Se acaba de aprobar en Consejo de Ministros una inversión dirigida a la mejora de las capacidades de obtención de Inteligencia con análisis de señales, emisiones y otros datos de hipotéticos adversarios. Ese potencial se englobaría dentro del Programa SANTIAGO II, del que ahora se ha autorizado transferir 43 millones en 2025 desde el Ministerio de Industria para permitir el inicio de las inversiones necesarias para la necesaria renovación de equipos y sistemas asociados a la guerra electrónica.
Son medios terrestres, navales y aéreos que permitirán recoger todo tipo de datos sobre comunicaciones, emisiones, sensores, potencial, …, de sistemas y equipos, o de actividades, que sean de interés. Con ellos, y dentro del ámbito de mejora de la capacidad electrónica nacional, se podrán elaborar informes de Inteligencia y generar las necesarias contramedidas electrónicas activas y pasivas -guerra electrónica- con las que neutralizar esa amenaza.
SANTIAGO II, que es relevante dentro de los denominados Programas Especiales de Modernización (PEM) actuales, es la evolución de un concepto que lleva activo desde principios de la última década del siglo pasado. La necesaria modernización de los equipos de guerra electrónica es un ámbito que se enmarca dentro de la más alta confidencialidad, pues es una capacidad que puede ser disruptora.
.jpg)
Las informaciones electrónicas captadas pueden ser compartidas en tiempo real entre diversas plataformas para actuar conjuntamente frente a todo tipo de amenazas. (Indra)
Se sabe que hay estaciones fijas en diferentes puntos de la geografía de España captando señales, que los navíos en superficie o en inmersión cuentan con el potencial de captación y de emisión, y hasta que el Ejército de Tierra dispone de medios propios de guerra electrónica que van a ser potenciados con un nuevo vehículo 8x8 especialmente apto para ese cometido.
Quedaría que se impulse, y parece que esta necesidad va a estar pronto apuntalada por una decisión positiva en su obtención, la llegada de un sistema aéreo novedoso y capaz. Ya de mantuvieron en uso reactores B707 y Falcon 20 especialmente adaptados a tal fin y operando junto a variantes del C-212 Aviocar. Se necesitarían reactores de origen civil especialmente transformados -ya los están comprando países vecinos como Italia o Francia que han tomado recientemente decisiones positivas en ese sentido- para actuar como plataforma aérea integrada de obtención de inteligencia de señales (SIGINT, Signal Intelligence).
Las capacidades, asociadas a la propia capacidad de guerra electrónica de España, de esa plataforma estarían enmarcadas en lo que es tanto la interceptación y la recopilación de señales electrónicas como en su análisis. Indra lleva ya un tiempo trabajando en un concepto de plataforma IAS (Integrated Air SIGINT), actividad que permitiría obtener el recurso necesario aprovechando esa y otras capacidades desarrolladas por industrias nacionales. El Ejército del Aire y del Espacio requiere, dentro de SANTIAGO II, de medios modernos que sean capaces tanto de esa función como de generar acciones electrónicas que acompañen a otros recursos aéreos y los protejan incluso durante la realización de acciones ofensivas reales. (Octavio Díez Cámara)







9 comentarios