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Martes, 19 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La innovación de un paracaidista del Mando de Operaciones Especiales español mejora la precisión de los saltos

Las fuerzas de operaciones especiales del Ejército de Tierra (ET) español se ejercitan constantemente en técnicas de infiltración y exfiltración por tierra, mar y aire, siendo las técnicas de saltos en paracaidistas una de ellas, en especial los saltos paracaidistas en apertura manual a alta y baja cota (HALO/HAHO).

Un miembro del Mando de Operaciones Especiales (MOE) ha desarrollado una tecnología para asegurar la precisión en el lanzamiento, denominada High Altitude Release Point (HARP), que ha recibido el reconocimiento de otras fuerzas especiales punteras.

Las unidades de operaciones especiales deben realizar un análisis detallado de la misión para determinar un método apropiado de infiltración y posterior salida de la zona de operaciones. Una de las técnicas más utilizadas para infiltrar fuerzas especiales desde la Segunda Guerra Mundial es lanzarlas en paracaídas desde aviones. Dada la precisión que se requería y la necesidad de reagrupar los equipos una vez en tierra, los paracaídas fueron evolucionando de la mano de la tecnología, incorporando el suministro de oxígeno a los saltadores y sistemas de navegación se abrió el camino a los saltos a gran altura.

Los lanzamientos de alta cota pueden realizarse hasta 30.000 pies (unos 9.000 metros) de altitud y se dividen en dos modalidades. La primera es la designada en inglés como HALO (High Altitude-Low Opening), en la cual se desciende  en caída libre hasta que se abre el paracaídas a la mínima altura de seguridad, entre 4.000 y 5.000 pies sobre el terreno. La otra modalidad es HAHO (High Altitude-High Opening), en la que el saltador abre su paracaídas segundos después de abandonar la aeronave y navega con él, lo que puede superar, dependiendo de la altitud de lanzamiento, los 60 kilómetros hasta llegar al punto de toma establecido. Ambas modalidades requieren asistir con oxígeno al paracaidista si se salta por encima de los 12.000 pies.

El método sortea amenazas, es discreto y rápido para infiltrase en zonas sensibles. El MOE, algunos de cuyos profesionales proceden de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC) y ya tenían larga experiencia en este campo, recibió en 2013 la orden de disponer la capacidad HALO/HAHO, que logró en 2017.

Uno de sus paracaidistas, con más de 5.000 lanzamientos a  sus espaldas, empezó a trabajar con las tablas de coordenadas para saltos ATM desarrolladas por  el US Army en 1975, y que estaban ya obsoletas, siendo ineficaces. Este profesional  innovó y desarrolló un novedoso software basado en Excell, en que calculaba los factores esenciales de la navegación en técnicas HALO/HAHO como son la altura, peso del paracaidista y su equipo, condiciones meteorológicas (fuerza y dirección del viento en diferentes alturas), creando un sistema de alta precisión para calcular el HARP. Como el mismo nos explica: “Se ha de tener en cuenta el peso concreto de cada paracaidista, el equipo que llevan, y demás variables como pueden ser el terreno sobre el que se va a navegar, pudiendo corregir el punto de salida del paracaidista para evitar, por ejemplo, efectuar el lanzamiento sobre una masa de agua o la vertical de un obstáculo”.  

Para realizar el estudio se analizaron además  los diferentes tipos de campanas, cada una con distintos factores de planeo y avance, para calcular factores como la resistencia el viento, capacidad de frenado, etc…, todos los cálculos matemáticos son exportados después automáticamente al GPS que utilizan los  saltadores del MOE para estos lanzamientos. La representación gráfica de la caída libre y la navegación en 3D sobre un mapa o Google Earth permite a los saltadores visualizar en su pantalla personal el lanzamiento desde cualquier ángulo y es de especial ayuda al Mando para tomar decisiones.

Especial interés mostraron enseguida en la innovación de este militar español los paracaidistas del  Ejército francés, con quienes el MOE realiza frecuentemente ejercicios bilaterales, para posteriormente valorarlo otras fuerzas paracaidistas. Tal ha sido el éxito del sistema, que sigue en desarrollo, que a finales de 2019 recibió uno de los premios a la innovación que da el r Armée de Terre, así como el reconocimiento público de su Unidad, el MOE.

Antes del uso de estas tecnologías, los miembros de los equipos operativos de apertura manual (APM, HAHO/HALO) comienzan su formación con el curso de apertura manual en la Base Aérea de Alcantarilla (Murcia), sede de la Escuela Militar de Paracaidismo “Méndez Parada”, donde durante cinco semanas evolucionan en la caída libre y en el manejo básico de los paracaídas de instrucción.

Finalizado el curso, el nuevo operador, experto en apertura manual, se instruye en el manejo de los nuevos paracaídas tácticos y equipos. A partir de aquí el saltador pasa a formar parte activa de su equipo y participa en todos los lanzamientos en apertura manual de su unidad que no requieran el uso de oxígeno.  La siguiente fase de formación es el curso de especialistas en lanzamientos con oxígeno de alta cota, posteriormente se ejecuta una fase de adaptación a los equipos del Ejército de Tierra organizada y dirigida por la BRIPAC realizando las fases de lanzamientos HALO/ HAHO desde los aviones transportes del Ejército del Aire, normalmente los C295) y C-130 Hércules, desde las bases aéreas de Villanubla (Valladolid) y el la de Virgen del Camino (León).

En estos últimos años el MOE ha participado en un gran número de ejercicios, demostrando el gran nivel de instrucción alcanzado por sus paracaidistas.  (Julio Maíz Sanz)

Foto: Operadores del MOE cualificados en HAHO/HALO saltando desde un avión de transporte. (foto MOE)


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