Iturri evalúa en el INTA su nuevo desarrollo de uniformes de protección contra fragmentos para las Fuerzas Armadas

En fechas recientes pudimos asistir a una de las pruebas finales de ensayos con explosivos que el Departamento de Sistemas de Armas y Balística de la Subdirección de Sistemas Terrestres del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) está realizando a los nuevos uniformes con protección antifragmentos desarrollados por la compañía española Iturri.

Es conocido que las heridas provocadas por fragmentos tras una explosión son causa de lesiones importantes, incluso mortales, en las zonas sin protección balística, como por ejemplo brazos y piernas. El periodo de curación de estas heridas suele ser muy largo y doloroso, con gran impacto psicológico en personas del entorno del herido.

Con el objetivo de mejorar el nivel de protección frente a esta amenaza, Iturri con el apoyo de la Subdirección llevan trabajando desde 2019 en un proyecto de I+D nacional, financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), de fabricación de uniformes confeccionados con nuevos tejidos que les confieren una mayor protección ante el impacto de fragmentos como los derivados de una explosión secundaria.

defensa.com ha podido comprobar las tareas previas de preparación de uno de estos ensayos así como las pruebas como las que se están realizando durante este mes, empleando cargas explosivas para comprobar la efectividad de esta nueva gama de tejidos y fibras con los que se pueden elaborar prendas exteriores e interiores. El ensayo al que pudimos asistir demostró la capacidad de protección de unas prendas interiores que actúan como complemento del uniforme exterior.

Las pruebas implican la detonación de cargas explosivas elaboradas por la Subdirección, dotadas de fragmentos de acero que se detonan de forma axial contra dos maniquíes con gel balístico que permite simular posibles efectos sobre el cuerpo humano. Uno está equipado con uniformes como los empleados en la actualidad y el otro está equipado con las nuevas prendas, de tal forma que se puede comparar el grado de efectividad de los nuevos uniformes desarrollados con respecto a uno actual.

El INTA ha trabajado estos años en el desarrollo de un entorno que permita recrear las condiciones para evaluar estos nuevos tejidos, primero empleando dispositivos neumáticos para el lanzamiento de fragmentos pero luego configurando cargas explosivas que se detonan en la plaza balística, analizando posteriormente la efectividad de los tejidos. Se emplean técnicas de análisis del video de alta velocidad para conocer la dispersión de los fragmentos y se procede al recuento de los que han impactado en cada uno de los maniquíes así como los que hubieran penetrado en el tejido, circunstancia que no se dio en la nueva solución desarrollada por Iturri, mientras que en el uniforme actual se observaron numerosas penetraciones.

Esto demuestra las ventajas de estas nuevas prendas no solo para las Fuerzas Armadas sino también para miembros de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, miembros de unidades de emergencias o similares que puedan operar en zonas de elevado riesgo en la que existe la posibilidad de que se produzcan explosiones en las que se proyecten fragmentos o esquirlas procedentes de explosiones secundarias de proyectiles de artillería, granadas de mortero o dispositivos explosivos.

Según nos explicaba Juan Manuel Jurado, Director de Desarrollo de Vestuario de Defensa en Iturri, los nuevos tejidos se pueden emplear para la confección de prendas que complementen a los chalecos balísticos o puedan vestirse bajo la indumentaria reglamentaria gracias a su peso ligero, que los asemeja a prendas deportivas del tipo “técnico”, lo que hace cómodo su empleo. (José Mª Navarro García)

Fotografia: El maniquí durante la explosión (INTA)

La nube de fragmentos se dirige al maniquí (INTA)

La Subdirección empleó un UAV para grabar la prueba (autor)

Las pruebas se graban con cámaras de alta velocidad para su análisis posterior (autor)