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La apuesta organizadora en un contexto de escasez de medios

Editorial anuario Industria 2015

Los presupuestos de Defensa de 2015 marcaron la continuidad de la inercia  de los últimos años, si bien frenaron, con una muy limitada cuantía, la caída  registrada desde 2008. El capítulo de las inversiones continúa precario, manteniendo sus efectos  sobre la industria de defensa española, siendo sólo 2 los programas que cobran relevancia en este contexto, el de la fragata F-110 y el del futuro  Vehículo de Combate y Operaciones Especiales 8x8 del Ejército.

 

La relevancia de ambos acapara buena parte del Anuario de la Defensa e Industria de este año. Junto a su análisis, nos hemos querido detener, entre otros asuntos relevantes, en el aprobado Plan Director de UAV del Ministerio de Defensa, que quiere cubrir la importante necesidad de un sistema de vigilancia, inteligencia y reconocimiento (ISR) valorado en 300 millones de euros. El programa MALE (Medium Altitude Long Endurance) de mediana altitud y gran autonomía debería estar operativo en 2017, por lo que está previsto que se licite antes de las próximas elecciones generales, asunto este que, por otra parte, incidirá de manera directa en los planes actualmente en curso. Es, no obstante, un programa de adquisición de sistemas ya probados, no de desarrollo, por lo que no se espera una gran participación de las empresas españolas.

En la línea de una apuesta reorganizadora, a falta de asignación presupuestaria, el Gobierno siguió dando pasos tendentes a la reordenación y la búsqueda de fórmulas para apoyar al sector de la defensa español, en paralelo a la adaptación de las Fuerzas Armadas españolas a los medios disponibles en un contexto de falta de inversión. En Consejo de Ministros se aprobaba así un acuerdo en el que se identifican las capacidades industriales y áreas de conocimiento que afectan a los intereses nacionales de defensa y seguridad. Un paso bien recibido por la industria, que estima que las empresas podrán actuar con mayor claridad y se facilitará la priorización de sus decisiones industriales. La publicación de esas capacidades, que establece las áreas de que afectan a los intereses esenciales aplicables a los sectores terrestre, naval, aéreo y espacial y áreas tecnológicas, servirá de instrumento para la industria española, similar al que pueden emplear los competidores de otros países.

Previamente, en noviembre del pasado año, el Secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, anunciaba que el Ministerio de Defensa estaba trabajando en un modelo de política industrial para el nuevo ciclo inversor en defensa, que permitiera la modernización de las Fuerzas Armadas y protegiera a la industria de defensa nacional.  Este modelo sigue una hoja de ruta que incluye, en primer lugar, la determinación de las capacidades militares estratégicas. El sector y las propias Fuerzas Armadas continúan hoy la larga travesía de adaptación a un nuevo contexto, un camino que se sigue andando y en cuyo devenir se cruza ahora el próximo escenario electoral.

 


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