Armas Estratégicas, las conocidas como SALT (Strategic Arms Limitation Talks), que la intervención soviética en Afganistán dinamitaría. La guerra civil afgana situaba de nuevo a cada bloque en un bando, apoyando el Gobierno de Jimmy Carter a los opositores islamistas, muyahidines. En 1979, con la Revolución Islámica en Irán, cobraba fuerza el avispero de Oriente Próximo, gran escenario bélico de los años venideros, en el que, bajo la Doctrina Carter, Washington ya se comprometía a usar la fuerza si fuera necesario para acceder a los recursos petrolíferos del Golfo Pérsico.
España, que en los años cincuenta suscribió los primeros acuerdos con Estados Unidos, que se traducirían en la instalación de bases norteamericanas en suelo patrio, abriría una nueva etapa en 1982, con la firma del Convenio de Amistad, Defensa y Cooperación con Washington y la entrada en la OTAN. En los años venideros habríamos de asistir y poner título, mes a mes desde estas páginas, al gran cambio que la coyuntura interna y los compromisos internacionales supondrían en la organización y dotación de las Fuerzas Armadas españolas; a los nuevos escenarios y estrategias de defensa; a los sistemas de armas que, paulatinamente y de la mano de la evolución empresarial del sector, a nivel nacional e internacional y, gracias al impulso tecnológico, han dotado a los ejércitos dentro y fuera de del Viejo Continente; y a conceptos como operaciones de paz, terrorismo yihadista o guerra asimétrica.
Defensa ha sido testigo del fin de la Guerra Fría, de este su aparente renacimiento 29 años después, del fin de la mili, del 23-F, de la entrada de la mujer en las Fuerzas Armadas, de los grandes cambios en la defensa de Iberoamérica, de la evolución de sus Fuerzas Armadas, de la implicación de los militares como grandes valedores en situaciones de crisis humanitarias y catástrofes naturales, de los grandes cambios en los sistemas de armas y su adaptación a los nuevos escenarios, esos que, tras la caída de las Torres Gemelas, sobrevendrían poniendo fin al concepto de guerra hasta entonces conocido.
En el ámbito de los sistemas de armas, el reto informativo ha sido constante, desde la irrupción de los sistemas aéreos no tripulados, a las aportaciones en el ámbito espacial, las nuevas plataformas navales, terrestres, aviones de combate de quinta generación…Recogimos la botadura del portaviones Príncipe de Asturias, su baja, la entrada en servicio del LHD Juan Carlos I y aquí estaremos cuando llegue el momento de narrarles la operatividad de la flota de los S-80 Plus en la Armada española.
En nombre de todo el equipo, desde Europa y al otro lado del Atlántico, en nuestros países hermanos de América Latina, queremos agradecerle su fidelidad y apoyo. Mantenemos cada día, como desde hace cuarenta años, la misma ilusión por poner cada mes en sus manos las páginas de Defensa.
