La Armada española tiene numerosos activos navales y militares localizados en la zona próxima a la ciudad de Cartagena (Murcia) y plantea, a corto y medio plazo, tanto incrementar el número de buques allí ubicados como ampliar algunas instalaciones. Allí están la Base Naval de Cartagena, con activos como la Flotilla de Submarinos o la Flotilla de Cazaminas, y la Estación Naval de La Algameca, instalación esta última que contará pronto con muelles más grandes para poder acomodar en sus instalaciones naves con mayor eslora y desplazamiento.
Son activos de la Armada que hay que proteger de la forma más adecuada y debe apostarse por una solución integral. Por lo que acabamos de conocer, en una reciente publicación del Boletín de Observación Tecnológica en Defensa que edita la Dirección General de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa, se estaría ya trabajando en un plan integral para proteger esas instalaciones ante amenazas como buceadores, embarcaciones rápidas, minisubmarinos, torpedos o, entre otros, vehículos remotamente operados (ROV, Remotely Operated Vehicle).
Para conseguirlo se ha implementado, y de ello informan varios especialistas de la Sociedad Anónima de Electrónica Submarina (SAES) una elaborada y sofisticada planificación que contempla el empleo de diferentes tipos de sensores acústicos con el objetivo de proteger unas infraestructuras marinas que son críticos.
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La flotilla de submarinos tendrá en los próximos años cuatro ejemplares en activo y previsiblemente ese número se incrementará, por lo que hay que protegerlos. (Octavio Díez Cámara)
El empleo de esos equipos en la vigilancia de las instalaciones de la Armada posibilitará tanto el monitoreo perimetral como acciones tan válidas como el análisis de firmas acústicas o la detección temprana de la presencia de buceadores o de vehículos submarinos. Para conseguirlo, SAES habría diseñado ya, o incluso de alguna manera implementado, el despliegue de una serie de medios técnicos en los que han vertido buena parte de la novedosa tecnología que les caracteriza.
Entre otros, se contaría con sonares pasivos lineales con hidrófonos, sonares activos circulares capaces de transmitir pulsos acústicos y sensores electromagnéticos de detección de campo cercano que, convenientemente posicionados y cubriendo zonas que se solaparían entre sí para evitar fisuras en lo que es la protección integral de los activos de la Armada la zona de Cartagena, darían lugar a una configuración singular. Desde una ubicación centralizada se coordinarían los avisos gestionados por los sonares y equipos, se podrían activar reacciones y se mantendría, en todo momento, el mejor control situacional para evitar presencias no autorizadas o incluso pretendidas acciones ofensivas contra los activos navales allí destacados.
Tanto SAES como la Armada han realizado estudios precisos, que incluirían los de batimetría del fondo subacuático o los de propagación acústica, para valorar las posibles amenazas y así determinar tanto los equipos más adecuados como la mejor ubicación posicional de los mismos. (Octavio Díez Cámara)






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