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Jueves, 18 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La protección del VAMTAC

UROVESA inició su experiencia en el mundo de los blindajes en el año 1999, con las primeras unidades del VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctica) destinadas a las Fuerzas Armadas españolas. Se trataba de vehículos dotados de un blindaje básico de tipo esencialmente balístico, en consonancia con el nivel de intensidad de los conflictos existentes en esa época.

A raíz de la presencia de las tropas en nuevos escenarios y zonas de operaciones y, por ello, expuestas a nuevos niveles de amenaza, se hizo cada vez más patente la necesidad de disponer de vehículos con blindajes más sofisticados, especialmente en lo referente a la protección contra minas y dispositivos explosivos improvisados, o IED (Improvised Explosive Device). Ante estas nuevas amenazas y tendencias, UROVESA en 2007 comenzó a trabajar en una versión de su VAMTAC con más capacidad de carga y con un blindaje integral de la cabina, diseñada siguiendo el concepto de célula de supervivencia, de acuerdo con los estándares más exigentes recogidos en la norma de OTAN STANAG 4569.

Esto debía permitir alcanzar una mayor protección balística, contemplando calibres superiores y más agresivos, pero también para cubrir la triple amenaza que representaban las minas antipersonal, anticarro e IED. En sus análisis iniciales, el fabricante tuvo en cuenta que muchos de los vehículos resistentes a minas y emboscadas del tipo MRAP (Mine-Resistant Ambush Protected ) existentes en el mercado, que, buscando alcanzar una elevada protección, habían sacrificado su movilidad, perdiendo la capacidad de circular por todo terreno,  sufriendo graves problemas de estabilidad incluso en condiciones de conducción estable por carretera.

En la empresa consideraban, sin embargo, que la movilidad en sí misma era un elemento más de la protección para las tropas, debido a la posibilidad de evolucionar por terrenos difíciles a mayor velocidad, por rutas alternativas, en muchos casos más seguras. Por esa razón, durante las fases de diseño y desarrollo propuso el reto de alcanzar el nivel de protección requerido, pero sin sacrificar la movilidad original del VAMTAC. Así, la suma de protección y movilidad sería la clave de la supervivencia en muchas zonas de operaciones, aportando la combinación de estas características un elemento diferenciador con respecto a otros blindados del mercado.

foto: Un VAMTAC sometido a una prueba de resistencia a mina anticarro en la Plaza Balistica de La Marañosa (Urovesa)

Para lograr este objetivo, apostó por mantener dos de las características diferenciadoras del VAMTAC original: la suspensión independiente (frente a soluciones de eje rígido o del tipo pórtico) y un centro de gravedad extremadamente bajo. Con estas dos soluciones se conseguía un mejor equilibrio de las masas del vehículo y mantener la movilidad y la estabilidad. Para afrontar el reto creó un departamento específico de blindajes y materiales. Finalmente, después de tres años y medio de trabajo e inversión intensa en I+D, en 2010 llegaron los primeros prototipos y se efectuaron sus pruebas y certificaciones, tanto balísticas como de protección contra minas antipersonal y anticarro.

Desde entonces, durante los últimos diez años UROVESA viene realizando pruebas destructivas de forma recurrente, nueve hasta la fecha (7 de protección contra minas y 2 de resistencia a IED), obteniendo los correspondientes certificados de acuerdo con diferentes niveles de la norma STANAG 4569. Los ensayos abarcaron una gran variedad de configuraciones de carrocería, de acuerdo con la estrategia de modularidad y versatilidad de producto que define al VAMTAC, desde cabinas de dos plazas hasta furgones de transporte de personal, todas ellas hoy en servicio en clientes de todo el mundo.

Pruebas recientes

Es de destacar que viene optando siempre por realizar las pruebas destructivas usando vehículos completos y funcionales, por considerar que las condiciones del ensayo son siempre más realistas, frente a estrategias seguidas por otros fabricantes de usar carrocerías y fabricaciones parciales, que no dejan de tener un cierto grado de test simulado. A lo largo de estos años fueron realizados en Holanda con la colaboración del laboratorio TNO (Netherlands Organisation for Applied Scientific Research), un organismo acreditado de referencia a nivel europeo; y también en España en las instalaciones de la Subdirección General de Sistemas Terrestres del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), empleando la plaza balística del Departamento de Sistemas de Armas y Balística.

De hecho en menos de un año ha llevado a cabo 2 pruebas en la citada Subdirección, centradas en la certificación contra minas anti carro para las variantes del VAMTAC de furgón, tanto de carrocería monovolumen de un solo habitáculo, como del módulo trasero independiente y extraíble, y en las versiones porta armas, frente a amenazas IED, a la que el autor pudo asistir. Los ensayos se desarrollaron según el documento técnico AEP55 Vol.2 de la OTAN, que regula las pruebas de protección frente a minas y granadas. Este documento de la Agencia de Estandarización de la OTAN, o NSA (NATO Standarization Agency), de 2011 recoge los procedimientos de evaluación del nivel de protección frente a las amenazas citadas.

foto: El Jefe de Estado Mayor asistió en fechas recientes a una preuba de resistencia de un VAMTAC en la Sudirección General de Sistemas Terrestres (autor)

En octubre del pasado año se realizaba en la plaza balística un ensayo destinado a analizar los efectos de la explosión de 6 kg. de TNT bajo la rueda trasera de un VAMTAC ST5. Aunque UROVESA certificó el nivel de protección contra minas 2A en 2011 en el VAMTAC, el desarrollo de una nueva variante del tipo furgón extraíble requería la realización de nuevas pruebas de certificación. Tiene una cabina con un módulo independiente que puede ser configurado como ambulancia o módulo de comunicaciones. Al ser un elemento desmontable con una nueva distribución interna, debe certificarse el nivel de protección, ya que los efectos de la explosión en el interior varían simplemente con cambiar los asientos de emplazamiento. Esta nueva versión se ha certificado con una protección de nivel 2A (explosión de una mina de presión activada bajo cualquier rueda o cadena) según la normativa STANAG 4569.

El pasado mes de abril asistimos a otra prueba sobre VAMTAC, enmarcada en el proceso de certificación de las capacidades de este vehículo en servicio en las Fuerzas Armadas. En este caso, además de comprobarse los efectos en el exterior del vehículo, el interior estaba convenientemente sensorizado, incluyendo cámaras de alta velocidad, así como un Dummie que recogió los efectos de la explosión sobre el conductor. Como quedó de manifiesto tras la explosión, el vehículo no sufrió daños de consideración, sobre todo no volcó ni se produjo incendio alguno, factores claves de supervivencia en estos casos.

La célula de habitabilidad permaneció sin deformaciones, al punto de que las puertas del lado derecho pudieron abrirse sin herramientas. A la prueba además asistió una delegación encabezada por el Jefe de Estado Mayor de Ejército (JEME) General de Ejército Francisco Javier Varela Salas; el Jefe del Mando de Apoyo Logístico, Teniente General Fernando Miguel García y García de las Hijas; y una delegación del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial encabezada por su Director General, el Teniente  General José María Salom Piqueres, y la General de Brigada Patricia Ortega García, Subdirectora General de Sistemas Terrestres. (José María Navarro)

Foto de portada: Prueba de resistencia del VAMTAC a una mina antipesonal bajo la cabina (UROVESA)


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