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Miércoles, 9 de octubre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Los campeones nacionales en Defensa: ¿importa el tamaño?

La reunión de la OTAN a la que no invitaron a empresas españolas de armamento ha supuesto un revulsivo en el Ministerio de Defensa. La Secretaria de Estado de Defensa (SEDEF) presentaba hace unas semanas la Estrategia Industrial de Defensa (EID), un documento muy elaborado sobre la política de armamento y material que “persigue salvaguardar los intereses nacionales en los ámbitos tecnológicos e industriales estratégicos para la Defensa Nacional”.

Este documento, accesible en la web del Ministerio, es de lectura obligada para cualquier empresa o emprendedor que esté pensando en abrir una línea de trabajo relacionada con productos de defensa. En él figura un listado de Capacidades Estratégicas de la industria de defensa (CEID), que el Ministerio considera que deben disponer los sistemas de armas para tener una capacidad de defensa comparable a la de otros ejércitos.

Para los Programas y adquisiciones en el corto plazo, estas capacidades las cubrirá utilizando, de manera prioritaria, productos y servicios que las empresas españolas hayan desarrollado, y en caso de que esto no sea posible recurrirá a obtenerlos mediante fabricaciones bajo licencia o adquisición directa en el exterior.

Por tanto, las necesidades de nuestras Fuerzas Armadas están explicitadas en el CEID y las empresas debemos dedicar nuestros esfuerzos a desarrollar productos propios que las satisfagan. Es intención del Gobierno que los recursos presupuestarios que se va a poner en juego para alcanzar la cifra del 2% del PIB cada año dedicado a Defensa, tengan como objetivo maximizar el rendimiento de la inversión, potenciar el tejido industrial y tecnológico y promover la generación de empleo y el fomento de la cohesión territorial.

La cuestión, por tanto, es: ¿cómo potenciar el tejido industrial y tecnológico?

La única solución real es disponer de unos productos propios, fiables y con un precio competitivo y no tanto el tamaño de la empresa. Acaso para la selección del cañón del Pizarro se eligió a Mauser por ser una gran empresa?, o más bien fue porque su cañón 30MK2 cumplía los requisitos de nuestras FAS?.

Que NTGS sea la empresa española que está exportando el 100% de la producción de su portamortero ALAKRAN se debe a que es un diseño con patentes propias, fiable y a un precio contenido y no precisamente debido su tamaño, una empresa familiar de un pueblo de la Comunidad de Madrid. Si analizamos las 233 empresas que figuran en el catálogo de la industria de defensa publicado el 2023, vemos que:

  • 16 son de propiedad extranjera.
  • 42 tiene productos propios
  • 175 son suministradores complementarios, carroceros, mantenedores, instaladores de equipos electrónicos, etc.

Como se ve, la falta de productos propios es la verdadera causa de que no tengamos el peso que corresponde a nuestro puesto en la Unión Europea en el campo de las industrias de defensa.

Incluso muchas de las 42 empresas que tiene productos propios están en manos de empresas extranjeras para obtener algunos subsistemas críticos como por ejemplo espoletas para sus municiones, cañones de 30 mm para sus torres, etc. Que los productos críticos sean nacionales no es por un afán de autarquía sino para garantizar la libertad de acción del Gobierno de España en la defensa de nuestros intereses de seguridad y defensa.

Por tanto, si uno de los objetivos de las inversiones correspondientes al 2% de defensa es potenciar el tejido industrial y tecnológico, esto se debería plasmar en un generoso plan de ayudas a los proyectos de desarrollo que las empresas de defensa acometan, para incrementar el número de productos propios. Esta debería ser la verdadera acción del gobierno para cambiar el tejido industrial actual. Sin embargo, no parece que vayan a ir por ahí los tiros (nunca mejor dicho)

La SEDEF indica que el camino es la creación de consorcios que agrupen a las principales empresas del sector terrestre y que estos consorcios deben incluir PYMES y Start ups como subcontratistas y proveedores.

Aunque el Ministerio no menciona en ningún caso la existencia de campeones nacionales, la frase del JEMAD sobre un pacto entre empresas para evitar competencias fratricidas (la informacion.com 17-5-2023) debería explicarse mejor ya que se parece demasiado a la definición de cártel ( acuerdo formal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado.). El cártel es ilegal en España porque viola la ley de competencia y la de contratos del sector público.

Las empresas de gran tamaño propugnan esta figura de los campeones nacionales por razones obvias. No les gusta competir en una licitación, tal como están acostumbradas las pequeñas empresas. Prefieren que les adjudiquen directamente el programa.

Ahora, para dotar de músculo a la industria de Defensa se anuncian programas millonarios, el mortero embarcado, el Silam, el vehículo de acompañamiento (VAC), las versiones del 8x8, etc. Enseguida han surgido los autodenominados campeones nacionales a hacerse los adjudicatarios potenciales de estos programas.

La pregunta es: ¿de verdad hace falta un campeón nacional para fabricar 250 portamorteros de 81 mm y emplear en ello tres años cuando una empresa familiar de Collado Villalba con 50 empleados ha fabricado y exportado 100 portamorteros de 120/81 en 8 meses? ¿ y cuando otra empresa de Zaragoza con 120 empleados ha sido capaz de producir y enviar 1.400 lanzacohetes a Ucrania?

Y si se logran crear cinco “campeones nacionales” ¿cómo se llamarían las 212 empresas españolas restantes, “perdedores nacionales”? ¿No estaremos matando pulgas a cañonazos?, o peor aún, ¿no se estará engordando sin pretenderlo el coste del contrato?, o mucho peor aún; ¿no se querrá adjudicar directamente el contrato evitando el proceso competitivo e impidiendo que nuestras FFAA dispongan del mejor producto?

El Ministerio de Defensa tiene la oportunidad de abrir un nuevo camino: tomarse en serio la potenciación del tejido industrial y tecnológico, apoyando financieramente a las PYMES, garantizando la igualdad de oportunidades para las empresas en los procesos de adquisición de material  y fomentando los desarrollos de subsistemas críticos, o bien, continuar como hasta ahora, adjudicando los programas a grandes empresas obviando el proceso competitivo porque considere que cuanto mayor sea la empresa o el consorcio, mejor será el producto final. (Juan Estrella Ureña - Ingeniero de Armamento)


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