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Sábado, 20 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

DIGAM: “Tener una plataforma común de NH90 para los dos ejércitos y la Armada, generará cada vez mayores beneficios de escala”

Al frente de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, entrevistamos el Almirante Santiago Ramón González Gómez, quien nos habló de la situación de la inversión en defensa y los efectos sobre la industria nacional en el marco de la actual pandemia, sin olvidar los programas clave para el sector, desde el 8x8, al FCAS, los NH90 o la futura corbeta europea.

El elevado componente tecnológico y empleo de alta cualificación en el sector de la defensa han resultado relevantes en la crisis sanitaria para dar soluciones. ¿Qué valoración hace de este hecho y de la forma en que se ha puesto en valor el factor dual de la industria española de defensa al servicio del Estado?

La política de armamento y material de un estado tiene por finalidad proveer a las Fuerzas Armadas de los medios que necesitan para el cumplimiento de las misiones que tienen asignadas. Estos medios tienen un alto componente tecnológico, ya que los sistemas de defensa requieren estar en el estado del arte y mantenerse actualizados para asegurar su eficiencia en los nuevos escenarios de operaciones, que son cada vez más imprevisibles y cambiantes. En la reciente crisis sanitaria se ha comprobado que la industria de defensa nacional es un activo clave para la sociedad española.

Demostrando una clara vocación de servicio público, las empresas del sector han empleado sus capacidades duales o adaptado rápidamente sus instalaciones y procesos productivos, para la fabricación de respiradores, EPI (Equipo de Protección Individual) y hospitales de campaña, otras han empleado sus redes y contactos comerciales para ayudar en la importación de material sanitario y otras han cedido activos especializados propios, como aviones, vehículos medicalizados o camiones para colaborar en labores logísticas. Creo que todas estas acciones han ayudado a poner en valor frente a la sociedad el carácter dual y estratégico que define a nuestra industria de defensa.

A pesar del papel destacado de las Fuerzas Armadas en esta situación, se antoja complicado justificar después de la crisis sus presupuestos o posibles incrementos. ¿Cómo se puede conseguir este objetivo?

Contrariamente a lo que se pueda pensar, la inversión en capacidades de defensa es necesaria para asegurar el bienestar de los ciudadanos, al facilitar que nuestras Fuerzas Armadas puedan llevar a cabo con seguridad sus misiones y así hacer frente a cualquier tipo de situaciones que afecten a nuestra seguridad y libertad. Pero, además, la industria de defensa constituye un sector tractor dentro del tejido industrial de la nación.

Su altísimo componente tecnológico y su clara vocación innovadora, unidos al factor dual del que hablábamos antes, la hacen clave a la hora de impulsar una recuperación. Por tanto, no se puede entender el papel destacado de las Fuerzas Armadas sin el soporte de la industria de defensa y este último sin los programas de adquisición de armamento y material. El presupuesto de Defensa constituye, sin duda, una inversión relevante en un sector industrial prioritario y estratégico, que debe jugar un papel muy importante en la recuperación post COVID 19 y la reindustrialización de nuestra economía.

Más allá de las cifras económicas, ¿Cómo cree puede afectar la crisis sanitaria a los sistemas cuya tenencia Defensa pueda considerar claves?

Las prioridades de las adquisiciones de armamento y material las determina el Proceso de Planeamiento de la Defensa. En este proceso el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) analiza las capacidades militares necesarias para dar respuesta a las directrices del Gobierno reflejadas en la Directiva de Defensa Nacional y por la Ministra en una Directiva de Política de Defensa. Recientemente, el pasado 11 de junio, coincidiendo con las últimas fases de desescalada de la crisis del COVID 19, el Gobierno ha aprobado una nueva Directiva de Defensa Nacional (DDN) 2020.

Al tratarse de la principal referencia para el planeamiento de Defensa, deberemos esperar a que la revisión de este planeamiento determine, en su caso, las nuevas prioridades y sistemas clave. El Proceso de Planeamiento de la Defensa es colaborativo y dinámico, pero también es sistémico y riguroso, por lo que no debemos anticipar resultados.

Los programas europeos son un reto para la industria nacional. En lo que respecta al NGWS (Next Generation Weapon System) y al FCAS, (Future Combat Air System) ¿En qué fase se está y cuáles van a ser los pasos siguientes?

Tras la firma el 17 de junio de 2019 del Acuerdo Marco del NGWS/FCAS por parte de las ministras de Defensa de España, Alemania y Francia, se han dado los pasos necesarios para hacer efectiva la integración de España y su industria en el Estudio Conjunto de Concepto (JCS) y en los diferentes paquetes de trabajo de la Fase 1 de investigación, tecnología y demostración, esperando que la firma de los primeros contratos para la participación de nuestra industria pueda llevarse a cabo durante el tercer trimestre de este año.

Estos estudios y paquetes de trabajo iniciales servirán de base para iniciar la Fase posterior de demostración a desarrollar entre los años 2021 y 2030, que permitirán poner a punto líneas de productos específicos para el NGWS, el cual se espera que alcance su capacidad operativa inicial a partir del año 2040. Este debe ser un gran proyecto tractor hacia una Industria de la Defensa 4.0, por el impulso tecnológico en todas las áreas que representa, por lo que desde el Ministerio de Defensa se impulsa que sea un verdadero proyecto de Estado que nos permita potenciar el ciclo virtuoso de inversión en defensa, desarrollo tecnológico dual, capacitación de la industria nacional, impulso a la generación de empleo cualificado de calidad y desarrollo económico.

¿Qué impacto espera la DGAM tenga este programa en la industria nacional?

Este tipo de programas, denominados tractores, son una oportunidad para el desarrollo de capacidades estratégicas industriales y tecnológicas, y la decisión del Gobierno de participar en el mismo ha llevado aparejada la elaboración de un Plan Industrial y Tecnológico acorde a las capacidades propias de nuestro tejido industrial y a los intereses del Ministerio de Defensa. Este Plan concretará las capacidades y tecnologías que se desarrollarán a lo largo de esta próxima década.

En este contexto macroeconómico, el programa NGWS es estratégico para España por muchas razones, entre las que se encuentra la de contribuir a la convergencia económica con las 2 mayores economías de la zona euro, la de Francia y la de Alemania. Una de las causas de esta convergencia será el grado de avance tecnológico que logre España con su industria a través de los desarrollos tecnológicos realizados en el seno del programa, importando tecnología o desarrollándola de forma autónoma o en colaboración.

¿Y en lo que a la Futura Corbeta Europea se refiere?

El proyecto tiene como objetivo diseñar y desarrollar una nueva clase de corbeta con un enfoque modular. La participación de Navantia en este consorcio formado por las empresas Fincantieri y Naval Group supone una oportunidad para que la industria nacional se posicione en el nuevo panorama europeo de la defensa en el sector de construcción naval y consolide una fuerte posición en el acuerdo industrial que se lleve a cabo. Los estudios de esta iniciativa europea de Cooperación Estructurada (PESCO) acaban de comenzar, por lo que están en una fase conceptual y de definición muy temprana. La dimensión industrial del proyecto todavía no se ha terminado de definir.

No obstante, es de esperar que tenga un impacto relevante en la Base Industrial y Tecnológica de la Defensa, con Navantia como industria tractora del sector naval de Defensa. Los requisitos preliminares son todavía muy abiertos y sin consolidar, pero, al tratarse de un diseño modular, siempre sería posible su personalización para el cumplimiento de los distintos requisitos de alto nivel a cuya definición también contribuirá la Armada Española.

¿Qué capacidades de la industria nacional se ponen en valor de cara a las necesidades del Ejército en el programa Fuerza 2035? ¿El tejido industrial del sector está preparado para dar respuesta a necesidades nuevas con conceptos como Big Data o inteligencia artificial?

La industria nacional ha demostrado su capacitación en numerosos campos de alta tecnología, que serán fundamentales para conformar la Fuerza 2035. Podemos contar con capacidades relacionadas con las plataformas terrestres de ruedas y cadenas, sistemas autónomos no tripulados aéreos, anfibios y terrestres, sistemas de mando, control y comunicaciones, así como sistemas de simulación. En cuanto a la posibilidad de que el tejido industrial pueda responder ante los nuevos retos tecnológicos, la confianza de esta Dirección General es total. De hecho, la nueva versión de la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID) para el periodo 2020-26 recoge un conjunto de objetivos tecnológicos, en torno a los que dirigir los principales esfuerzos en I+D+i del Departamento, así como un amplio conjunto de líneas de I+D+i, entre las que indudablemente se encuentran las relacionadas con el Big Data y la inteligencia artificial.

Respecto al VCR 8x8, ¿puede hablarse hoy ya de fechas de entrega y qué plazos se manejan para confrontar los intereses del Ejército con los de la industria nacional?

Actualmente, la Administración está trabajando con la UTE (Unión Temporal de Empresas) responsable del contrato de los programas tecnológicos asociados el VCR 8x8, para que el Ejército de Tierra pueda disponer de los demostradores a finales de este año. Comenzará a continuación un período de pruebas operativas durante el primer trimestre del año que viene. Con este primer paso, la Brigada Experimental de la Legión empezará a probar las capacidades de este vehículo, que será dotación de la futura Fuerza 2035. El objetivo de participación industrial nacional en este contrato de producción es del 70% y el plan industrial de este programa va a tener efectos muy positivos en la economía nacional, teniendo especial incidencia en Asturias, Sevilla, Guipúzcoa y Madrid, donde se prevé la creación de 650 puestos de trabajo directos y otros 1.000 indirectos. Además, esta solución también garantiza al Ejército de Tierra el sostenimiento del VCR 8x8 Dragón, facilitando el control de obsolescencias, la inserción de tecnologías futuras, la incorporación de mejoras al vehículo y una carga importante de trabajo para la industria nacional durante todo su ciclo de vida, que no será inferior a 40 años.

¿Qué avances hay en la ejecución del programa NH90 para sustituir en las Fuerzas Armadas las flotas actuales de helicópteros por una plataforma común?

A pesar de la complejidad del programa y la dificultad presupuestaria, los plazos de ejecución siguen el curso previsto en el Plan Director de Obtención de Helicópteros. Ya se han entregado las primeras 12 unidades del primer lote al Ejército de Tierra y se entregarán las 9 restantes al Ejército de Tierra y Ejército del Aire entre este año y el siguiente.

De igual forma, está previsto iniciar la entrega del segundo lote bajo contrato de 23 unidades más a partir de 2023. El objetivo continúa siendo proseguir, de forma ininterrumpida, con los lotes 3 y 4 para acabar de sustituir antes de 2037 la totalidad de flotas de helicópteros medios que operan actualmente las Fuerzas Armadas. Tener una plataforma común de NH90 para los dos ejércitos y la Armada, generará cada vez mayores beneficios de escala y, con ello, reducir notablemente los gastos que suponen la operación y sostenimiento de este helicóptero. Con el propósito de aplicar los mayores criterios de eficacia y eficiencia, estamos a punto de aprobar un Concepto de Apoyo Logístico (CAL) innovador que, basado en un modelo mixto e integral entre las Fuerzas Armadas y la industria nacional, permitirá optimizar todos los recursos humanos, materiales y financieros dedicados al sostenimiento de NH90.

Se inició la selección de proyectos de I+D de interés para Defensa para ser incluidos en el Programa de Cooperación en Investigación Científica y Desarrollo en Tecnologías Estratégicas 2020 (COINCIDENTE). ¿Qué capacidades se consideran para los requerimientos previstos?

Este año las temáticas tecnológicas abordadas con el Programa COINCIDENTE están relacionadas con la protección de la Fuerza, a través del desarrollo de demostradores de sistemas de detección y rastreo de proyectiles, que puedan llegar a formar parte de un sistema de protección activa con capacidad de defensa antiaérea C-RAM (Counter Rocket, Artillery and Mortar), así como de soluciones que permitan reducir la firma de plataformas y combatiente, reduciendo su detectabilidad. También se contempla el desarrollo de sistemas que asistan al soldado en la realización de actividades que demandan un alto grado de esfuerzo físico o que se llevan a cabo en condiciones ambientales extremas.

Se trata de 3 temáticas que complementan las que hemos ido promoviendo a lo largo de los últimos años, las cuales abordaban aspectos relacionados con el guiado de munición; plataformas no tripuladas terrestres, navales y aéreas; ciberdefensa; NBQ (Nuclear, Bacteriológico, Químico); lucha contra IED (Improvised Explosive Device); sistemas de explotación inteligente de información; simulación para adiestramiento o materiales para protección, entre otras. Con todo ello, esperamos poder lanzar proyectos que aporten en un futuro importantes avances en las capacidades de las Fuerzas Armadas. Además, el hecho de tener una buena coordinación con el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) está favoreciendo que algunas de las propuestas, que consideramos de interés y que no hemos podido llegar a financiar con nuestros presupuestos, puedan iniciarse, lo cual consideramos muy positivo.

¿Cree que estamos hoy más lejos de una Ley de Dotaciones que permitiera generar un mecanismo estable de financiación para asegurar las necesidades de equipamiento de las Fuerzas Armadas españolas?

Dentro de la Secretaria de Estado, la DGAM tiene la responsabilidad de planificar y desarrollar la política de armamento y material del Departamento y en este marco somos plenamente conscientes que la adquisición de las capacidades militares requeridas por las Fuerzas Armadas para garantizar nuestra seguridad, en el sentido más amplio de la palabra, precisan de una planificación y de una estabilidad que garanticen la disponibilidad en plazo y forma. Por lo tanto, en coordinación con el JEMAD y los cuarteles generales, es necesario promover que el proceso de planeamiento sea más flexible, más ágil y más colaborativo, para permitirnos poner en manos de nuestras Fuerzas Armadas en un tiempo menor las capacidades que necesitan.

La pandemia del COVID-19 también nos enseña que debemos ser capaces de cambiar nuestras prioridades y dar respuesta mucho más rápida a las necesidades reales con ciclos de toma de decisión más rápidos. Pero ese planeamiento ágil y flexible exige también un compromiso presupuestario estable y duradero para seguir garantizando la defensa y seguridad de nuestros compatriotas, que, no olvidemos, es uno de los bienes públicos globales. La reciente pandemia nos enseñó el valor de unas Fuerzas Armadas bien dotadas y sostenidas para garantizar la seguridad y bienestar de nuestros ciudadanos. Esta estabilidad podría conseguirse con una ley de dotaciones, que, en todo caso, necesitaría un amplio consenso en el Parlamento. (Eva Cervera)


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