A una semana de la Cumbre de la OTAN que se celebrará en La Haya, el debate sobre el gasto en Defensa vuelve a situarse en primera línea. Y con él, una reivindicación desde el sector tecnológico: destinar al menos 25 % del presupuesto en Defensa a la adquisición de capacidades operativas avanzadas para proteger a nuestras Fuerzas Armadas en conflictos multi-dominio por tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio.
Así lo defiende Integrasys, empresa española especializada en soluciones de software para redes satelitales y comunicaciones críticas, que, en el marco de una simulación táctica real, ha alertado sobre la necesidad de anticipar la inversión como medida preventiva ante escenarios bélicos cada vez más complejos y consciente de que muchas guerras se ganan por superioridad tecnológica que actúa como disuasoria y ventaja operativa en un conflicto.
Desarrollo de soluciones en Ucrania
La compañía, que colabora con entidades aliadas como la OTAN, el Space Force y el Space Command de Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Ministerio de Defensa de Ucrania, entre otros, ha realizado un ejercicio donde ha desplegado tecnologías reales ya utilizadas en operaciones activas. Desde el inicio de la invasión rusa, Integrasys ha trabajado directamente con el Gobierno ucraniano en la formación de su nueva fuerza espacial, testeando soluciones en escenarios reales de combate.
Entre ellas destaca un “escudo contra interferencias” capaz de neutralizar más de un 90 % de los ataques de jamming dirigidos a drones, radios o satélites; además de herramientas de contraataque para denegar las comunicaciones y el posicionamiento del enemigo. También pueden identificar la geolocalización de dichas interferencias y desarrollar algoritmos de inteligencia artificial para interpretar imágenes satelitales que detectan amenazas físicas, tanto en el terreno como en el espacio, para coordinar respuestas físicas o de guerra electrónica en tiempo real.
Prueba del escudo contra interferencias (Integrasys)
Innovamos bien, ejecutamos lento
España cuenta con capacidades industriales avanzadas y un ecosistema innovador en defensa, seguridad, aeronáutica y espacio que facturó 13.900 millones de euros en 2023, última cifra disponible según la patronal TEDAE. Dicho total representa el 2% de la facturación industrial del país.
Y si bien la inversión pública se ha incentivado con programas nacionales y europeos, el verdadero reto está en la ejecución. De hecho, sin una apuesta decidida por transformar ese conocimiento operativo, España seguirá dependiendo de terceros en momentos clave, sobre todo en un contexto de incertidumbres geopolíticas, donde importantes potencias europeas han propuesto aumentar su inversión en defensa al 5% de su PIB antes de 2030.
Así lo ha recordado el CEO de Integrasys, Álvaro Sánchez: “Esta brecha amenaza con dejar a Europa tecnológicamente subordinada en conflictos donde la rapidez y la autonomía lo son todo. Ganar la batalla para evitar la guerra no es una metáfora, es una estrategia. Se trata de anticiparse, proteger las comunicaciones críticas y tener medios para actuar cuando todo falla. Lo que está en juego no es solo quién libra las guerras, sino quién está preparado para no tener que hacerlo. La inteligencia es crítica para ello”.







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