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Domingo, 28 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Un avión De Havilland Canada DHC-4 Caribou en la Brigada Paracaidista

Ceremonia de inauguración del monumento DHC-4 en la base de Paracuellos de Jarama de la BRIPAC. (foto María José Tomas Simón)

En la principal base de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC), la “Príncipe”, en Paracuellos de Jarama (Madrid), se acaba de inaugurar como monumento un avión de transporte De Havilland Canada DHC-4 Caribou, desde el que tantas veces saltaron los “paracas” del Ejército de Tierra español.

Desde hace años, la BRIPAC está preservando aeronaves desde las que se han desplegados sus profesionales, principalmente mediante salto en paracaídas, medios entre los que se incluyen un avión de transporte CASA C212 Aviocar y un helicóptero Bell UH-1H Huey.

Con motivo de la celebración del 70 Aniversario de la creación de las Fuerzas Paracaidistas, que se celebró en la base de la BRIPAC de Paracuellos de Jarama el pasado 23 de febrero, se presentó un nuevo avión: un De Havilland Canada DHC-4. El teniente general Fernando García González-Valerio, Jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa, presidió el acto, junto al general de Brigada Luis Jesús Fernández Herrero, Jefe de la BRIPAC, y otro veterano paracaidista del Ejército de Tierra, el que fuese Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) entre 2017 y 2020, el teniente general (r) Fernando Alejandre Martínez.

El DHC-4, que sirvió en las filas del entonces Ejército del Aire (actualmente Ejército del Aire y del Espacio), que lo denominó T-9, está repintado con su camuflaje de colores ocre, marrón y verde, y lleva las marcas correspondientes al aparato T.9-18 353-18, que operó en las filas del Ala 35, que ha tenido siempre sede en la base aérea de Getafe (Madrid), desde su creación en 1955.

Realmente el Havilland Canada DHC-4 expuesto es el que sirvió como T.9-12, uno de los 12 Caribou comprados al fabricante canadiense en 1967, carentes de radar de navegación, por lo que en la restauración, el personal de la BRIPAC le ha pintado un falso radomo en el morro. Este tipo de prácticas es muy habitual en las restauraciones de aeronaves históricas.

Expuesto junto al polideportivo de la base “Príncipe,” es el número de construcción 290, que estuvo en servicio en el Ejército del Aire entre abril de 1970 y enero de 1992, siempre encuadrado en el Ala 37, que primero operó desde la base aérea de Albacete y desde 1974 en la de Villanubla (Valladolid), y como indicativos lució a lo largo de sus más de dos décadas de vida operativa los: 372-12, 371-02 y 37-12.

El “nuevo” DHC-4 se suma a la loable colección de aeronaves la BRIPAC.

Entre 1998 y 2000, junto con otros dos antiguos Caribous del Ejército del Aire, tuvo una nueva vida como avión de transporte civil, aunque no les sonrió la fortuna. Registrado con la matrícula civil EC-GQN y pintado de blanco, sirvió primero con la compañía BDE (Base Documental de la Empresa), quien pretendía convertirlos en bombarderos de agua, y más tarde con AVINSA (Aviacion Insular, SA) para transporte de carga entre Marruecos y Canarias, quien lo bautizó como “Victoria”, operación que tampoco llegó a fructificar, quedando almacenado junto a sus otros dos compañeros en el aeropuerto de Cuatro Vientos (Madrid).

Durante muchos años, mientras se iba deteriorando, era “telón de fondo” de las exhibiciones de la Fundación Infante de Orleans (FIO), al estar aparcado junto al corralito donde se desarrolla la exposición previa a los vuelos.

Finalmente, en julio de 2023, tras un acuerdo de cesión por parte de su propietario, fue trasladado, tras desmontarlo, a la base “Príncipe” por el personal de la BRIPAC, restaurándolo y pintándolo como T.9-18.

El verdadero T.9-18, que era un C-7A (una versión pedida por los Estados Unidos del DHC4), sirvió antes de su compra por el Ejército del Aire en la guerra de Vietnam, en las filas del Ejército de los Estados Unidos o US Army, que lo tenía matriculado como 61-2391.  En esos años con el US Army fue designado como AC-1A, más tarde redesignado CV-2A, y en 1967 transferido a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos o United States Air Force (USAF), quien lo denominó finalmente como C-7A.

Comprado por el Ejército del Aire junto a otros 17 Caribous por 8 millones de dólares, el traslado a España cruzando el Atlántico constituyó toda una proeza para la época. El T.9-18 formó parte del primer “rebaño” que, tras recorrer en 5 saltos los 7.700 Km que separan la base aérea de Dobbins (Georgia) de España, aterrizó en la base de Villanubla el 27de octubre de 1981.

En diciembre de aquel mismo año pasa a incorporarse al recién creado 353 Escuadrón del Ala 35 como 353-18, donde presta servicios de transporte y lanzamiento de paracaidistas hasta que, en octubre 1985, en que se decide agrupar toda la flota de Caribou en Villanubla, se incorpora al Ala 37, donde recibió el indicativo 371-04 que cambió por 37-18 a finales de 1986.

Dado de baja en septiembre de 1991, fue vendido a una empresa de Estados Unidos que los rematriculó como N54NC, partiendo de España en marzo de 1994. Actualmente se encuentra almacenado en Cape May (New Jersey) junto a otros Caribous de distintas procedencias, manteniendo todavía el esquema de pintura camuflado español.

(Foto de apertura de María José  Tomás Simón)


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