El mes pasado la compañía Israel Aerospace Industries (IAI) anunció la firma de un contrato con un país de la OTAN para el suministro de dos aviones para misiones especiales que los empleará para “detectar, alertar y adquirir información de inteligencia estratégica”. El contrato, anunciado entonces por “más de 200 millones de dólares”, tiene un monto más cerca de los 550 millones y está destinado a la Aeronautica Militare italiana como han revelado ahora medios israelíes.
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Uno de los actuales aviones G550 italianos (Aeronautica Militare)
En su escueto comunicado IAI confirmaba que, como en otros casos con este tipo de aeronaves, los aviones serán desarrollados por Elta Systems, la filial especializada en guerra electrónica de IAI y estarán basados en aviones de negocios, como el Gulfstream 550, una de las plataformas habitualmente empleada para estas tareas.
Los medios israelíes hablan de aviones para “alerta aérea y espionaje” si bien esta denominación es algo ambigua o puede referirse incluso a dos aviones distintos.
La Fuerza Aérea de Israel (IAF) opera dos versiones del Gulfstream G550: al menos tres para misiones ELINT (Electronica Intelligence) denominados Shavit con el sistema EL/I-3001 Airborne Integrated Signal Intelligence Systems (AISIS) y al menos cinco G550 AEW denominados Eitam. Este último dispone del equipo EL/W-2085 de IAI Elta que incluye radares en bandas S y L en disposición CAEW (Conformal Airborne Early Warning Aircraft) que modifica el aspecto exterior de la aeronave, además de equipos de comunicaciones, ESM, COMINT y ELINT.
Elta ofrece cuatro variantes de sus aviones para misiones especiales (special misión aircraft), uno de alerta aérea embarcada (Airborne Early Warning & Control o AEW&C) que emplea un radar de tipo AESA conformado en el fuselaje y equipos de identificación IFF y de señales electrónicas (SIGINT) y comunicaciones para monitorizar el espacio aéreo detectando amenazas.
Otra versión es para misiones de vigilancia terrestre (Air to Ground Surveillance o AGS), dotado de un radar también de tipo AESA pero con capacidad de detección y seguimiento de objetivos terrestres en movimiento (GMTI), equipos SIGINT y sensores electroópticos para monitorizar grandes espacios del campo de batalla terrestre y proporcionar inteligencia en tiempo real sobre blancos terrestres.
Una tercera variante es de patrulla marítima (Maritme Patrol Aircraft o MPA) con sensores adaptados a misiones de vigilancia marítima, guerra contra objetivos de superficie o antisubmarino y tareas de búsqueda y rescate.
La cuarta variante es para inteligencia de señales (Signal Intelligence o SIGINT), encargado de monitorizar el espectro electromagnético para detectar de forma precisa las emisiones de sistemas de comunicaciones y equipos militares y generar un orden de batalla electromagnético.
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El G550 AEW&C de IAI. (Foto IAI)
Según esta clasificación, sería muy probablemente la primera variante la encarga de nuevo por Italia que recordemos, tiene otras dos aeronaves de este tipo suministradas por Italia en servicio, basadas en el Gulfstream 550. Contará por tanto con una importante capacidad AEW&C y SIGINT formada por cuatro aviones de última generación.
Además IAI ofrece otra suite de equipos denominada ELI-3150 MARS2 o Multi-Mission Airbone Reconnaissance Surveillance, un sistema configurable según el usuario que ofrece capacidades de mando, control y comunicaciones (C3), apoyo a operaciones especiales, monitorización del campo de batalla, adquisición de inteligencia para lo que cuenta con equipos ELINT/ESM, COMINT/CSM/DF, radar de tipo SAR y sensores electroópticos. Estos equipos pueden instalarse en aviones tipo Gulfstream 450 o 550.
Cuatro aviones para Italia
Recordemos que en julio de 2012 los gobiernos de Israel e Italia firmaron un acuerdo para la adquisición por parte de La Fuerza Aérea de Israel de 30 aviones de entrenamiento avanzados M-346 fabricados por Alenia Aermacchi (ahora Leonardo). Como contraprestación por la adquisición de estos aviones, Italia encargó a Israel dos aviones de alerta temprana Gulfstream G550 CAEW de IAI (recibió el último en 2018) y un satélite de observación OPSAT3000 también de IAI, ya en órbita.
Se trata de un avión de alerta aérea embarcada desarrollado por la filial de IAI Elta Systems basado en los diseños que están en servicio en Israel desde hace doce años, para tareas de alerta aérea aerotransportada (AEW) y patrulla marítima. El avión dispone de un radar del tipo AESA con cobertura de 360 grados y equipos de comunicaciones compatibles con la OTAN desarrollados entre Elta y Leonardo Communications.
El sistema de radar permite detectar, identificar y seguir objetivos aéreos y terrestres, cuenta además con equipos de guerra electrónica del tipo ESM (Electronic Surveillance Measures) que detectan señales de radio a largas distancias, analizando sus caracterísricas. Cuenta con medios de defensa SPS (Self-Protection System) con sensores activos y pasivos que detectan la presencia de cualquier misil y activan las contramedidas. Por último, el sistema de misión denominado Mission Computer Systems (MCS) que se encarga de fusionar la información de inteligencia obtenida por los sensores y datalinks tácticos para mostrar la situación área y marítima.
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Uno de los Gulfstream G550 AEW&C de la Fuerza Aérea de Israel (Foto IAI)
Las necesidades de España
España dio de baja en 2015 el Boeing 707 para misiones SIGINT equipado precisamente por la israelí Elta a comienzos de los noventa, que operaba en el 47 Grupo Mixto del Ejército del Aire, capacidad que desde entonces no se ha cubierto y para la que se busca plataforma hace años.
De hecho, si tomamos como ilustrativas las cuatro variantes ofrecidas por IAI: alerta aérea, patrulla marítima, vigilancia terrestre e inteligencia de señales, España tiene carencias en las cuatro áreas, pudiendo optarse por combinar varias capacidades en una misma plataforma para poder desempeñar varios tipos de misiones, que además están íntimamente relacionadas.
Como hemos analizado durante años, se han estudiado diferentes plataformas, si bien una de las contempladas podría estar emparentada con los Airbus A330 en fase de adquisición en versión Multi Role Tanker Transport (MRTT) lo que tendría sus obvias ventajas logísticas y de sostenimiento. Se han estudiado otras plataformas al estilo del citado Gulfstream estadounidense, avión que se suele adquirir nuevo para su transformación, trabajos en los que sin embargo no participaría la industria española, lo que podría ser uno de los frenos a su adquisición.
El coste del reemplazo de la “Reina del Espectro” se ha cuantificado en torno a 600 millones de euros y al igual que los MRTT podría beneficiarse de la adquisición de aeronaves de segunda mano procedentes de operadores civiles, como se ha hecho con los MRTT vendidos por Iberia.
Como vemos, resulta una adquisición que debía ser prioritaria para las Fuerzas Armadas españolas al tratarse de un multiplicador de capacidades que redunda en una mayor operatividad en su conjunto al conocer de forma precisa las capacidades del adversario y poder operar continuamente, actualizando la información sobre sistemas críticos como radares, sistemas de defensa aérea, baterías de misiles o equipos de comunicaciones.
Además de en Israel, IAI ha vendido aviones de este tipo en Italia, Singapur e incluso Estados Unidos ya que la U.S. Navy encargó un Gulfstream G550 con el sistema CAEW por 91,9 millones de dólares para reemplazar a los T-39 Sabreliner en tareas de calibración de equipos en tierra o el mar. Por citar otro ejemplo, la Royal Australian Air Force (RAAF) adquirió cuatro G550 con equipos ISR y EW de L-3 por 1740 millones de dólares.
Por último, si tenemos en cuenta los datos del último contrato italiano, 550 millones por dos aviones incluyendo apoyo logístico, supone una adquisición de elevada rentabilidad en términos de prestaciones, más aún en comparación con otros programas de altísimo coste de desarrollo, adquisición y sostenimiento, como submarinos, aviones de combate o helicópteros de ataque, por citar algunos ejemplos.
Además se trata de sistemas ya desarrollados, comerciales y maduros, en los que no se incurren en costes de desarrollo y riesgos tecnológicos y que permitirían la participación de empresas españolas en áreas de alta tecnología y estratégicas. (José Mª Navarro García)
