El Consejo de Ministros ha autorizado la celebración del acuerdo marco para la adquisición de 4.500 vehículos que define como “militares todo terreno tácticos”, para satisfacer los cometidos que se alejan de actividades inherentes al combate, para la vida y funcionamiento en territorio nacional, así como para la preparación de los contingentes a proyectar a misiones en el extranjero, elemento imprescindible para ese cometido.
De empleo militar, serán realmente vehículos comerciales con algunas modificaciones para su empleo por las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, así, reunirán características específicas que condicionen tanto su mecánica y aspecto como sus exigencias técnicas.
Este acuerdo marco tendrá una duración de cuatro años, que comenzará a contar desde la fecha de la firma de formalización. Se establece la posibilidad de prórroga por un periodo máximo de dos años. El importe del acuerdo marco es de 315.690.000 euros.
Se trata de un programa que vendrá a paliar las carencias actuales sobre todo derivadas del pobre rendimiento del Santana Aníbal en los tres ejércitos y cuyo reemplazo dotará también a la Guardia Civil. Según analizamos en los pliegos el pasado mes de abril, el Ministerio de Defensa y en concreto el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra, parece decantarse por un vehículo de origen comercial adaptado a tareas militares.
Consultados los pliegos y recabadas las opiniones de varios fabricantes, parece que este acuerdo marco se centraría en la adquisición de un vehículo de origen civil militarizado para tareas fundamentalmente logísticas, con una más que aceptable capacidad 4x4, pero no tanto diseñado bajo estándares puramente militares, ni con carácter cien por cien táctico.
Se trataría, pues, de vehículos adaptados y carrozados, con un coste de adquisición y sostenimiento más reducido que un todo terreno estrictamente militar. Algunos aspectos que contribuyen a reforzar esta interpretación son, por ejemplo, la mención a que “se primará la utilización de elementos comerciales”, o el requisito de que los sistemas eléctricos “funcionarán al voltaje del vehículo comercial del cual derive”.
Así, como concluimos en mayo, la compra se centrará en la adquisición de vehículos comerciales convenientemente modificados, no en vehículos militares de aplicación táctica, para el Ministerio de Defensa y la Guardia Civil. (José María Navarro)





